Estrategias por tierra, trabajo y techo
En todo el proceso y estrategia de ocupación, en el día 16 de diciembre de 2013, ya se sabía que el primer territorio ocupado era territorio tradicionalmente rural y que no cumplía con su función social. El territorio fue objeto de fraude en la dictadura militar, lo que hizo con que el ex-diputado por el partido de la dictadura ARENA y hoy empresario Artêmio Paludo pudiera presentar un título de propiedad de tan sólo 10 de los 600 ha y pudiera empezar un proceso de reintegración de la posesión de todo el territorio. Con la ayuda de los medios de comunicación y del gobierno del estado de Santa Catarina, ha movilizado fuerzas públicas y una parcela de la población en contra de la ocupación.
En el mismo sentido, la localización “privilegiada” de territorio era una afronta para la élite local, que no medió esfuerzos para desalojar las familias del local sob la alegación de que el territorio se iba transformar en una nueva favela, pero en la zona norte de la Isla. La Justicia ordinaria local no tuvo problemas en decidir al favor del empresario y llamar fuerza policial para cumplir la decisión en el 19 de diciembre del mismo año.
Con el apoyo de abogados militantes es que se involucró el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), llevando la competencia a la Justicia Federal, en su sesión agraria. Además fue posible forzar el reconocimiento del déficit habitacional en la isla y la intención de las familias ocupantes de dar al territorio una destinación rural, lo que impidió que se cumpliera la decisión liminar de la justicia ordinaria. El 24 de enero de 2014, después de 40 días de ocupación, la organización de la ocupación Amarildo de Souza entrega al INCRA una lista de las más de 400 familias que estaban en el territorio resistiendo para catastrar el asentamiento de la Reforma Agraria. Según los criterios para aceptación de las familias, de las 460 familias catastradas, solamente 20 no fueron aceptadas por el INCRA.
No obstante, la política nacional de Reforma Agraria apareció como una problemática más, ya que si la Superintendencia estatal del INCRA en Santa Catarina tenía voluntad política para asentar esas familias en el territorio, desde arriba el INCRA no demostraba intención alguna de colaborar, lo que forzó la organización a tener que marchar por la ciudad y ocupar las instalaciones del INCRA estatal en búsqueda de solución de sus demandas.
Por esa razón es que en 07 de febrero de 2014 se realiza una marcha en Defensa de la Ocupación Amarildo de Souza en el centro de la ciudad de Florianópolis. Fue una estrategia de lucha de las familias y los grupos solidarizados ante de la investida de los medios de comunicación, de órganos como la OAB (Organización de los Abogados de Brasil) y ACIF (Asociación de Comerciantes e Industriales de Florianópolis), y de la fuerza policial que intentaba estigmatizarlos como invasores, criminales y mentirosos. Los medios de comunicación los acusaban de ser propietarios de casas en la ciudad, de tener autos, etc. La élite local tenía miedo que el norte de la isla, llena de mansiones y hoteles de lujo, pudiera ser invadido por “favelados”; la policía y el gobierno temían futuras ocupaciones en el área, ya que hay muchos más terrenos ociosos en la región, que sirven nada más a la especulación inmobiliaria. En respuesta, la marcha en defensa de la Ocupación Amarildo informaba a la población sus demandas: tierra, trabajo y techo, además de explicar los objetivos de transformar la tierra ocupada en una comunidad autosostenible, de producción agroecológica, del déficit habitacional de la ciudad y del problema de la tierra titulada de forma irregular en la isla en épocas de la dictadura militar.
No obstante, el 15 de abril de 2014 fueron obligados por la justicia federal agraria a salir de las 600 ha ocupadas, con el subsecuente compromiso del INCRA y de la Secretaría de Patrimonio de la Unión de buscar un territorio provisorio donde la ocupación pudiera vivir mientras la justicia decidía la situación de la propiedad de ese territorio. Fue la lentitud de la actuación de las entidades estatales lo que hizo que las familias ocupasen otro terreno en la isla, perteneciente a la Unión (Estado central), en un barrio próximo, Rio Vermelho. En cuanto los moradores locales supieron de la nueva ocupación, espontáneamente fueron al local manifestar su repudio. Hubo una diversidad de provocaciones, se hizo uso de la violencia, lo que ha obligado a la fuerza pública a tener que mediar el conflicto y sacar a las familias del territorio en menos de 24 horas.
