El acceso a la tierra, que logra el Comité de Mujeres de la ACIT en las veredas de La Palmera y Güetaco, se da a nivel legal en forma de contrato de compraventa negociado y firmado ante notario entre los antiguos propietarios de estas dos parcelas y los grupos de mujeres organizadas de cada vereda. Una de las problemáticas que se presentaron, en el caso de La Palmera, a la hora de encontrar un predio adecuado para la instalación de su parcela comunitaria fue la dificultad para encontrar una tierra formal de la que su propietario o propietaria tuviera la escritura pública.
“El problema de la informalidad de la tierra acá en el municipio es grande, pero finalmente se logró hablar con el propietario del predio que ellas tienen ahora en La Palmera, se logró negociar y se hizo el documento de compraventa”, cuenta la gestora de este episodio, Samara. Mientras que ya tienen en mano las escrituras públicas de la parcela de Güetaco, el proceso para obtener la escritura pública de la parcela de La Palmera “está demorado”, como afirma el joven técnico Alonso. Sin embargo calculan tenerlo pronto y el contrato de compraventa ya sirve como documento legal de propiedad.
Por otro lado, a nivel legal el Comité de Mujeres de la ACIT tiene su registro en la cámara de comercio, con sus estatutos y su representación legal, quien en la actualidad es la señora Alix Morales, y su Número de Identificación Tributario (NIT) 8170007648-8 de la DIAN. Como se cuenta desde un inicio, el colectivo de campesinas es popularmente conocido como Comité de Mujeres de la ACIT por formar parte y estar enmarcado dentro de la organización de la Asociación Campesina de Inzá Tierradentro, pero desde su creación en 2001, delante de la DIAN, consta como Asociación de Mujeres Por Inzá. Esa personería jurídica propia es la que les da la autonomía y la capacidad de generar recursos a través de proyectos con otras organizaciones y entidades que tanto las distingue.
En este caso, el marco normativo que permite el acceso a tierra es el de la propiedad privada, por más que las compañeras campesinas hacen, precisamente, un uso comunitario y colectivo de su bien patrimonial. Para cambiar esa condición de vulgar propiedad privada, una de las herramientas para constituir y defender un territorio campesino que existe en Colombia es la figura de Zona de Reserva Campesina (ZRC), por la que la ACIT ha venido luchando en Inzá Tierradentro desde hace años, por ahora sin éxito. El proceso y los requisitos para llegar a constituir una ZRC son largos y complejos, más en el caso de Inzá donde gran parte del territorio es Resguardo Indígena. Según Alix Morales, “es complicado pero yo creo que es la única forma jurídica que contempla este país y que nos puede permitir delimitar el territorio campesino y que se respete. Todavía hay posibilidades de hacerlo y más con los acuerdos de paz”, asegura la lideresa.