“Cerro Norte ya era parte de Bogotá, porque el barrio fue legalizado con personería jurídica en el 71-72. Que fue cuando se formó la primera junta de acción comunal. Primero, para poder hacer todo ese trámite, que es muy dispendioso, se hizo una junta cívica… A finales de los sesenta y comienzos del setenta, no había agua, no había luz. La luz llegó acá en el 71… eso por solicitudes digamos a nivel de la primera junta cívica y de la junta de acción comunal, ahí empezaron a gestionar la luz. Pero, ¿sabe que hacían? Dejaban los postes abajo en la séptima y cada habitante tenía que traer su poste donde se iba a quedar… entonces eran convites de hombres los días domingos a trabajar para traer los postes para ponerlos donde fueran a quedar. Para el agua nos tocó hacer tres tomas, tres paros a nivel de los barrios” (María del Carmen Rojas, líder comunitaria).
La historia de acceso a la tierra, lucha y construcción del territorio en Cerro Norte puede resumirse a grandes rasgos a través de tres faces o hitos. El primero da cuenta del momento de llegada en el que cada familia accedió particularmente a su predio por la compra, cesión u ocupación. Durante este período se dio una lucha intensa por la consecución de una vivienda y servicios básicos como la luz, el agua, el alcantarillado y la pavimentación. Un segundo momento corresponde a la lucha por derechos sociales como la salud y educación. Por último, ya resueltas estas necesidades, con los cimientos comunitarios cada vez más sólidos, se inició la lucha por la tierra y la alimentación, por la capacidad de decidir autónomamente qué y cómo se producen y consumen los propios alimentos. Estos tres momentos de lucha encuentran como lugar común la exigencia y construcción de derechos sociales, derechos colectivos sobre el territorio que implican la posibilidad de tener una vida digna.