Mientras la Secretaria de Patrimonio de la Unión peleaba en la justicia federal la propiedad de las ahora sabidas 900 ha en Ratones, sin ninguna negociación o acuerdo previo, en una estrategia bastante dudosa acordada entre el INCRA, el Gobierno del Estado a través de su Secretaria de Asistencia Social y la Procuraduría, optaron por llevar a las familias a un terreno privado donado por una empresaria mexicana el 17 de abril del mismo año.
El problema es que tal territorio se ubica en medio a un territorio históricamente ocupado por los indígenas guaraníes en la región, llamado Morro dos Cavalos, en la región del Maciambu, en la ciudad de Palhoça, zona metropolitana de Florianópolis.
Ese territorio está en vías de ser declarado reserva indígena, es decir, propiedad de la Unión pero usufructo de la comunidad guaraní. Hace años que los guaraníes pelean por el reconocimiento del territorio como territorio indígena, y en el año de 2014 ya habían hecho negociaciones con el gobierno federal para el desalojo con posterior indemnización de las familias no indígenas del local, condición para la homologación del territorio indígena. Lo que ocurre es que en esa misma región el gobierno federal está realizando obras para la ampliación de la carretera federal BR-101, un permanente problema para la comunidad indígena. Entonces después de años de negociación para que se pueda homologar el territorio, los indígenas, a través de su Comisión Nhemonguetá, que reúne a los caciques de Santa Catarina, aceptaron que se hagan mejorías a la carretera en la región (un túnel y la cuarta pista) a partir de la salida de las familias no indígenas. Es en ese contexto que la Ocupación Amarildo de Souza llega al Maciambu, y por supuesto tiene que negociar con los caciques guaraníes para su permanencia en el nuevo territorio.
A través de la solidaridad indígena con la ocupación Amarildo es que logran un acuerdo consistente en siete puntos con la cacique guaraní, en fecha del 17 de abril de 2014, con objetivo de permanecer en el territorio hasta que el INCRA encuentre otro territorio pasible para su asentamiento provisorio. Entre los puntos de acuerdo, se instaba a no sacar ningún tipo de recurso natural del territorio, no entrar a la aldea sin permiso, no construir viviendas fijas y no producir en la tierra, es decir, estar allá nada más que lo necesario. Por su parte, el movimiento indígena local exigió del gobierno el respeto a los derechos humanos de las familias de la ocupación Amarildo y la no violencia para su posterior desalojo del local.
Siguen luchando para que las instancias gubernamentales puedan satisfacer su demanda por tierra-territorio, mientras no se resuelve la situación jurídica de la propiedad del territorio en Florianópolis. Es así que el 23 de junio de 2014, a través de la Portaría Nº 45, acorde a la Constitución Federal, el INCRA obtiene de la Secretaría del Patrimonio de la Unión, un territorio de 138 ha en el municipio de Aguas Mornas, a 36km de la isla de Florianópolis, en el barrio de Teresópolis, comunidad de Rio Miguel, donde podrán asentar provisoriamente algunas de las familias de la ocupación Amarildo. Desde un principio las familias ocupantes buscaban asentarse en Florianópolis, pero de acuerdo a su estrategia, aceptaron que el asentamiento provisorio pudiera ser en cualquier región de Santa Catarina, pues así se podrían encontrar otros territorios pasibles de ser utilizados para la reforma agraria en el estado de Santa Catarina, y de esa forma contribuir por la lucha por la tierra y el territorio de miles de brasileños.
