…título de propiedad
El sueño de obtener el título de propiedad estaba cada vez más cerca. Miguel fue absuelto de la condena de 18 años de cárcel y de los juicios iniciados años atrás contra él. Presentaron cientos de solicitudes de crédito pero todas eran rechazadas; las financieras no daban créditos a indígenas en posesión.
Las prácticas de salud ancestral que desarrollaban los indígenas de Jatarishun les permiten recorrer el mundo dando conferencias sobre su saber. Lo poco que podían ahorrar de este intercambio de experiencias permitía sostener la ilusión de que algún día comprarían sus tierras; la brecha era cada vez menor. Se dieron una serie de invitaciones; pero fue la realizada a Suiza la que les permitirá conseguir el dinero que faltaba. Corría el año 2006.
Una vez cancelado el pago total del costo de la hacienda, en 2009 recibirán el título de propiedad y la escritura pública a nombre de la Asociación de Trabajadores Autónomos Jatarishun. Han transcurrido 22 años de lucha.
…sembrar, compartir y convivir
De camino hacia lo que fue la tierra de disputa, desde la casa de la familia Muñoz, donde me hospedo, lo único que se escucha es el transitar de los riachuelos. Venía acompañado de William vicepresidente, del Consejo de Gobierno de la Calera y de Miguel, que nos comenta:
- Cuando tenía 8 años, con mi madre caminábamos más de 25 kilómetros a pie descalzo. Salíamos a las 2 de la mañana y llegábamos a Muinala, la comunidad más alta, a las 11 de la mañana; hacíamos dos descansos. Llevábamos sacos de maíz y en Muinala intercambiábamos con papas y habas. Este intercambio era bien diferente, por unos cuantos granos de maíz traíamos dos saquillos de papas, no había equivalente, traíamos lo que necesitábamos.
- ¡Sí! Eso me cuenta mi abuela; antes la vida era más generosa, ella también es de los Jatarishun, menciona William.
Durante la década del 60 y 70 del siglo pasado, en la comunidad la Calera se efectuaba el intercambio del aprecio que consistía en la práctica de “sembrar, compartir y convivir”; tres elementos de la cotidianidad que permitían a sus habitantes mantener una relación armónica con la tierra, el agua y el cosmos, generar mecanismos de transferencia de conocimientos entre generaciones; y finalmente, cuidar de la salud. No había prácticas transaccionales mediadas en su totalidad por la moneda y el intercambio equivalente; este tipo de intercambio que empobrece aparece con fuerza desde los años 80.
- Antes de obtener el título de propiedad de la tierra, menciona Miguel, elaboramos una propuesta para que el Municipio de Cotacachi nos la otorgara bajo la forma de compra y venta. Nuestro proyecto fue recuperar el intercambio del aprecio que se basó en tres pilares: la producción agrícola, el aprendizaje y la salud.
…Tierra, agua, producción y turismo
Las nueve hectáreas de la Asociación de Trabajadores Autónomos Jatarishun están divididas en áreas para la producción asociativa y áreas de descanso y recreación. Luego de entregado el título de propiedad de dichas tierras, el desafío consistió en resistir a la presión de la economía capitalista que ha invadido la cotidianidad del sector y la propuesta se basaba en recuperar el aprecio[1].
Miguel explica cómo emerge la propuesta productiva y turística:
- El reto era mantenernos juntos. Las tierras estaban cultivadas, el trabajo en la finca era asociativo y el producto era distribuido según las necesidades de los trabajadores y sus familias, pero debíamos pensar en cómo mantener las nueve hectáreas como espacio de todos, sabíamos que no podíamos escapar totalmente del sistema económico; así que decidimos mantener los cultivos, mientras la tierra que no estaba siendo cultivada sirvió para organizar un espacio recreacional que luego se convirtió en turismo comunitario. Nuestra propuesta no es el turismo de mercado sino la convivencia en el mundo rural. Queríamos un espacio alternativo y hasta nuestra propia moneda.
Nuevamente alzo la mirada ante la finca: entre las canchas de fútbol y la casa de acogida para visitantes se ubica el centro de acopio de leche; avanzados unos metros más al oriente se levantan los cultivos de maíz, habas, chochos, fréjol, hortalizas y papas; el pasto es frecuentado por el ganado. La propuesta turística lleva el nombre de Tambo Jatarishun y su administración en la actualidad está a cargo de las mujeres; ellas tienen la misión de la recepción de los paseantes, cuidar de las piscinas de pesca deportiva y cocinar las truchas que allí se atrapan. Dirigen los fondos económicos generados por las actividades; sin embargo, la potestad del gasto se hace de forma asociativa; como los arreglos de las piscinas de truchas, mantenimiento del complejo y la organización de fiestas son parte de las decisiones de la asamblea.
