Acceder a la tierra para sostener el territorio
Las familias de las haciendas por su condición de empatronadas no tenían contacto con su entorno y menos contaban con acceso a información sobre los acontecimientos en la región. Uno de sus primeros contactos con el mundo externo fueron los Kereimbas alfabetizadores que llegaron a todas las haciendas de la región, esos jóvenes guaraníes de otras zonas, llevaron la noticia de que en la provincia Cordillera y en la zona Ingre se estaban llevando a cabo reasentamientos de familias sin tierra, con apoyo de la Asamblea del Pueblo Guaraní y la Coordinadora de Instituciones. Por ese mismo medio, también conocieron que los guaraníes de Bolivia estaban en proceso de reorganización y que entre sus principales objetivos se encontraba la unificación del pueblo guaraní, la reconstitución del territorio y la recuperación de la identidad cultural (Ñande Reko). Reconocen que fue muy importante, como parte de la alfabetización, la reflexión y análisis sobre las condiciones en que vivían en las haciendas, conocer sus derechos y analizar las causas de la deuda permanente que tenían con los patrones (hacendados). Como efectos de esas acciones, las familias comenzaron a pensar en salir de esa situación de pobreza y explotación, algunas se salieron y se fueron a vivir a la comunidad de Kaapuku (vecina de Guirasai), provocando una situación de emergencia que obligó a la APG a poner en marcha la estrategia de emergencia para la compra tierras, sin que ello haya significado renunciar al derecho que tenía el pueblo guaraní de acceder a tierras mediante la afectación, dotación, restitución y reversión.
Para la Coordinadora de Instituciones, presidida por la APG, que había creado la Oficina de Tierras con el mandato de comprar haciendas y apoyar el reasentamiento de familias, no le fue fácil encontrar propietarios que quieran vender, en general corrió la voz entre los dueños de hacienda para frenar el interés de la APG por crear nuevas comunidades, y otros propietarios subieron los precios para aprovechar la ocasión, las condiciones de la mayoría de las tierras en el mercado no eran adecuadas para la conformación de nuevas comunidades o ya habían sido deterioradas por décadas de explotación.