Del ‘sistema del habilito’ a la gestión comunal
El sistema del ‘habilito’ se propagó históricamente por toda la Amazonía desde el tiempo de la colonia, como una forma de dominación y control de la población nativa y aquella a la que trasladaban o lo hacían voluntariamente, mediados por la necesidad o atraídos por las riquezas. Con el paso del tiempo este sistema se va adecuando a las formas de administración y gobierno político, permitiendo sostener los centros de explotación de diferentes recursos desde las formas más recrudecidas hasta aquellas que en el contexto republicano se presentan de forma socapada. El habilito consistía en proporcionar a los indígenas y campesinos extractivistas un pago, primero en alimentos y pocas condiciones de vivienda, a cambio del producto de su trabajo; más adelante, como productores o recolectores, los patrones establecían una relación d dependencia, adelantándoles dinero, alimentos, instrumentos de trabajo, vituallas y armas para defender los territorios de aprovechamiento.
Esta forma de vida y trabajo condicionados a la entrega de productos al patrón, se reproduce con distintos matices hasta la actualidad, bajo la actividad de las empresas castañeras, por ejemplo, que suelen pagar por adelantado el producto de las cosechas, pedirlas peladas, quebradas o en bruto, para controlar el nivel de costo del producto y la fuerza de trabajo. Por lo que el ‘trabajar endeudado’, acrecentando día a día y según las necesidades y contratiempos, la deuda, se va encarnando en la forma de vida indígena y campesina. Una zafrera de castaña recibe de adelanto entre Bs. 500 y 2.500, comienza a trabajar endeudada, recibe alimentos a crédito de los almacenes del barraquero –bajo precios acomodados a su conveniencia-, y al finalizar la temporada de zafra, se paga la diferencia entre el producto recolectado y lo adeudado; muchas veces el saldo termina siendo negativo. Sin embargo el saldo a favor del trabajador no siempre es pagado y muchas veces termina siendo negativo” (Informe 2008, PNUD[1]).
Edwin Bismark Lima en su casa de la comunidad de Trinchera
Actualmente en la comunidad de Trinchera encontramos una particular familia extendida, la familia Lima cuya primera generación llegó precisamente de Alianza, Brasil. Don Edwin Bismark Lima explica, “del otro lado del Tahuamanu, mi padre vino a hacer la casa, vino por [sistema] habilito todo el Acre dentro de Bolivia, así vinimos a trabajar, un señor que habilitaba todo el terreno del Acre aquí en Bolivia, trabajando con mula para entregar los víveres a los fregueses y la goma al depósito.”
La familia Lima es boliviana, pero en su cotidiana intimidad tienen al portugués como lengua materna. Este rasgo puede ser característico de las familias campesinas que habitan la frontera entre Bolivia y Brasil, pues sus historias se remontan al trabajo en barracas y feudos bolivianos, brasileros y hasta portugueses.
De hecho, la comunidad de Trinchera hasta mediados del siglo XX, era una barraca gomera que pertenecía a Antonio Rosende Leite, recordado aún por los más ancianos que realizaban el trabajo de sacar el látex de la siringa. Según los comunarios alrededor del año 1952 llega a las tierras la familia de la señora Laura Bismark con su esposo e hijos, entre ellos don Edwin, a trabajar como siringueros. Rosende Leite, al parecer, permanece luego de la Reforma Agraria de 1953, flexibilizando el sistema del habilito hasta 1970.
Entonces, otras familias como los Nakashima Villamar de nacionalidad boliviana habitaban en el territorio conjuntamente con extranjeros brasileros, sumando alrededor de cincuenta familias. Para el año 1975, se abre la carretera Cobija–Puerto Rico, varios brasileros que vivían y trabajaban en la barraca se fueron, pero otros se quedaron, los bolivianos se instalaron a la orilla de la carretera. Todos como moradores vivían del trabajo de extracción de la goma y vendían el producto a los comerciantes que transitaban esta vía.