… sistema de aprendizaje
Al ingresar a la casa de Miguel se puede leer una inscripción que da la bienvenida al Centro para Actividades Autónomas Kausan Capak, el cual está ubicado en la parte posterior de la vivienda. Antes de ingresar al Centro, debo retirarme los zapatos; el par se queda en la escalera de madera que permite la entrada. Tiene un techo como la cumbre del Imbabura, muy elevado; todo es de manera: el piso, las bancas, los escaparates. Encuentro el reloj que gira al revés en medio de un compendio de figuras del cuerpo humano, obras literarias, ventanales que estimulan el ingreso de la luz; es un lugar acogedor. Miguel invita a que me siente:
- Nosotros estamos seguros que no debe existir la asociación entre dinero y educación. Las personas no deben preocuparse en conseguir plata para estudiar. ¡Mi guagua no tiene uniforme! ¡Mi hija no tiene mochila! ¿A caso el chico que tiene mochila, uniforme, calculadora, es un buen estudiante? Hay que cambiar esa mentalidad.
- En este centro educativo no hay recreos, no exámenes, no uniformes, no profesores, no televisiones, no computadores, no útiles escolares, no deberes; pero, sobre todo, no hay títulos; sólo hay poetas, músicos, escritores, somos genios.
- No somos una facultad de ciencia que entrega un cartón. Un individuo no puede llevar marcas ni etiquetas, sólo reconocerse como ser humano.
El Centro se inicia en 1999 no tiene personería jurídica; y menos aún, está registrado por el Ministerio de Educación del Ecuador. La única formalidad que sustenta su existencia es haber declarado al país como un Estado Plurinacional e Intercultural desde 1998; y la confianza de los más de 20 padres de familia que envían a sus hijos es este centro de formación para la vida. Diversos son sus ámbitos de enseñanza, la economía, el arte, la agricultura, la literatura. Pero, sobre todo, se impulsa la creatividad. La educación depende de las realidades locales y de la puesta en práctica de aquellos valores afectivos, respeto, amor y aprecio.
- Aquí enseñamos a nuestros hijos a ser críticos con el dinero; éste daña y explota la Pacha Mama. Queremos que nuestros hijos no sean unos extraterrestres, que vivan de espaldas a la naturaleza, nuestras guaguas son seres humanos que comprenden las cosas de la tierra, afirma Calapi-.
…compartir salud
Los conocimientos de los taytas y mamas que forman el Jatarishun comparten con el mundo su sabiduría sobre salud ancestral. Este hecho permitió conseguir parte del dinero para pagar el valor total de la tierra. Se trata del tercer elemento que sostiene a la asociación como espacio autónomo: compartir salud.
- La palma de la mano no es para leer la suerte sino para saber a qué planta perteneces, con quién estás conectado. Primero hay que escanear la palma a través del vapor y el empaste de barro; las grietas que puedes ver en el barro son similares a la imagen de la hoja de la planta a la que pertenece el cuerpo humano.
Para los Jatarishun la salud tiene articulaciones armónicas con la alimentación, la relación con el entorno físico, con el amor y el respeto.
Estos tres pilares de la Asociación de trabajadores Autónomos Jatarishun son practicados de manera cotidiana tanto entre los asociados como por aquellos comuneros que se adscriben a la propuesta. Una de sus prácticas más comunes es la organización de ferias alternativas de lo que ellos denominan “eco-si-mia”. En este espacio se intercambian alimentos por libros, ropa por salud, o cualquier bien por satisfacción de necesidades, es la experiencia concreta del aprecio en pleno siglo XXI.
[1] El aprecio es la forma de intercambio que se desarrolla sin dependencia de la equivalencia, se asocia a las necesidades de las personas y la naturaleza. Rechaza la moneda (dólares, pesos, soles, sucres); y crea su propia moneda de intercambio donde se expresa el aprecio que es el reconocimiento que hacen las personas a los bienes de uso que se intercambian en función de las relaciones recíprocas entre ellos.