Ya pasado un año efectivamente asentados en Aguas Mornas, la ahora Comuna Amarildo de Souza, espera en primer lugar que se decida en la justicia federal la propiedad de las más de 600ha ubicadas en la isla de Florianópolis. Aunque se haya catastrado a más de 400 familias en las listas del INCRA para ser asentadas, la mayoría de ellas no pudieron dejar de pagar renta en las favelas locales, debido a que con el cambio de la ocupación primero al territorio indígena – donde no se podía producir – y luego a un territorio a 36km de la ciudad, imposibilitó la vida de algunas de esas familias, que tenían sus hijos estudiando en la ciudad, lo mismo empleos que no podían dejar mientras no se pudiera realmente producir en algún territorio.
La expectativa de los protagonistas es volver al territorio inicial, hacerlo productivo y producir para el consumo y comercio local en la isla, dando ejemplo a todos los ciudadanos florianopolitanos: primero demostrando que el problema territorial en la ciudad puede tener solución, que no se puede especular con los terrenos improductivos, es decir, que la “isla de la magia” no es de los ricos. Después recuperando el carácter agrícola histórico de la tierra, haciendo su producción orgánica y haciendo que el territorio verdaderamente cumpla con su función socio-ambiental, a través de las prácticas de la agroecología.
La reforma agraria del estado de Santa Catarina, empieza a ser desarrollada por el estado en los años 90’s, sobretodo con desapropiaciones en las regiones extremo oeste y oeste del estado, mientras en el centro y zona litoránea la situación de la división desigual del territorio persiste[1], y los casos de especulación inmobiliaria de latifundios improductivos no son excepción.
Mientras tanto, el trabajo comunitario sigue en el asentamiento provisorio de Aguas Mornas. Las familias que hoy viven en el territorio y que trabajan colectivamente la tierra están logrando que su producción sea comercializada en las redes locales, a través de anuncios en la Internet, sobre todo en su página en las redes sociales, en que actualizan todas las semanas cuales son los productos que estarán a la disposición y sus precios. Por medio del correo electrónico organicoscomuna@gmail.com cualquier persona de Florianópolis y área metropolitana puede hacer su pedido de los más de 30 productos orgánicos con que trabajan la tierra, como por ejemplo, rábano, rúcula, yuca, albaca, perejil, lechuga, plátano, entre otros.
Con apenas un año de asentamiento y trabajo colectivo de la tierra, la Comuna decidió empezar su producción con hortalizas y otros alimentos que exigiesen menos recursos y pudiera generar alguna rienda en el corto plazo, con el objetivo de lograr su autonomía y autogestión lo más pronto posible y nos estar esperando los “prometidos” beneficios de la reforma agraria estatal – por eso dicen su reforma agraria es popular.
La diversidad de productos que ya producen colectivamente les permitió también solicitar a la secretaría de educación del municipio de Aguas Mornas que respecte la ley 11947/2009, que obliga a que la alimentación en las escuelas públicas sea de preferencia comprada de los productores locales y que los productos sean orgánicos. Así pretenden poder destinar parte de la producción de la Comuna Amarildo a las escuelas públicas locales.
Por otra parte, siguen presionando las entidades públicas locales, a fin de poder matricular a todos sus hijos en las escuelas públicas locales. Además, negocian con las entidades públicas estatales para que llegue finalmente energía eléctrica a la comunidad, pues muchas de las familias de la comuna tuvieron que irse debido a la falta de condiciones básicas para la vida en el territorio provisorio. Con el gobierno federal la lucha es a través del INCRA, para que cumpla con la disposición de 27 mil reales por familia para la construcción de viviendas dignas, aunque provisorias.
Los protagonistas finalmente esperan que su forma de organización comunitaria y colectiva de producción y reproducción de la vida pueda ser ejemplo para otras familias que buscan mejores condiciones de vida en la región, para la sociedad civil en general que pueda tener más claro los problemas del territorio en la región y se concienticen sobre la necesidad de una producción y consumo más sanos de alimentos. Por otra parte esperan que las más de 400 familias catastradas en el proceso puedan acceder a un territorio acorde a sus necesidades y que el gobierno estatal y federal sean presionados a resolver la demanda habitacional de la región, que es de más de 14 mil familias desde hace 25 años.
[1] Hasta la victoria de la lucha por el acceso a la tierra de la Comuna Amarildo solo existían dos asentamientos en esas regiones, una en Araquari y otra en Guaruva.