Desde esa década, los lugares estaban siendo aprovechados como propiedades individuales, debe notarse que el influjo de los gobiernos dictatoriales no llegó a la zona y fue hasta 1988 que obtuvieron la apertura de la primera escuela por la gran cantidad de alumnos, hasta entonces, las familias habían estado enviando a sus hijos a la escuela en un barrio de Epitaciolandia, Estado de Acre, Brasil.
Al principio, la escuela se llamaba “Brasil-Bolivia”, pues muchos de los niños tenían ascendencia brasilera; posteriormente, 30 estudiantes comenzaron a pasar clases es la escuela Marangui, denominación que hoy no encuentra una explicación, pero que seguramente remite a algún lugar en el Estado de Alianza, Brasil.
Durante el año 1993, se realizó la construcción de la actual escuela, con la cesión del terreno de parte de don Manuel Lima Malafaya. Recién para 1999, los vecinos moradores de la zona, deciden conformar una comunidad como tal, construyen una sede que alberga a mujeres y hombres, con sus familias respectivas. El aniversario de la comunidad es el 21 de abril y se celebra en plena frontera Brasil-Bolivia, combinando diferentes elementos de ambas culturas nacionales. Por ejemplo, respecto a la música, en diferentes fiestas, actos escolares y cívicos, es normal escuchar y bailar el taquirari, pero también la samba brasilera. En cuanto a la comida, los platos tradicionales son la patasca, majadito, locro carretero, entre otros; puede afirmarse que los idiomas oficiales de la comunidad son el español y el portugués.
Asimismo, puede afirmarse que la principal actividad cultural de la comunidad tiene que ver con las actividades que se practican, como la siembra de frutos dentro de la tierra, como la yuca y el camote, realizados en luna llena. En cambio, en luna nueva se siembra todo lo que da fruto fuera de la tierra, el plátano, arroz, maíz y frutas (Diagnóstico comunal, CIPCA, 2013).
Actualmente la comunidad de Trinchera está compuesta por 16 familias nucleares, que a su vez, constituyen algunas familias extendidas. A diferencia de otras comunidades, Trinchera no tiene mucho flujo migratorio puesto que se encuentra a dos horas y media del área urbana de Porvenir, la gente sale a realizar sus compras y ventas, los estudiantes de secundaria asisten a sus actividades educativas, y en ocasiones especiales o por salud salen hasta la ciudad Cobija. Varias familias, aprovechan su facilidad con el portugués y sostienen sus lazos familiares en regiones cercanas y no tan cercanas en el Brasil. Ahora, la mayoría de las familias son pandinas, pero tienen una clara ascendencia brasilera que reproducen a través del mantenimiento de su lengua materna, el portugués.
Como producto de la Ley de Participación Popular N° 1551 (1994), la comunidad se organizó como una Organización Territorial de Base (OTB), que les servía de órgano de representación y gestión de proyectos en beneficio de las familias. Tienen la tarea de convocar y dirigir reuniones, de forma ordinaria y de emergencia, dependiendo de la necesidad. Además, la OTB y sus dirigentes, asumen las tareas cívicas, la organización de las fiestas patrias y el aniversario de la comunidad.
Por otra parte y también, de acuerdo a la entonces promovida participación popular, el Concejo Social Comunitario representa a los padres de familia de la unidad educativa. Su principal labor es coordinar y fiscalizar el trabajo de los profesores, que suelen tener problemas con desplazarse al área rural. Además, organizan reuniones con los padres de familia, organizan el desayuno escolar de los niños y niñas, y deben estar pendientes del buen funcionamiento del inmueble de la unidad educativa, así como la responsabilidad de los profesores y estudiantes.
Aunque se han suscrito a la federación departamental de campesinos, una debilidad permanente en la comunidad es que no se encuentra mucho interés en afiliarse a la organización matriz de la federación de mujeres campesinas “Bartolina Sisa”.
La comunidad de Trinchera cuenta con 9.998 has, donde los comunarios han podido identificar dos tipos de bosques, alto y bajo. El Bosque Alto comprende unas 6,000 has. y es usado casi exclusivamente para el aprovechamiento de la castaña y madera, y otros recursos de importancia como el majo, jatata, siringa, etc. La castaña es uno de los principales productos de la comunidad y cada familia tiene acceso a un área determinada en función de las normas internas por hacer un aprovechamiento adecuado.
