
Quienes hoy conforman la comunidad relatan que allí se han asentado sus antepasados hace más de 200 años y que desde entonces sus familias han ocupado dicho territorio generación tras generación mediante diferentes estrategias de permanencia. Estrategias que han incluido en algunos casos el traslado temporario de alguno de sus integrantes a otros lugares, ya sea por estudio o trabajo (migraciones estacionales para trabajar en la cosecha de fruta o a la zafra de la caña de azúcar en otras provincias, por ejemplo), pero que siempre han estado arraigadas en la idea de permanecer. Antonio cuenta que “el control del territorio lo mantenieron nuestros ancestros hasta hoy, con el ganado y la agricultura, eso hace que siempre estemos supervisando, caminando en nuestro territorio”.
Con la conformación en el año 2016 de la Comunidad Los Nacimientos - Río Las Cuevas, se comenzó un proceso de autorreconocimiento étnico que ha incluido un importante reclamo territorial a nivel comunitario. Como ya mencionamos, esto ha significado un trabajo de enraizamiento, de búsqueda de las propias raíces identitarias y su consecuente reconocimiento y defensa a nivel territorial. Este proceso que incluye profundas transformaciones subjetivas, individuales y colectivas, podemos vincularlo a lo que Toledo Llancaqueo denomina “reconstrucción de etno-territorios o re-territorializaciones”, es decir:
transfiguraciones étnicas que se verifican en diversas regiones del mundo en respuesta a fuerzas que presionan sobre los espacios indígenas y afectan a sus derechos territoriales. En algunos casos, la defensa de hábitat y recursos ha puesto de relieve complejos y elaborados sistemas de conocimiento local con representaciones del mismo, estructurados de acuerdo a las lógicas internas de las culturas; en otras situaciones, el reclamo de derechos ancestrales sobre sus tierras y espacios se ha apoyado en el relevamiento de la memoria del lugar y la activación de las antiguas territorialidades. Son modos de ejercicio de hecho de la libre determinación, por la vía de la reafirmación de sus propias estructuras territoriales, lo que comprende aspectos simbólico-culturales; de propiedad y uso de recursos y tierras; dimensiones de jurisdicción, control, autonomía y autogobierno (Toledo Llancaqueo, 2005:84).
Cabe mencionar que, en términos más amplios, esta reconstrucción identitaria se ha ido configurando a través de luchas de resistencia y afirmación territorial frente a procesos de apropiación y transformación de la naturaleza inducidos por la globalización económica (Leff, 2006). En el caso de Argentina, en particular en la región del Valle Calchaquí y Valle del Yokavil, territorio ancestral diaguita, fue a partir de la década del sesenta del siglo pasado, con el inicio de procesos de organización indígena, que comenzó más fuertemente la lucha por la recuperación territorial, la reorganización de las comunidades y el reconocimiento de los derechos ancestrales. Como señalan los propios pueblos diaguitas, habían sido largas décadas de opresión que habían traído como consecuencia la pérdida de elementos de su identidad, de su organización comunitaria y su espiritualidad, así como su conciencia sobre la propiedad del territorio (CIQ, 2008).
Con la lucha por el reconocimiento de sus derechos y sus territorios, los diferentes pueblos de la región comenzaron nuevamente a reconstruirse y a recuperar su fuerza, así como el vínculo entre ellos. Durante los primeros años del 2000 se conformó la Unión de Pueblos de la Nación Diaguita, reuniendo comunidades diaguitas de diferentes provincias (Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero) y a lo largo de la última década se han creado diferentes espacios de encuentro, parlamentos indígenas, asambleas, para afianzar la articulación de las luchas como pueblo y debatir en torno a la situación que enfrentan las diferentes comunidades, y así fortalecer la organización comunitaria; construir programas de acción basados en la legitimidad que tienen para el control de su territorio; aceptar o modificar proyectos o políticas provenientes del Estado mediante una participación real de las comunidades que no socave su autonomía; y exigir el cumplimiento de las legislaciones vigentes.

La Comunidad diaguita Los Nacimientos – Río Las Cuevas desde su conformación en 2016 participa en la Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita (UPND) de Catamarca, que es una organización de segundo grado (aún no formalizada) que agrupa a diferentes comunidades diaguitas de la provincia, las cuales se reúnen en asamblea periódicamente (cada 45 días) para tratar los temas y problemas que atraviesan, ya sean vinculados a cuestiones territoriales, de educación, de salud, productivas, entre otras problemáticas que afectan a las comunidades. En dicha asamblea participan dos o tres representantes de cada comunidad (por lo general, el cacique, secretarios y/o delegados de base) y los comuneros que tengan la posibilidad de acercarse. La misma se hace en forma itinerante, una vez en cada comunidad, teniendo en cuenta las necesidades y problemas que aquejan en cada momento los diferentes territorios. Asimismo, quienes tienen interés en dialogar o trabajar con la Unión (ya sean organismos gubernamentales, organizaciones sociales, particulares, etcétera) deben presentar su propuesta o necesidad ante la asamblea y así ser escuchados por las comunidades, dado que es la asamblea el ámbito principal donde se comparten y resuelven todas aquellas cuestiones que competen a la organización. Es decir, los funcionarios o técnicos de los diferentes organismos estatales (Ministerio de Salud, Producción, Educación, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, etcétera) deben solicitar a la Unión un espacio en su asamblea para tratar los temas que deseen compartir, de modo que allí mismo puedan ser abordados y resueltos. Las comunidades que conforman la UPND se han ido reconstruyendo a lo largo de los años y reencontrándose en ese camino con su identidad como pueblo.
En lo que respecta al territorio comunitario de la Comunidad Diaguita Los Nacimientos – Río Las Cuevas cabe mencionar que se han dado varios procesos importantes. Por un lado, el reconocimiento del territorio comunitario por parte de la misma comunidad y la lucha por su reconocimiento a nivel legal por parte las autoridades estatales nacionales (INAI) mediante el correspondiente relevamiento jurídico catastral, tal como lo estipula la Ley Nº 26.160. Esta es una lucha que continúa hasta el presente, pelea que comparte con prácticamente todas las comunidades que conforman la UPND de Catamarca.
Por otro lado, un proceso de recuperación de territorio comunitario en la base de Río Las Cuevas, en el cual se encontraba el edificio abandonado de una ex escuela pública rural, en terrenos que pertenecían al Estado. En la zona de Río Las Cuevas viven seis familias comuneras que, por el hecho de encontrarse asentadas “más para el cerro”, mantienen con mayor fuerza las tradiciones y la identidad originaria, lo cual asume un valor estratégico para la comunidad. Allí se inició en el año 2017 el proceso de recuperación territorial, sin demasiados conflictos, llevando a cabo gestiones y conversaciones con el gobierno municipal, con el cual se acordó la ocupación del terreno y de la construcción escolar por parte de la comunidad. En la actualidad, se proyecta recuperar el edificio, mejorar la construcción, y allí construir una Casa Comunitaria para el desarrollo de asambleas, reuniones y diversas actividades de la comunidad.