Demografía y cultura en Belén de Andamarka
a) Población e identidad. Según los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 2012 (CNPV 2012), el municipio de Belén de Andamarka cuenta con 2.016 habitantes, con una predominancia en número de varones (1.047 – 51.93 %) frente a las mujeres (969 – 48.07 %). Belén de Andamarka pertenece a la Nación Originaria[1] Jach’a Karangas. El año 2012, de los 2.016 habitantes de Belén de Andamarka, 1.767 se identificaron como indígenas (CNPV 2012). El idioma indígena que hablan los Karangas es el aymara.
b) Tenencia y propiedad de la tierra. En la Marka Belén de Andamarka la tierra se concibe como propiedad colectiva de la comunidad; la sayaña es la medida de distribución de la tierra, en calidad de usufructo, a las personas que tienen filiación de parentesco con familias de la misma comunidad.
La sayaña no es sólo unidad productiva agropecuaria sino que enmarca una compleja relación religiosa, ritual y simbólica con las divinidades y ancestros; en la sayaña se encuentra el espacio sagrado circular llamado kancha, donde se realizan rituales como la k’illpa (marcado) del ganado y donde se guardan las uywa illanaka (figuras que representan la energía procreadora del ganado) (Ayllu Sartañani, 1992: 41 – 42).
La extensión de la sayaña fue disminuyendo con el transcurso del tiempo lo que representa un problema serio para los pobladores, por ejemplo el año 1992 se indicaba que una sayaña podía tener hasta 200 hectáreas (Ayllu Sartañani, 1992: 44), el año 2001 redujo a 90.7 hectáreas y el año 2010 alcanzó a 45.9 hectáreas (VT - RIPIO, 2010: 8). Esta disminución está relacionada con el incremento de la población en la Marka Belén de Andamarka.
Hace años, cuando la tierra alcanzaba para todos, se dotaba de sayaña a los jóvenes que formaban nuevas familias dentro la comunidad (VT - RIPIO, 2010: 15). En la actualidad, si bien ya no se dota de nuevas sayaña, se reconoce el acceso a las mismas por medio de la herencia de padres a hijos o a algún pariente cercano. Los titulares de la sayaña son reconocidos por la comunidad y están registrados en un documento denominado padroncillo.
Un problema que se agudiza cada vez más es que “bajo una contribución se mantiene hasta a cinco familias pues los hijos se casan y no se puede crear otra contribución, la tierra no alcanza. . .” (Testimonio Oral, Ayllu Belén de Andamarka, mayo 2010 en VT - RIPIO, 2010: 26). Esa es la razón por la que el número de sayañeros disminuyó de 230, que eran el año 2001, a 170 contribuyentes para el año 2010 (Entrevista a Cristóbal Huanca[2], diciembre de 2014).
Puesto que la tierra pertenece a la comunidad, los titulares de la sayaña o “sayañero” deben cumplir cada año con las siguientes obligaciones: contribución o pago de cuota económica, ejercicio de cargo de autoridad originaria, realización de trabajos comunales, y cumplimiento de los usos y costumbres propios de la marka.
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[1] En Bolivia se entiende por nación Indígena Originaria Campesina a toda colectividad humana que comparte identidad cultural, idioma, tradición histórica, instituciones, territorialidad, cosmovisión y cuya existencia es anterior a la invasión colonial española (art. 30, CPE).
[2]Cristóbal Huanca Salles, es nacido en la comunidad Agua Rica. Ejerció diferentes cargos desde la comunidad hasta el nivel nacional, entre ellos se pueden destacar el de Mallku de Marka y Mallku del Consejo de Gobierno del CONAMAQ, actualmente tiene el cargo de Amawt’a (sabio) en el CONAMAQ. Es durante su gestión de Mallku de Ayllu (2010 – 2011) que impulsó el saneamiento y la titulación del territorio.