Aunque la región es tradicionalmente siringuera, y ésta, ha sido la primera actividad extractiva que han realizado como moradores, actualmente está paralizada. Esto seguramente tiene que ver con el costo de la siringa y por la capacidad que adquiere el Brasil en el mercado, pues a diferencia de Bolivia, ha organizado ‘reservas extractivistas’ y ha organizado a los campesinos extractivistas y siringueros para la gestión territorial, el aprovechamiento e incluso la transformación del producto. Cada familia cuenta con 3 estradas para su aprovechamiento, de acuerdo a las normas internas y en caso de no contar con éstas cerca de su asentamiento, las familias pueden abrirlas en las zona de monte bajo.
En el caso de las palmeras, asaí, majo, jatata y otros productos de recolección, lo hacen de forma coordinada y privilegiando el aprovechamiento para el autoconsumo.
En cuanto a los recursos maderables, la normativa comunal indica que ninguna familia puede hacer explotar este recurso sin previo trámite administrativo en la Autoridad de Bosques y Tierra (ABT), dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras; además, de solicitar la declaración y permiso de la comunidad en asamblea, reportando la cantidad y especie. Sólo se permite un aprovechamiento en pequeña escala.
El Bosque Bajo es toda el área que no está en uso, aunque existe un gran potencial de goma principalmente, palmas y lugares estratégicos para emprender proyectos turísticos. La zona es rica por su diversidad de recursos naturales, se encuentra la palma real, majo, siringa, asaí; y al encontrarse palmeras con frutos, también existe la presencia de animales como el jochi, huaso, antas, chancho de monte, etc.
Cuando nos referimos a las ‘normas comunales’, en realidad, no estamos refiriendo a un documento escrito para el aprovechamiento del Bosque Bajo, aunque sí se aplican algunas normas, principalmente en referencia a la caza y pesca, o el aprovechamiento de palmas, sólo se puede hacer uso para fines de autoconsumo y no para la comercialización. En cuanto a las palmeras, está prohibida su deforestación. La comunidad tiene previsto normar la forma de aprovechamiento para el turismo, puesto que tiene un gran potencial.
Se consideran áreas de uso agropecuario, a los chacos familiares, donde cada familia tiene sus plantaciones de arroz, frejol, maíz, plátano, yuca y otros, productos para su consumo familiar y en muy baja escala para la comercialización.
Las áreas deforestadas son pastizales donde crían ganado, actividad económica importante, pero que no cuenta con ninguna normativa que regule su uso y manejo, pues están delimitadas con alambrados. Son 8 familias las que se abocan a esta actividad y se encuentran en un centro poblado (unas 100 has.), mientras que el resto del área es monte primario extendido hasta el límite con el bosque bajo. Se accede por una senda que llega hasta el rio Tahuamanu, a la que ingresan medios de trasporte y que al paso incluyen tres propiedades privadas Xiquitaya, Santa Fe y Traeral. En época de zafra de castaña siempre tienen dificultades por los límites de acceso para el aprovechamiento, se estima un total de 382 Has. de pastizales para ganado vacuno.
En el caso de la familia de don Edwin Bismark Lima, explica que ni él, ni su esposa hacen zafra de castaña, esto por lo avanzado de su edad, pero que sí se ocupan de sus chacos familiares, donde cuentan con plátano, arroz, maíz, yuca entre otros; además de tener ganado vacuno. Harris, su hijo mayor, explica que los 5 hermanos están incluidos en la lista de la comunidad, es decir, que tienen permiso de aprovechamiento y que en promedio, cada uno cuenta con al menos 60 cabezas de ganado.
[1] Investigación muestra que en el norte del país subsiste el habilito, Periódico PIEB, viernes 14 de noviembre de 2008. Disponible en: http://www.pieb.com.bo/sec_investigacion.php?idn=3328