Paraíso y profecías que se cumplen
La comunidad de Yaguarú, desde la década de los setenta, ha vivido un periodo de transformaciones respecto a la lucha por la tierra, al pasar de régimen de propiedad comunal a parcelaria individual, con lo cual surge la venta de tierras y un mayor auge de las relaciones mercantiles.
Si bien otro tipo de industrias y cambios son asumidos como abruptos, son las empresas madereras las que han generado una profunda transformación en la vida guaraya. Según el Plan de Desarrollo Municipal (PDM), las empresas desde un inicio han dejado pocos beneficios a los indígenas y campesinos de la región, al ser las obligaciones tributarias administradas por el Estado, mientras las empresas forestales y el sector privado no dejan de tener el respaldo de leyes y de instituciones estatales (Martínez, 2011:50).
Esta explotación también generó que se dieran las primeras migraciones de colonos de diversas regiones del país. En resumen, la historia del pueblo Guarayo encuentra su punto de inflexión con la entrada de procesos de despojo.
Los intereses de la élite de Santa Cruz, lejos de difuminarse, se han afianzado con fuertes intereses económicos en Guarayos, lo que ha propiciado que el movimiento indígena se desarticule, al ser impulsada la toma de instalaciones de la central de Urubichá, por la prefectura de Santa Cruz, o interrupciones en las asambleas de la COGNAG que realizan grupos de la Unión Juvenil Cruceñista, y una serie de actos violentos que han dividido a la organización indígena, esto aunado a la corrupción de algunos exdirigentes, propiciando el fortalecimiento de los grupos de poder (Sanabria, 2011:24).
En la actualidad, esta lucha se reafirma, como nos comparte la señora Ludovica Macue: “Hay que cuidar la madre tierra. Si tuviéramos una visión de trabajar la tierra, porque lo que nos hace daño son los forestales, los que talan los bosques, no saben aprovechar, unas cuantas personas manejan. Aquí, las tierras dan buenos frutos y no hay plan de gestión para aprovechar nosotros, no hay ingreso, así nos vamos a quedar encerrados en cuatro paredes sin saber qué hacer”.