Las familias han hecho mejoras en las tierras y viven de las actividades agropecuarias. Sus expectativas están orientadas hacia una producción agropecuaria integral, que les permita obtener un bienestar comunitario en armonía con su territorio. Así lo describe Don Hugo Ramírez (2017):
“Estos predios anteriormente eran de una ganadería extensiva, para la producción de ganado de engorde y lechería. Nosotros en la actualidad hemos tratado que esto sea más integral. Más integral en el sentido de que también no descartamos la producción de leche y de ganadería de engorde. Pero nosotros le apostamos es al fortalecimiento de las semillas, especialmente nativas, que se dan en estas regiones, como son: la cebolla, la alverja, la papa, las arracachas, el maíz, frutas como el tomate, como la curuba, como el lulo, que son alimentos que se producen en esta región. Entonces nosotros dentro de nuestras expectativas es que esto sea de manera muy integral y adicional de eso, que los compañeros y las compañeras que hacen parte de este proceso, pues tengamos también los animalitos: las gallinas, los cerdos, los patos, los pavos. Y que nosotros como núcleos familiares, que estamos en estos predios, podamos subsistir de eso”.
Por esta razón han avanzado hacia la constitución de la Zona de Reserva Campesina, que cuenta con 10378,82 hectáreas localizadas hacia la cordillera en la parte rural del municipio, en los corregimientos de Bolívar, Bolo Blanco, El Líbano, El Nogal, La Carbonera, La Fría, La Ruiza, Los Pinos, Potrerito y San Isidro, con 416 hogares y 1147 campesinos y campesinas beneficiados, constituyendo el 35,92 de la población rural del municipio. Para la constitución de la ZRC se han hecho estudios sobre la sustracción de dicha área de la actual Ley 2da de 1959 con la que existe un traslape. En la delimitación de áreas de zonificación de dicha figura, el traslape con la zonificación a, posee 3494, 99 hectáreas, zonificación b, en 819,16 hectáreas, y en la categoría “Áreas con previa decisión de ordenamiento”, en 671,96 hectáreas (ASTRACAVA, 2017).
A la par, la comunidad realiza encuentros tan inspiradores como el Encuentro de Saberes y Sabores que ya lleva más de 12 años haciendo intercambios de experiencias entre el campesinado, afros e indígenas del Valle del Cauca y de organizaciones filiales de FENSUAGRO. Organizativamente, las familias se han congregado en torno a comités ambientales, de jóvenes, de mujeres rurales y en el XII Encuentro de saberes y sabores se hizo el lanzamiento oficial de la Guardia Campesina en este corregimiento:
“El tema de los “Sabores y saberes”, un evento que se viene realizando en el departamento del Valle, con otras organizaciones campesinas, y en este décimo-segundo, ya doce años acá en el Valle, pues llevan celebrando este evento. Yo he participado en los últimos cuatro, soy como de los últimos que he llegado acá. Entonces muy importante resaltar el trabajo que se viene haciendo con este encuentro, donde se articulan procesos campesinos, indígenas, afros, de otras poblaciones urbanas, y de aquí también. De este proceso, ha surgido algo muy importante que son las mesas de trabajo, mesas técnicas, y el tema de las “Constituyentes campesinas”, que es un tema que ha cogido mucho auge en el proceso, en donde de pronto nosotros no conocemos mucho: el tema de la defensa de nuestros territorios, la democracia participativa. Porque esto es lo que se da, entonces al realizarse este evento aquí en esta misma fecha, en 7 de agosto, precisamente aquí en este corregimiento de Bolo blanco, pues la verdad se demostró que hay un proceso muy organizado, muy fuerte, a nivel departamental, no solamente aquí en el Valle, porque tuvimos el acompañamiento de otras organizaciones, no solamente a nivel nacional” (Ramírez, 2017).
Estos encuentros fortalecen a nivel productivo prácticas campesinas como las de intercambio de semillas criollas, que aseguran la riqueza biocultural de los pueblos y son formas de resistir a la adopción de prácticas productivas asociadas a la Revolución Verde y aplicadas a los cultivos agroindustriales de los que son vecinos.