Desde esa fecha están viviendo y trabajando en la tierra provisoria, ubicada en Aguas Mornas. La Comuna Amarildo de Souza no desistió de articularse para su autonomía productiva, lo que hace sobre todo con las universidades públicas de la región. Así es que estudiantes de agricultura, arquitectura, del área de salud, entre otros, han colaborado para un manejo correcto de la tierra, para la construcción de viviendas y saneamiento y también para que la producción orgánica según los principios de la agroecología. Crearon así el Proyecto Comuna Amarildo en las universidades públicas que hoy les colaboran en promover la venta de los más de 30 productos orgánicos que producen.
Además actualmente tienen prevista la venta de parte de su producción a la Secretaria de Educación local, garantizando así la alimentación sana de los niños y niñas que frecuentan las escuelas públicas del municipio.
La ocupación Amarildo de Souza no dio un paso sin planear muy bien su estrategia. Eso porqué ya se tenía en cuenta el déficit habitacional de la isla y la existencia de una lista con más de 14 mil familias esperando una política pública de viviendas por parte del gobierno municipal de Florianópolis. Muchas de las primeras 60 familias ocupantes ya habían buscado acercamiento a la ocupación Contestado, que también fue la forma en que 180 familias encontraron para satisfacer sus necesidades básicas en el área metropolitana de Florianópolis. Es decir, ya teniendo en cuenta que las esferas públicas locales y federales no iban a resolver el problema que ya tiene mínimo 25 de años, la estrategia empleada por las familias, con apoyo de otros movimientos sociales, organizaciones políticas y miembros de la sociedad civil, fue:
1) Mapear el territorio: encontrar de entre los muchos terrenos ociosos de la isla, aquellos que no tenían una situación bien clara de regularización y que no cumplían con su función social. A través de una búsqueda en las notarías locales y en la secretaría de seguridad pública, encontraron ese territorio de más de 600ha que no poseía títulos de propiedad equivalente (fue encontrado tan solamente un título de propiedad de 10ha de las más de 600ha reivindicadas);
2) Ocupar y resistir: teniendo en cuenta que el gobierno municipal y estatal no tenía condiciones ni voluntad de dar solución al déficit habitacional, la estrategia no pasaba por pedir de antemano el territorio, sino de primeramente ocuparlo y darle función social para posteriormente empezar el proceso de negociación con las autoridades públicas;
3) Tierra, trabajo y techo: Teniendo en cuenta la destinación histórica del territorio, como tierras productivas agrícolas, las familias acertaron una estrategia de recuperar la destinación del territorio, y así tornarlo productivo nuevamente. Así que la demanda inicial por vivienda fue modificada para también exigir que el territorio fuera pasible de ser parte de la política de reforma agraria nacional, lo que implicaba involucrar otros atores públicos, como el INCRA y la justicia federal agraria, y desmantelar la estrategia del supuesto propietario de reivindicar el área como propiedad privada donde se construiría un resort de lujo con derecho a campo de golf.
4) De ocupación a Comuna: La ocupación Amarildo de Souza nace con una propuesta política de transformar el territorio en una Comuna de la Tierra, es decir, que la tierra sea común a todas las personas que habiten el territorio, para que de forma colectiva y libre puedan producir la tierra para lograr de ahí su autosubsistencia y tener una vivienda digna en un espacio saludable para las mujeres, niños y niñas, hombres y adolescentes que están en esa lucha.
Con esas líneas estratégicas fue posible dar cohesión al conjunto de familias que empezaron la lucha por la tierra y territorio en Florianópolis, lograr el apoyo de organizaciones, estudiantes universitarios, abogados militantes, partidos políticos, y la sociedad civil en general para lucha por la Reforma Agraria Popular. Es decir, conociendo bien la situación de las tierras en la Isla y en Santa Catarina, pudieron juntos ocupar el territorio y resistir a las investidas de la élite local, del gobierno municipal y estatal y de las noticias falseadoras de los medios de comunicación. Juntos fue que pudieron demostrar a la sociedad sus objetivos: una vivienda digna y una tierra para trabajar, con objetivo de sembrar y producir alimentos más sanos, no solo para su propia subsistencia pero también para distribución a la población local, a un precio justo.