ZRC: Regulación, limitación y ordenamiento de la propiedad rural
De acuerdo a la ley 160 de 1994 los objetivos fundamentales de las ZRC son: (i) Controlar la expansión inadecuada de la frontera agropecuaria del país; (ii) Evitar corregir los fenómenos de inequitativa concentración o fragmentación antieconómica de la propiedad rústica; (iii) Crear las condiciones para la adecuada consolidación y desarrollo sostenible de la economía campesina y de los colonos en la zonas respectivas, (iv) Regular la ocupación y aprovechamiento de las tierras baldías, dando preferencia en su adjudicación a los campesinos o colonos de escasos recursos, (v) Crear y constituir una propuesta integral de desarrollo humano sostenible, de ordenamiento territorial y de gestión política, (vi) Facilitar la ejecución integral de las políticas de desarrollo rural; y finalmente, (vii) Fortalecer los espacios de concertación social, política, ambiental y cultural entre el Estado y las comunidades rurales, garantizando su adecuada participación en las instancias de planificación y decisión local y regional.
Las dificultades en la implementación del Plan de Desarrollo Sostenible de la Zona de Reserva Campesina
A pesar del reconocimiento jurídico de la Zona de Reserva Campesina, su desarrollo práctico en la realidad territorial, económica y política en Cabrera se ha visto limitado, entre otros aspectos, por el débil despliegue institucional para llevar a cabalidad el Plan de Desarrollo Sostenible de la Zona de Reserva Campesina. No es espontanea ni azarosa esta situación, cuando está demostrado que las demandas del sector agrario, rural, popular y campesino en Colombia no han tenido una prevalencia para configurarse, protegerse y fortalecerse, sino por el contrario han sido objeto de las decisiones políticas, administrativas y militares más lesivas y autoritarias en el país, perjudicando gravemente no solo las condiciones de existencia del campesinado, sino a la totalidad de la población colombiana al invisibilizar y exterminar su aporte en la vida social, política, económica y cultural del país.
Zona de reserva Campesina, una vía en la construcción de paz en Colombia
Producto de la insistencia por la salida social y política al conflicto armado en Colombia se firmó en Agosto de 2012 un Acuerdo General para la terminación del Conflicto y la construcción de una Paz Estable y Duradera, entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Estado Colombiano, pretendiendo entonces, iniciar un proceso de conversaciones conforme a una agenda para el dialogo de paz, que comprende seis puntos principales.
Es en esta figura territorial, que las organizaciones campesinas tanto de Cabrera como de otros lugares de Colombia, han recogido unos de los principales avances en sus luchas, no solo para la protección de su labor como elemento fundamental de la economía nacional, sino, especialmente para continuar insistiendo por una política de desarrollo rural integral que signifique la dignificación del campesino, el reconocimiento de su existencia como sujeto especial de protección constitucional e institucional, con una identidad propia, una memoria propia, acreedor del derecho a la tierra, al territorio y a la libre autodeterminación en este.De tal importancia es transformar las relaciones socio-ambientales y económicas del campo colombiano, que para negociar el cese de hostilidades entre las Fuerzas Militares del Estado y grupos rebeldes alzados en armas, el primer aspecto para acordar corresponde a un proceso de ´Política de Desarrollo Agrario integral. Al reconocer la problemática rural como una de las raíces del conflicto armado en Colombia, la figura de Zona de reserva Campesina se manifiesta como una apuesta, un proyecto y un símbolo de la construcción de paz con justicia social en el campo colombiano; un lugar donde se permita gobernar desde la soberanía primaria y no desde las elites militares, políticas y corporativistas.
En defensa del territorio: ¡Ni un paso al Paso!
La política minero-energética del Estado colombiano ha profundizado la crisis agroalimentaria y productiva de los sectores rurales y en general a todos los demás territorios integrados a este. Cabrera posee una vocación agrícola y ganadera desde hace más de doscientos años, pero esto ha tenido cambios y modificaciones; entre otros, por ejemplo ha aumentando la dependencia de paquetes tecnológicos y productivos de origen agroindustrial, dejando en un segundo plano las practicas y saberes ancestrales de cultivo de alimentos y en paralelo dejando a las economías campesinas impactadas por los efectos de los Tratados de Libre Comercio. Así mismo en Cabrera hoy se vive la amenaza su ecosistema, por la oferta institucional de las montañas de la cordillera oriental para exploración de petróleo y producción de energía hidráulica en el Rio Sumapaz.
Esta situación constituye una de las principales amenazas frente a la tierra y el territorio de los habitantes de la Zona de Reserva Campesina de Cabrera, puesto que desde hace aproximadamente 7 años la empresa multinacional colombo/español-italiana, EMGESA-ENEL, ha venido adelantando estudios y procedimientos legales para la realización de un proyecto que integra la construcción de 8 centrales hidroeléctricas en la Cuenca Media del Río Sumapaz, empezando en Cabrera y terminando en otro municipio, Icononzo (Tolima).
Las acciones: Comité de Impulso de la Zona de Reserva Campesina
El Comité de Impulso (CI) de la ZRC, creado el 22 de Octubre del 2013 en un Consejo de Desarrollo Municipal, es un escenario de organización y articulación entre distintos representantes de los sectores sociales, culturales, políticos y productivos de la zona de reserva campesina, comprometidos con dinamizar, activar e impulsar todas las apuestas necesaria para insistir en los fines expresados tanto en el Plan de Desarrollo Sostenible de la Zona de Reserva Campesina como en la memoria misma del buen vivir para las comunidades campesinas. Así mismo, uno de los objetivo del Comité de Impulso es promover y gestionar proyectos sociales-productivos que permitan fortalecer los procesos organizativos, las asociaciones, la participación comunitaria en las decisiones públicas. Es importante mencionar que desde la reactivación de la ZRC en el año 2010, no ha habido aportes significativos por parte del Estado por lo que la mayoría de proyectos que se han logrado desarrollar hasta la fecha dentro de ZRC han sido autogestionados.