Problemas para consolidar la autonomía y el territorio
A pesar de que existe una organización indígena fuerte, los diversos actores que disputan el territorio y lo configuran, como los terratenientes, los menonitas, los mestizos y extranjeros y migrantes que llegan en búsqueda de oportunidades, tratan de consolidar su visión sobre el desarrollo en la región. Esto se manifiesta de manera patente en el marco jurídico, político y económico de la TCO Charagua Norte para enfrentar los retos que desde una historia de largo aliento se viene gestando.
Es evidente que el tema de la autonomía y el territorio son indisociables para el pueblo guaraní de la TCO Charagua Norte, no sólo por las nuevas subjetividades que se han formado a lo largo de la consolidación de sus organizaciones, sino por el entramado histórico que subyace en estas demandas. Por ello, he tratado de puntualizar que la dignidad tiene el rostro de estos componentes. Es lo que desde otra matriz cultural se conoce como desarrollo.
En este sentido, así lo ha reconocido el propio Estado, en la Constitución Política de Bolivia en enero de 2009, el respeto a la dignidad, la tierra y el territorio y las formas de organización propias en las regiones indígenas originario campesinas. Desde luego, esto fue una conquista de los pueblos indígenas de tierras bajas pues la CIDOB en 1992 en la Propuesta de Ley Indígena incluía esta demanda histórica como eje fundamental. Además fue una de las plataformas en las marchas por Tierra y Dignidad de los años noventa, que abrió nuevas posibilidades a la resistencia guaraní.
Este marco jurídico afianzado en la constitución del Estado Plurinacional, establece que pueden acceder a la autonomía indígena originario campesina, municipios y regiones, tanto las que existen como las que desean conformarse.
El artículo 2 de la constitución, establece la existencia pre colonial de las naciones y pueblos indígenas originario campesino, lo que garantiza su libre determinación como derecho a la autonomía, el autogobierno y el reconocimiento de sus propias instituciones. Por su parte, el artículo 289 señala: “La autonomía indígena originaria campesina consiste en el autogobierno como ejercicio de la libre determinación de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, cuya población comparte territorio, cultura, historia, lenguas, y organización o instituciones jurídicas, políticas, sociales y económicas propias”
Este nuevo escenario, permite establecer una serie de demandas que reconfiguran al Estado. A partir del nuevo constituyente Bolivia adopta para su organización un sistema de autonomías y descentralización desde la constitución como Estado Plurinacional. Esto trae consigo no sólo nuevos planteamientos en el ejercicio del poder, sino que obliga a plantearse la reestructuración de las antiguas formas de gobierno. Es decir, los tres poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial quedan trastocados desde una propuesta social y popular. Ahí está una de las más álgidas tensiones entre los pueblos indígenas y el Estado.
El poder que anteriormente estaba centralizado y ejercía control sobre el territorio nacional, ahora se busca que sea administrado de forma descentralizada con otros gobiernos departamentales, municipios y regiones. Esta transferencia de poder acarrea una serie de problemáticas que constituyen el presente de la lucha en Charagua. Si bien los ciudadanos perciben que el Estado les otorga un papel central en el nuevo rumbo del país, también perciben que el proceso autonómico es lento. Además, existen grupos de interés que dificultan la consolidación del proyecto. Sin embargo, como nos comparte don René Gómez Tigua, habitante de Ivitiporä y presidente de la organización sobre autonomía en Charagua, la actual coyuntura abre otro camino: “nunca ha habido posibilidad de hacer esa autonomía por la política, por mucho tiempo muy definido por los golpes de estado. Los gobiernos siempre han sido de la derecha, si la derecha hubiese dicho que sea libre y autónomo pero no nos dieron esa oportunidad. Entonces nace la coyuntura política en donde emerge esa idea de que se puede ser autónomo, el gobierno de Evo dio esa apertura. Se han hecho las marchas, el manifiesto a nivel de naciones, entonces esto se convirtió como una plataforma de lucha de los pueblos y el gobierno asume como un acto público las autonomías, en su estructura y esquema de que seamos autónomos. Nace, más que todo, las leyes, la Constitución Política nueva. Eso nos favoreció para proceder la autonomía hacerla.”
Después de aprobar el estatuto, se envió al tribunal constitucional. Éste mando 22 artículos observados, argumentando que contravenían el marco jurídico establecido en la Constitución Política de Bolivia. Después de modificar estos artículos se envió de nuevo y fue aprobado. Hoy, la etapa en la que se encuentra el municipio, es la de hacer un referéndum para la aprobación del estatuto. Esto se tiene planeado para los primeros meses de 2015. La lucha por consolidar la autonomía es larga, sinuosa y lenta, pero es el horizonte que se está abriendo para vivir con dignidad, según el decir de don René.