Gestión de la tierra y el territorio
Como ya se manifestó anteriormente, la comunidad de la Toglla ha pasado por décadas difíciles: en relación a su territorio como a su actividad principal económica. De la misma manera, la influencia de la vida del consumo y de la ciudad ha dejado sus huellas entre los comuneros y comuneras; y las oportunidades que, cada vez más ofrece Quito, ganaron importancia para los pobladores. Sin embargo, en los últimos años se ha iniciado una propuesta comunitaria para permitir que la Toglla tenga un futuro, tanto social como económico; y que los habitantes no se vean forzados de salir de su comunidad.
Desde el año 2011, el gobierno comunitario está llevando a cabo la iniciativa de un diagnóstico participativo en la comunidad – con el apoyo de organizaciones sociales – y que muestra la pérdida de la vida comunal y los conocimientos ancestrales que aún existen en la comunidad. Por lo tanto, mediante varias medidas y acciones se busca: por un lado, recuperar lo ancestral como modo de vida; y por otro lado, crear un desarrollo económico y de infraestructura; ya que lo último es una problemática permanente entre las comunas y comunidades que se ubican en las zonas rurales del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ).
Al inicio, una prioridad fue la necesidad de mejorar la gobernabilidad de la comunidad. Mediante la integración en el CODENPE y la implementación de un Consejo de Gobierno Comunitario se cumplieron algunas funciones que no tenía la Toglla cuando era comuna, y estaba adscrita al MAGAP. Como el cabildo que regía anteriormente, el gobierno comunitario organiza y administra a los comuneros y comuneras a partir de su territorio pero se compone de más personas. Existen varias dirigencias para temas específicos; como por ejemplo para la justicia indígena, territorios y recursos naturales, el desarrollo productivo o la salud ancestral. Mediante estas dirigencias se busca construir equipos de trabajo e incorporar una amplia cantidad de personas para que ellas mismos se hagan responsables de gestionar la comunidad según sus conocimientos e intereses. De esta manera, se espera que los comuneros y comuneras den mayor importancia a la vida comunal y recuperen su apoyo mediante la participación en asambleas y actividades comunales.
Se dio un enfoque en la incorporación de jóvenes al gobierno comunitario, puesto que muchas comunas tienen problemas con la brecha generacional donde los cabildos solamente reúnen a personas mayores y donde hay poco interés por parte de las nuevas generaciones en participar en asambleas, mingas, etc., y varias de las nuevas dirigencias están compuestas de profesionales que brindan apoyo técnico y tecnológico.
A pesar de que los cabildos en las décadas anteriores, tanto por sus propias debilidades como por la presión desde el exterior, han perdido mucha autoridad al interior de la comunidad; en la actualidad se intenta fortalecer de nuevo la Institucionalidad del Gobierno Comunitario. Se reformaron los estatutos para ajustar la estructura organizativa a nuevos retos (por ejemplo, el mandato de la dirigencia ahora es de dos años en vez de uno solo); y se está llevando a cabo la tarea importante de planificar la vida comunitaria, tanto en el presente como para el futuro.
Uno de los instrumentos claves para esta planificación es la elaboración del “Plan de Vida del Buen Vivir Comunitario” que puede ser especificada como una forma de Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial. En Ecuador, estos Planes de Desarrollo se realizan en varios niveles institucionales: como las provincias, cantones y parroquias; no obstante, las comunas son marginadas de esta planificación. Además, los Planes de Vida son una propuesta distinta a la planificación estatal, ya que se parte de una amplia participación de los comuneros y comuneras – en vez de una elaboración de los técnicos – y se incorporan otras temáticas que son importantes para la vida comunitaria como la recuperación de la memoria histórica, la salud ancestral, la educación bilingüe, entre otras. En conclusión, la construcción del Plan de Vida permitirá un mayor posicionamiento para la comunidad ante las autoridades públicas y la generación de una propuesta propia de desarrollo comunitario; todo ello, en un marco donde el gobierno comunitario asuma las competencias y derechos que le correspondan.
Algunos temas clave que se han tratado en la Toglla fueron: primero, la realización de un censo comunitario y la georeferenciación de los límites del territorio comunal. Es importante mencionar que, a pesar de que la comunidad tiene un mapa elaborado en 1923 donde se ubican los linderos, estos límites no están registrados en mapas oficiales de los cuales hacen uso el municipio o el Gobierno Nacional – razón por la cual las invasiones se dieron con mayor facilidad; segundo, se hizo un registro de los usos y de la tenencia de tierra, y a partir del mismo se está creando una forma de catastro interno que sirve para el ordenamiento territorial y la zonificación de la comunidad (zona residencial, uso agrícola, etc.). Además, se han tratado otras temáticas como: la determinación de la vocación productiva, cuidado del espacio ambiental y la construcción de la memoria histórica.
El fortalecimiento de la identidad comunal y de las prácticas colectivas se determina a partir de una fuerte solidaridad entre los comuneros y comuneras. Para ello, son importantes las prácticas colectivas, como la participación en asambleas o mingas, que se siguen practicando, pero cuyo objetivo va más allá de la agricultura como sucedía en el pasado. En la actualidad, las mingas se realizan, entre otros ejemplos, para la construcción de edificios comunales o la reforestación del Ilaló. Más allá de las mingas, las fiestas son un aspecto importante para la vida comunitaria; y en ese sentido, desde hace algunos años, se están recuperando los rituales indígenas y fiestas tradicionales como el Inti Raymi que se celebran agradeciéndole al taita Ilaló.
Un hito donde se ha logrado mantener y fortalecer una costumbre ancestral, es la práctica de la justicia indígena en la Toglla; tal logro ha permitido resolver, sobre todo, algunos conflictos internos sobre la tierra, pero también conflictos en otros ámbitos. Además, la comunidad ha llegado a un acuerdo con el Municipio del DMQ y el Gobierno Provincial de Pichincha que permite que la Toglla tenga la competencia para sentenciar juicios internamente y que sea respetado por la justicia ordinaria.
Para terminar, conviene mencionar algunas de las iniciativas que la comunidad está llevando a cabo en este momento o busca iniciar en los próximos meses. Entre ellas consta la preservación del patrimonio natural (reforestación, recuperación de senderos ecológicos) para emprender proyectos de turismo comunitario, la implementación de un banco comunitario, una caja de ahorros, la realización de una feria de productos básicos para el abastecimiento de los comuneros y comuneras, la construcción de aulas de capacitación y la enseñanza mediante cursos de capacitación en distintos temas, la implementación de viveros para niños y jóvenes, y la instalación de un centro de producción de economía comunitaria (que incorpore asociaciones de confecciones, limpieza, etc.). Así mismo, algunos comuneros están recuperando la producción del cedazo y de otros productos elaborados con la cola de caballo. En conclusión, todas estas acciones que la comunidad está llevando a cabo, son proyectos que buscan una salida a los conflictos que han vivido los comuneros y comuneras, y dar un futuro próspero de vida comunitaria a la Toglla.