De Santo Domingo hacia Puerto Maldonado
José, proviene de una familia de siete hermanos, cuatro varones y tres mujeres. De los cuales, el único que sobrevive al momento es él. Huérfano de padre desde sus siete años, vivió con su madre quien ante la depresión por la pérdida de su esposo, vivió sumida en el consumo de alcohol. Ante el abandono de la crianza por parte de la madre, José acaba la primaria en la comunidad de Santo Domingo y a temprana edad, decide alejarse, buscando trabajo en una infinidad de rubros, desde la carpintería hasta la minería, comenta que estos espacios le trajeron muchas enseñanzas pero sobre todo muchas dificultades, ya que sufrió mucha explotación laboral sobre todo en el trabajo de la minería.
La experiencia en la mina en el distrito de Laberinto y el río Colorado
La experiencia de José, evidencia maltratos a los que son sometidos los trabajadores dentro de la mina, sin las condiciones laborales requeridas, y con el riesgo de contraer muchas enfermedades, en que muchos casos no llegan a curarse o siquiera culminar el tratamiento, debido a que en estos centros mineros tampoco se cuenta con postas de salud o las existentes no cuentan con las condiciones para atender los problemas de salud.
Juan y Sofía encaminan nuevos proyectos
En un inicio y por lo ingresos percibidos por su trabajo en la mina. José comenta que junto a su esposa ven la opción de Puerto Maldonado, como un lugar para establecerse, es así que durante un año, permanecen en la región. El trabajando en la construcción y ella en un restaurante en el área de cocina. José anteriormente y estando soltero además había adquirido un terreno en el asentamiento denominado Milagros, con este mismo propósito. Sin embargo, las condiciones, respecto al clima y las dinámicas en Puerto Maldonado, terminan por agobiarlos. Así que deciden, vender el terreno y retornar a Santo Domingo.
Al retorno definitivo a la comunidad empiezan a trabajar en proyección y a partir a los terrenos, que fueron adquiriendo sucesivamente con el dinero obtenido en Puerto Maldonado.
Una iniciativa regional da pie a la transformación de la vivienda
La familia de José ve concretarse gran parte de sus proyectos, dentro de la comunidad de Santo Domingo a partir de la transformación de su vivienda que inicia el año 2008.
En un inicio, José confiesa que el impulso fue dado por el surgimiento de un concurso, promovido por la institución Arariwa, en coordinación y apoyo de los municipios de la región de Cuatro Lagunas y con el apoyo de instituciones públicas y privadas. El concurso de denominó Viviendas Saludables y Agricultura Sostenible.
José, se motiva a participar en la primera y segunda versión del concurso, de la cual resulta ganador. Comenta que inicio con la construcción de los espacios relacionados a la cocina, el fogón y el refrigerador ecológico, alacenas, lavatorios, despensa donde guardaban los alimentos y otros para guardar las semillas. Más adelante, amplia a un comedor y los dormitorios.
Posteriormente, la construcción del cobertizo para el ganado, y un cuarto de herramientas.
Crianza de cuyes
José, desde un inicio se mentalizó en la construcción de un galpón para cuyes grande, porque siempre quiso especializarse en la crianza de estos animales. La transformación de los espacios destinados al cuy, la posibilidad de aumentar el número de ejemplares, la especialización de José en este rubro y la demanda de compradores de la zona para llevar a Cusco. Empezó a constituirse como la fuente principal fuente de ingresos, para la familia generando entre 300 a 400 soles mensuales.
Huerto familiar
El huerto familiar es otro de los espacios que se destacan dentro de la vivienda. En un trabajo conjunto los cultivos son cuidados tanto por José como por Sofía.
Aprovechamiento de bofedales para la gestión de agua y la producción de alimentos
El incremento de la productividad de sus cultivos, se ha visto materializado al exterior de la vivienda donde se encuentra la chacra y otros terrenos que José y su familia fueron adquiriendo mediante compra. Algunos de estos espacios en un inicio ubicados en bofedales, fueron espacios aprovechados a través de la rehabilitación de los suelos y el aprovechamiento del agua subterránea en la zona.