Como adelantábamos, la familia de Tamara, compañera de Rubén es oriunda de la zona y a través de sus contactos pudieron dar con el terreno en que hoy viven. Antes de eso, el terreno era parte de un predio de 20 ha, propiedad de un mediano agricultor quien antes de morir subdividió el terreno entre sus hijos. Uno de ellos, pone en venta 2,5 hectáreas de su propiedad, las que son compradas por Maggi, la cuñada de Rubén en 8 millones de pesos el año 2011. Para la legalización de la compra asisten las partes a la notaría de Linares en donde se hace efectivo el traspaso.
Con el terreno en su poder, la compradora cede 2500 m2 a su hermana y a Rubén, sin embargo, la normativa vigente inscrita en el Decreto Ley 3516/80, o conocido Subdivisión de predios rústicos de 1980 con sus subsecuentes modificaciones, exige que la superficie mínima para subdividir un terreno debe ser de 5.000 m2. Ante la normativa, la pareja compra a Maggi las 2500 m2 restantes y de esta forma tienen acceso a media hectárea de terreno o lo que, según la norma señalada se denomina parcela de agrado. Posteriormente, la inscriben en la notaría de la misma ciudad, esta vez a nombre de la familia Díaz Cabrera. El predio donde habita actualmente Rubén Díaz y su familia, funciona en la actualidad como la Sede del Centro Agroecológico de Longaví (CAEL).