Disputas por el control de la tierra y estrategia de visibilización
La experiencia de los sectores populares que han habitado los Cerros Orientales de Bogotá ha estado atravesada por varios conflictos históricos relacionados al control y posesión de la tierra, así como la constante explotación y tratamiento que se le ha dado al territorio. El proceso de poblamiento de los Cerros estuvo ligado a la explotación de canteras para la extracción de arena y piedra, principales insumos para la industria de la construcción en la ciudad. Esta situación generó por un lado, la conformación de barrios obreros a lo largo de la cadena montañosa, y por el otro, por los bajos costos del suelo, la llegada de familias migrantes que encontraron condiciones para autogestionar su vivienda.
Por medio del Acuerdo 30 de 1976, el Instituto Nacional de Recursos Naturales Renovables y del Ambiente declaró a los Cerros Orientales como Área Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá, y una década más tarde, se expidió el primer Plan integral de estructuración y manejo de los Cerros Orientales.[1] A pesar de estos intentos por regular los usos y manejos del suelo, prevaleció una ausencia en la planeación y control que se demuestra por la continua explotación mineral y el desarrollo de complejos urbanísticos para las clases altas dada la posición estratégica de los cerros en la ciudad. Esto ha tenido claros impactos en el valor del suelo, “presionando a los sectores populares a salir de allí mediante compras enteras de barrios y acciones jurídicas injustas por reclamación de propiedad.”[2]
La comunidad de Cerro Norte siempre ha sido escéptica frente a la presencia de los funcionarios públicos en el territorio así como frente a la ambigüedad que caracteriza la legislación que hoy existe respecto al tema. En varias ocasiones, las autoridades han acudido a señalar que la comunidad vive en zonas de alto riesgo con el propósito de desalojar, o en el mejor de los casos, reubicar las viviendas de varias familias. Sin embargo, mientras se restringe e ilegaliza la ocupación de las clases bajas, incrementa la construcción también ilegal para las clases más altas. Las constructoras y empresas de servicios públicos han propugnado por erradicar progresivamente los barrios de los cerros, ejerciendo coerción y vigilancia sobre las poblaciones aledañas para restringir su expansión.
Los acontecimientos sucedidos en el barrio El Codito, sector vecino de Cerro norte, el 26 de julio de 2007, ejemplifican la amenaza de desaparición que sufren estos barrios. El Codito, Santa Cecilia o Cerro Norte, son barrios que mantienen un proceso lento de expansión por cuenta de la llegada continua de nuevas generaciones de desplazados que huyen del campo a raíz de los más recientes ciclos de violencia. Durante esta fecha, la Alcaldía Local de Usaquén hizo pública y efectiva una orden de desalojo y demolición de viviendas en este lugar, sin consulta previa o concertación, vulnerando los derechos colectivos de dicha comunidad. A pesar de que lograron desmantelar un par de casas y desalojar a algunas familias, la presión ejercida por la mesa ambiental de los cerros orientales permitió frenar este proceso.
“Buscan diferentes excusas para sacarnos. Cogen individualmente a las familias, hablan con ellas y las convencen para sacarnos. Entonces como dicen, divide y vencerás… Sabemos que hay intereses sobre nuestro cerro, porque es muy rico en naturaleza, en agua, hay intereses de que aquí se construyan megaproyectos para el corredor ecológico, son intereses turísticos. Para ellos somos el parche del norte de Bogotá, todos los cerros que estamos aquí, arriba de la séptima. Cuando venimos de allá para acá, vemos que todos son edificios muy bonitos, y claro para ellos nosotros deberíamos estar en el sur, el espacio donde deben estar los pobres… Sin embargo, acá hemos logrado estar unidos, y es que la mesa de cerros ha estado trabajando a pesar de todas las dificultades, es la que ha puesto una posición frente al Estado, y ha hecho que cambien algunas cosas…” (Hermencia Guaqueneme, líder comunitaria).
Al día de hoy han disminuido las presiones de desalojo. La mayoría de las familias cuentan con los títulos de propiedad sobre sus predios, sin embargo ahora se les exige una licencia de construcción. Por estar ubicados en zona de reserva forestal, a la comunidad se le impide vender o seguir construyendo viviendas.
A pesar de estas adversidades, gracias a la visibilidad, organización y capacidad para ejercer presión que estas comunidades han aprendido a desarrollar, se han podido generar espacios de interlocución con la alcaldía y entidades públicas como parte de una estrategia para defender el territorio y garantizar la permanencia de la población. Esto ha sido un proceso reciente, sobre todo, entre los períodos de 2004-2008 y 2012-2015, cuando la administración distrital ha sido ocupada por gobernantes de talante progresista que han formulado políticas sociales más acordes a los intereses populares.
En materia de gestión ambiental y emprendimientos productivos, entidades públicas como la Secretaría de Ambiente y el Instituto para la Economía Social reconocieron el trabajo de la comunidad de Cerro Norte con relación a la conservación que han hecho de las especies nativas así como los procesos agroecológicos que allí desarrollan. En el 2006 bajo el programa Bogotá Sin Hambre, la alcaldía de Luis Eduardo Garzón inició la creación de una red distrital de agricultura urbana que alcanzó a aglutinar a 6000 mil agricultores. Cerro Norte hizo parte de esta red como reservorio de semillas, y como parte del convenio consiguió traer al territorio programas de capacitación e insumos para la adecuación de sus espacios. Como resultado de esto, han logrado gestionar recursos para la realización de una serie de ferias campesinas en su territorio, y participado en otras que se realizan en distintas localidades al norte de la ciudad.
[1] Mesa Ambiental de Cerros Orientales, “Territorios populares, ambiente y hábitat. Propuestas de Política Pública desde los cerros orientales de Bogotá.”, Biblioteca Virtual CLACSO, Bogotá, 2008.