En Colombia, la avanzada de los sistemas de producción agrícola alternativos, se ha dado a nivel organizativo, bien sea por la trayectoria de las asociaciones de productores, o desde la iniciativa particular. Dentro de esta concepción, la solidaridad se erige como un principio fundamental y es por ello que las iniciativas privadas, rápidamente se articulan a cadenas de intercambio (no solo comercial sino también de conocimiento) con el objeto de fortalecer su trabajo. En este contexto, es en el cual encontramos y describiremos el trabajo adelantado en el predio el “El Sauce” .
En el año de 1997, se da la adquisición de la finca mediante la figura de compra por parte de una familia ya habituada a la ciudad de Bogotá. La estrategia de ahorro de este núcleo familiar conformado por padre, madre, dos hijos varones y una hija mujer, durante varios años les dio la posibilidad de hacer material su sueño de volver a sus raíces campesinas.
El terreno al que acceden, según vecinos del sector en ese entonces, no contaba con grandes cualidades productivas, sino que por el contrario, estaba disponible gracias a que su historia de propietarios lo había descartado por poco fructífero: “…este era un lote descartable, los únicos que lo pudimos trabajar fuimos nosotros…”. Después de la compra, y durante un periodo de casi 10 años, el predio no registró uso social más allá de la conservación de bosque con vegetación que no es nativa de la zona.
El primer monto ahorrado fue para la compra de la tierra. Una vez logrado el terreno el siguiente reto de la familia fue ahorrar para habilitar el terreno para su vivienda. Ya para el 2006, la familia logra cambiar su estilo de vida urbano por el rural y asentarse en la finca que habían comprado. Con mucho esfuerzo y con los medios económicos suficientes inician los trabajos de adecuación del terreno para la construcción de una casa sencilla: una cocina grande, una sala común y dos habitaciones. Después de siete meses ya pudieron trasladarse definitivamente, “…nos sentíamos encerrados en la ciudad y sin posibilidad de brindar nada mejor a nuestros hijos…”.