Información geo referencial
La comunidad Ramada Quemada forma parte del Distrito Indígena El Futuro, que pertenece al municipio de San Miguel de Velasco, en la zona chiquitana del departamento de Santa Cruz del oriente boliviano. El municipio se encuentra al noreste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, a aproximadamente a 320 kilómetros de distancia, con una altura promedio de 494 metros sobre el nivel del mar y una superficie aproximada de 8.928,54 Km2.
Este territorio sigue la dirección Santa Cruz – Corumbá (Brasil) hacia el Sureste y en este sentido limita al Este con la frontera brasileña (río Paraguay), al Oeste con el río Grande o Guapay y al Norte limita con el río Iténez o Guaporé.
Es importante considerar que si bien la Chiquitanía abarca la provincia José Miguel de Velasco y otras 4 provincias más, las demandas de titulación de tierras comunales chiquitanas, ya sea según Tierra Comunitaria de Origen o Tierra Comunitaria, están bastante dispersas debido a la existencia de población que no se reconoce como indígena. Por eso, San Miguel de Velasco y las comunidades indígenas comprenden una parcialidad restituida del pueblo indígena chiquitano.
Demanda de tierra y territorio y gestión territorial
La experiencia de la población del territorio comunal de Ramada Quemada tiene un alto énfasis en la consecución de legislación y políticas del Estado, a través de la apropiación e incidencia de los derechos de los pueblos indígenas. Esta estrategia ha sido una opción para pueblos ancestrales con largos procesos de resistencia y permanente postergación que impugnan la soberanía del Estado Nacional sobre sus territorios, y que en el caso de la comunidad Ramada Quemada, deviene en una demanda por tierra y territorio.
Actualmente, la comunidad Ramada Quemada se encuentra esperando la entrega formal del título ejecutorial de propiedad comunal de 3.701,3830 hectáreas. Pese a ello, las familias de la comunidad han logrado consolidar un importante avance en cuanto a gestión del territorio comunal, como la solución de conflictos por la tierra, producción agropecuaria, manejos de los recursos naturales, con ínfimo apoyo del Estado. El proceso de gestión territorial, desde un principio estuvo sorteada al azar del empeño y trabajo que realizaban las autoridades comunales para generar recursos propios y gestionar el apoyo de diferentes instituciones de cooperación.