Cultivar la vida y nuevos productos
Eduardo: En la zona de Matikuni Qeyapaya, hacemos cultivos de arveja, duraznos hemos plantado, ahora están dando duraznos, podemos injertar también, frutales es mejor, ya pues con la pareja que ya tengo, no hay de otra qué vamos a hacer (risas), no voy a estar sentado, echado, ¿de dónde va a venir la plata? No hay de otra, sembrar y cosechar. Ya tenemos mis pequeños bebés y para ellos también, una mujercita, un varoncito nada más, al año le toca la escuela a ella.
Nosotros sembramos, más que todo, yo siembro con arado, mi esposa, mi señora sabe comprar hay diferentes arvejas pairumani, amarete, poreja dicen, hartas clases hay de arveja, nosotros pairumani y amarete sembramos; haba allá abajo [sembraremos], ahora ya vamos a plantar acelga, lechuga y otros, toda esa producción lo vendemos, la Marina lo lleva, mi esposa lo lleva al [mercado de] la [calle] Rodríguez.
Yo me voy a trabajar, ahora le estoy ayudando a la Marina, a veces con la chacra no hay tanto [para] abastecer, también ya algo quieres sobresalir, también hay pues de diferentes lugares [estoy] buscando trabajito, yo me voy a trabajar a otro lado; como ahora, a su padrino de la Marina se lo estoy haciendo casita, también tengo algunos amigos que me llevan a la mina, al lado de Santa Rosa en Sud Yungas, no faltan amigos [que preguntan] ‘¿quieres ir?’, y yo quiero ir a trabajar, nada más sé ir, yo no soy socio nada, pero sé ir así de representante, y de ahí, un poquito ganas ya alguito, no es como del cultivo, un poquito sobresale siempre ¿no? Dividiendo, se parten y a veces conviene, a veces no también, es fuerte el trabajo.
Yo tengo un lote allá abajo, en Matikuni, un lotecito me he comprado que pertenece a Tuhuaco y ahí también estamos colocando [cultivos]. Yo no me he comprado solito, nos hemos comprado con mi suegro, con su papá de la Marina, son como 4 hectáreas. El clima es mejor, calientito, recién nos hemos comprado hace uno año, ya hemos colocado ahora, ya hemos sembrado papa, hemos hecho arar, hemos colocado alfa, papa, arveja, haba, acelga, lechuga […] el terrenito es grande, aquí es pequeñito, no hay caso también colocar, el agua viene por allá abajo y abajo [en Matikuni] da mucho mejor, año entero puede dar [producción] porque es cálido.
Ahora pensamos colocar espárrago, ya tenemos semilla y hemos colocado. La Marina no quiere estar sufriendo como antes, ‘hay que sobresalir’ dice, yo le apoyo y estamos pensando [en la producción] de espárrago, creo que se gana mejorcito.
[La semilla] nos ha vendido un ingeniero, mi esposa sabe muy bien y no sé de cómo, había un taller en Huancapampa y ahí creo que ha llegado el ingeniero Antonio. Como son ingenieros quieren ayudar con contraparte o sin contraparte, pero a veces la gente no da importancia. De este sector digamos de Choquecota, Tacapaya, ‘no pues, qué va a dar, tan altura va a decir’; pero la Marina se ha enterado eso y le ha dado importancia ‘eso colocaremos’ dice, semillas ha comprado y ya está allá abajo. Le gusta, yo le apoyo a colocar, ‘nos vamos a dedicar a eso’ dice, pero yo también tengo que ir a trabajar a otro lado, y así, sobresalir.
Siempre que nos apoyemos, para el futuro de mis niños también yo pienso, a mí me ha costado conseguirme. Yo no quiero que se queden mis hijos ahí nomás, si van a estudiar tienen que estudiar bien hasta profesional es mi sueño de mí. Por eso, a veces la gente es aquí malita [y] ya estoy decidido a irme allá abajo nomás.
Los olores del campo, florecer en los hijos y en los cultivos
Eduardo: Me gusta [el campo], no estar en la ciudad, no me gusta, es para plata y para economía, y también allá [el] medio ambiente también es otra cosa, el olor a gasolina, ruidos; y cuando estás en el campo, no escuchas ruidos, ni el olor. Más bien estás ambientado aquí, cuando estoy por este sector miro allá: verde; miro aquel lado: verde. Cuando estás en la ciudad, luz por aquí, edificio para mirar nomás, basura por aquí, por allá, por eso me gusta el campo a mí. Yo quería pues que haya una institución que conozca Palca, no hay ni una institución a este lado, nada, una opción para mis hijos, para mí.
Marina: Aquí estoy más alegre, cuando está en época de floración, cuando está enverdeciendo y vas donde los duraznos, las manzanas están creciendo, las retamas están floreciendo, es bien bonito estar en el campo. El perfume de las flores, cuando vas a la ciudad solo hueles el olor de autos, el olor del auto, eso es lo que no me gusta a mí.
La ciudad no me ha gustado. En allá es vivir limpio, dicen que ya no te cansas, [pero] igual te cansas trabajando, igual buscas plata por todo lado. Si no tienes plata no estás comido, por lo menos en el campo te haces papa, te haces chuño[1], tienes choclo seco, tienes haba verde seco, cualquier cosa te cocinas aunque no tienes plata, aunque no tienes carne. Pero si no trabajas en [la ciudad] no vas a tener comida tampoco, trabajas te compras, a pesar que seas una empresaria así, eso es, hemos pensado también eso, pero aquí estamos felices.
Mis hijitos se bajan de la chacra, duraznos se bajan, comen, ya están acostumbrados a eso, vamos a poner más plantas, más bonita ya va estar la huerta. Ya vamos a adelantar también nosotros, vamos a llegar a eso; algunos dicen ‘¿Cómo estás? ¿Estás bien?’, piensan que no vivo bien, ‘¿Cómo quedarte en el campo? Sigues haciendo la misma chacra que han hecho tus papás’, me dicen. Pero tampoco podemos pensar así, ellos [nuestros papás], han generado, han cultivado chacra y chacra nomás, cada año lo mismo, así claro que no hay mucho, pero si tú va a cambiar, tienes que pensar en mantener tu terreno y ya no poner más químicos, eso lo maltrata pues a la tierra, ya no seguir [en] lo mismo que ha seguido tu papá, vos ya tienes que mejorar, esa es la meta. Siempre yo les hago callar, ‘Vos vives en la ciudad, ¿bien vives? ¿Yo vivo mal? No vivo mal, yo vivo como ustedes, más feliz que ustedes. ‘¿Cómo te vas a quedar?’ me saben decir, pero ya tienes que saber mejorar tu tierra. De aquí a un tiempo, ¿cómo va a ser? A ver fíjate el medio ambiente, plantar más plantas, piensan pues ellos que hay mejor vida en la ciudad, algunos dicen ‘en vano han estudiado, igual están haciendo chacras’, eso no es la meta, vamos a hacer pero tenemos que trabajar más hacia el futuro, no quedarse ahí nomás, no es esa la meta, tienes que saber mantener tu tierra, cuando yo voy a hacer van a ver y recién van a hacer, siempre lo que hemos pensado.
Una persona siempre tiene que trabajar con la tierra, no es sólo trabajar en la oficina.
[1] El chuño es el resultado de un proceso de deshidratación de una variedad de la papa.