Las montañas del Páramo de Tinajas resguardan al corregimiento y surten de agua al municipio de Pradera a través del Río Bolo y sus afluentes Bolo Blanco y Bolo Azul, del cual son guardianes las y los campesinos que habitan la zona. Es paradójico comprobar que estas aguas surten principalmente los cascos urbanos y los cultivos agroindustriales de caña, donde grandes ingenios además hacen captaciones de agua que llevan a la sequía de fuentes de agua, como la efectuada por el ingenio Castilla en la Quebrada Seca en el corregimiento de San Antonio (ASTRACAVA, 2017). Al respecto, la constitución de Zonas de Reserva Campesina posibilitarían una mayor protección de áreas ambientalmente estratégicas como el Parque Nacional Natural Páramo de Las Hermosas, el Parque Regional Natural del río Nima, los páramos, la zona A y parte de la zona B de la Reserva Forestal de Ley Segunda siendo la ZRC una figura de amortiguación.
Asimismo, el municipio de Pradera es priorizado en la puesta en marcha de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial PDET, como parte de la implementación del Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, llevado a cabo entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP. Ya se han realizado asambleas por núcleos veredales en torno a la construcción del Plan Regional Territorial (PATR).
“Nosotros referente a los PDET estamos incluidos, especialmente Pradera, pues estamos trabajando por zonas, por zonas veredales. En el caso de nosotros, en el caso de Bolo blanco, nos tocó con Bolo azul y el corregimiento del Retiro, son tres corregimientos en los cuales vamos a trabajar los PDET. Y pues hemos discutido, nos hemos reunido, hemos analizado lo de los PDET; hemos planteado pues alternativas de que se den avances, porque toda la problemática ya nosotros la hemos planteado, ya hemos discutido eso, ya hemos mirado mucho las necesidades de acueducto, de servicios, de escuelas, de lo que es infraestructura, vías, y… la tierra, la recuperación de los predios. La tierra, entonces, es importante ahorita que estamos en la situación de los PDET, pues avanzar en esos temas” (Ramírez, 2017).
Un propósito muy importante de la asociación es el uso común en un mismo predio, así lo describe don Hugo Ramírez (2017):
“El tema de lote colectivo fue una discusión grande que se dio acá, porque había muchas personas que no querían que se diera un lote colectivo en esa zona, que esa era de las mejores zonas de la finca, ¿verdad? Esa fue una discusión, y esa discusión la ganaron las personas que argumentaban que era necesario tener un lote colectivo, para producir ganado, que hoy pues es un proyecto boyante, a juicio de muchas personas (...)
(...) En ese tiempo, que arrancamos con el proceso de adjudicación de parcelas, todavía no habíamos definido zonas colectivas o lotes colectivos. Eso se decidió, digamos, en el sentido de más adelante, que ya empezamos a ir avanzando, a ver cómo iban llegando más compañeros, más familias, ¿sí ve? Ahí fue donde ya tocamos el tema de lotes colectivos; el lote colectivo se definió en el año 2005, 2006, aproximadamente, 2007, porque en el 2007 hemos tenido varias ayudas. Cuando arrancamos este proceso nos dieron un pequeño auxilio a través de una corporación que se llamaba Paideia, que nos ayudó con mangueras, alambres, a los primeros que llegamos acá, algunas herramientas, algunas semillas, y de esa manera se arrancó con ellos. Y en el 2006, 2007, tuvimos la oportunidad de coger y concertar un proyecto que llegó, en ese entonces el presidente Uribe estaba tratando de establecer mecanismos para encontrar la paz, y llegó un proyecto que se llama “Recursos para la paz”, a través de una fundación que se llama Consoeco, me parece que de un señor Henry Acosta; entonces ahí acabamos de definir los espacios colectivos para implementar un proyecto de ganadería, ¿sí ve?, entonces de esa manera fuimos avanzando. Entonces en esta época, para que más o menos tengamos presente y recordemos, fue que se empezó a definir lo de los lotes colectivos”.
Las guardias campesinas parten de un proceso de fortalecimiento propio de mecanismos de seguridad, a semejanza de las guardias indígenas y cimarronas y siendo la Guardia Campesina del Catatumbo, una de las impulsoras del proceso y que realizó el primer ciclo de formación los días 15 y 16 de junio del 2017.
