Ubicación del pueblo Leco
El Territorio indígena Leco de Apolo se encuentra en la jurisdicción del municipio de Apolo, provincia Franz Tamayo del departamento de La Paz. Por sus características medioambientales la zona corresponde al norte tropical del departamento. Partes del territorio Leco se ubican en el Parque Nacional Madidi y en el Área Natural de Manejo Integrado del mismo nombre.
Fuente: Elaboración propia
Dentro del territorio Leco existe una gran diversidad natural pero también recursos naturales (goma, incienso, madera) y reservas de oro, lo que ha atraído desde siglos a aventureros y empresas que ignorando la existencia del pueblo Leco saquearon sus riquezas. Geográficamente el territorio es una zona de transición entre los andes y las llanuras amazónicas, aunque alcanza a zonas eminentemente de valle (Fundación TIERRA, 2010).
Un caso de recomposición territorial
El caso muestra el proceso de recomposición territorial del pueblo indígena Leco de Apolo cuyo origen prehispánico persiste y permanentemente entabla diálogos con el Estado y recién el año 2010 logra legalizar su derecho a la propiedad de la tierra.
La composición étnica y origen del pueblo Leco, solo puede conocerse a través de las fuentes de los colonizadores españoles, religiosos y de algunos quipus[1] o cronistas de los incas. Sin embargo, el reconocimiento formal de su territorio recién pudo cristalizarse en este siglo.
La lucha por el reconocimiento de su territorio es milenaria y tuvo que resistir la expansión del imperio incaico, la arremetida de la colonia española y la angurria de los terratenientes que en distintos momentos invadieron sus tierras durante la república. Durante la Colonia y la República temprana fueron utilizados por misioneros y comerciantes, y posteriormente por colonizadores y buscadores de oro, como hábiles balseros y barranquilleros por las empresas mineras, lo que aceleró su aculturación y empobrecimiento. A fines del siglo XIX, durante el primer auge de la goma, los terratenientes comenzaron a avasallar gran parte de las mejores tierras de los Leco, los gamonales lograron suprimir la resistencia de los Leco y a convertirlos en semiesclavos. Fue durante ese tiempo que estuvieron a punto de desaparecer como pueblo indígena y pocos lograron sobrevivir en zonas alejadas y aisladas.
Con el tiempo, los Leco se mezclaron con indígenas del altiplano, pero manteniendo los modos de ser y pensar de los pueblos de las tierras bajas. Desde la década de los años 1990 el pueblo Leco ha comenzado la recomposición no solo de su territorio sino de su cultura. No fue una tarea sencilla pues tuvieron que adecuarse a un contexto contaminado por la presencia de colonos, empresarios y todo lo que implica el avance de la modernidad dentro de un Estado que sistemáticamente negó su existencia.
Hoy, los Leco tienen una visión renovada de su entorno. Lograron consolidar un espacio territorial significativo a partir del reconocimiento de su derecho a la propiedad de la tierra luego de superar un tortuoso y conflictivo trámite de titulación que duró algo menos de 15 años. Al interior de este espacio están impulsando un “plan de vida” que es una estrategia de uso de la tierra en base a objetivos claros que les garantiza controlar su territorio y generar procesos productivos en concordancia con el medioambiente[2]. Este proyecto de vida está acompañado de un “plan de ordenamiento territorial” que ha mostrado ser una herramienta eficiente para el aprovechamiento de los recursos naturales.
En síntesis, el Territorio Indígena Leco de Apolo es un buen ejemplo de resistencia histórica a los permanentes intentos de despojo de su hábitat, pero también de perseverancia indígena en busca de reconquistar un dominio ancestral. En perspectiva, el territorio Leco tiene todas las condiciones para convertirse en el ejemplo a seguir para quienes buscan alcanzar un manejo legítimo y concertado de la tierra y los recursos naturales en armonía con el medio ambiente.
[1] Los quipus refieren a un sistema memotécnico de registros de cantidades en cuerdas con nudos y colores que penden de un “cordel matriz” sostenido en forma horizontal. Permiten el registro de cantidades y diversos cronistas refieren la existencia de quipucamayoc, expertos en descifrar pasajes históricos, cómputos de calendario y astrología.
[2] Según destaca la página Web de la WCS Bolivia el Plan de Vida ha sido formulado sobre la base de la visión del pueblo Leco respecto a su cultura y desarrollo, tomando en cuenta los problemas que enfrentan las comunidades y analizando las potencialidades actuales de la gestión de su territorio, con el fin mejorar la calidad de vida de la población (WCS Bolivia, 2016).