“El lanzamiento de la Guardia Campesina acá en Bolo blanco, pues antes de eso nosotros habíamos hecho algunas tareas. Pues nosotros viendo la situación que hay en el campo ahorita, y viendo la necesidad, pues nos organizamos e hicimos algunos ejercicios, digamos, de salir y con la varita ya, allá arriba está la varita, hacer un ejercicio de, digamos, de un control, de las personas que entran a la región, de las que salen, y explicándole a la gente qué éramos las Guardias Campesinas, que nosotros qué… cuál era el objetivo de nosotros como Guardia, que era cuidar nuestro territorio; porque unos diítas antes acá ya se había visto que acá ya estaba subiendo mucha gente a meter vicio, gente dejando basura, entonces nosotros vimos la necesidad, y ahí fue donde se ha venido trabajando con la Guardia Campesina. Y todavía hay que seguirle metiendo, trabajando como guardias, todavía nos falta mucho, porque falta mucho por fortalecer, y la idea es seguirnos fortaleciendo, para cuidar nuestro territorio de mucho” (Ramírez, 2017. confirmar
La Guardia Campesina ejerce actividades de control territorial que buscan proteger y actuar a nivel preventivo en casos de amenazas a la seguridad de la población campesina. Asimismo, se encarga de ejercer una labor pedagógica en torno a la delimitación de la Zona de Reserva Campesina, así como de los componentes ambientales estratégicos de dicho territorio a las personas que visitan este lugar.
La creación del Comité de Mujer Rural ha sido una experiencia fundamental para el empoderamiento de las mujeres y su organización para la defensa de la vida, las semillas y su reconocimiento político dentro de la Asociación, a pesar de las dificultades que han tenido que afrontar:
“Este Comité Rural más o menos fue en el 2008, 2009, más o menos en el 2010, 2011, pero en esa época fue muy difícil- Luego yo supe de unas mujeres que estuvieron haciendo bordados, muy rico, muy lindo por allá, bordaban y se reunían. No volvimos a accionar a la mujer rural, sí es importantísimo que nosotros como mujeres también nosotros tomemos la palabra y nosotros decidamos, no sean los demás comités, ni los hombres, los que digan: “es que tienen que hacerlo así”, ¡no!, el Comité de las mujeres campesinas, el Comité Rural, y las mujeres sobre todo. Nosotros tenemos que sacar la cara, defendernos y defender la posición de la mujer: “No, es que ustedes no pueden hacer tal cosa porque Fulano lo dijo, Sultano lo dijo”, y sobre todo que nosotros, por favor, quitemos el miedo a ser oprimidas, el miedo a nosotros no poder hablar y surgir adelante. ¿Por qué nos van a limitar?, y por aquí, parece mentiras, pero a uno también lo limitan, no debemos dejarnos limitar. Ojalá que pudiéramos nosotros colocar este Comité de Mujer Rural en alto, y llegaríamos a hacer hartas cosas; unámonos las mujeres, salgamos adelante las mujeres. Uno no dice que los hombres no, ¡claro!, los hombres tienen muchas cosas y buenas, pero que el hombre no nos coja y nos meta allá: “Es que somos nosotros los hombres los que tenemos que decidir”, ¡no!, nosotras las mujeres también podemos decidir, y vamos a intentar hacerlo aquí, en este Bolo blanco, en estas regiones tan sufridas, y verán que podemos echar adelante hasta una empresa” (Mujer participante de la metodología del río del tiempo, 2017).
Para finalizar, don Hugo Ramírez (2017) nos comparte una reflexión sobre el momento que están viviendo y las perspectivas que tienen sobre el futuro:
“Aprovechemos el momento histórico que estamos viviendo, que es el proceso que se hizo con las FARC y Gobierno. Aprovechemos todos esos materiales que nos han brindado para la recuperación de la tierra. Aprovechemos para el fortalecimiento de las Zonas de Reserva Campesina, el fortalecimiento de los Cabildos y los Resguardos Indígenas. La unidad, digamos, que se nos puede dar ahora a través del Proceso de Paz, la reconciliación entre todos; yo pienso que es un momento histórico, y el llamado es que todos le apostemos a esto, que podamos avanzar a establecer un feliz término. Y a futuro nosotros esperamos disfrutar de eso, disfrutar de tanto conflicto que se ha vivido, y pues que estas zonas sean zonas realmente donde todos podamos llegar y compartir”