Gestión Territorial Indígena (GTI) y perspectivas
Desde su conformación, la CICOL tiene una vocación de gobierno. Esto significa que su existencia no sólo se debe a la resistencia, sino a la planificación y propuesta productiva. En ese cometido puede afirmarse también que la memoria de la resistencia indígena y la experiencia de sus históricos líderes han construido no sólo un acceso a la tierra, sino un anhelo de autodeterminación política y territorial.
Si bien la población muestra preocupación por el desencuentro generacional, reconocemos que los niños y jóvenes lomerianos enfrentan un contexto sumamente diferente al de sus padres y abuelos. En algunos testimonios nos han indicado que la juventud no quiere trabajar, no quiere producir, doña Magdalena Parapaino con mucha pena, explicó que, “así pa no estar rogando a los ricos… todo es pues de los ricos y uno se compra pa comer, eso da vergüenza ver una persona comprando y en tiempo de cosecha”. Las mujeres y hombres que hemos conocido en Lomerío, nos hablan de una forma de autosuficiencia alimentaria que justifica los procesos de reivindicación territorial, por lo que la ajenitud de sus nuevas generaciones, tiene que ver con su poca participación política y el propio esmero de sus padres por educarlos. La sabiduría que la lucha por el territorio deja en la población adulta, inquiere en que es necesario actualizarse todo el tiempo en la legislación y las políticas estatales, y seguramente, como parte de la gestión de su territorio, las generaciones se reencontrarán en iniciativas y perspectivas productivas de mayor alcance.
En nuestra inmersión, hemos conocido la iniciativa de los productores de caña de azúcar, productores de lácteos, apicultores, artesanos y pequeños madereros. Los grupos de artesanía de las mujeres, no tienen un lugar de reunión, por lo que se basan en relaciones de solidaridad y tienen actividades dispersas y autosostenidas. Los productores de leche, han conformado un centro de producción de leche que ha conseguido instalar una fábrica y tiene un proyecto de crianza, mejoramiento y producción de lácteos. Los productores de caña, han implementado un Ingenio azucarero que realiza producción ecológica de azúcar morena, con un proyecto de la gobernación de Santa Cruz y que consiguió recursos del Fondo Indígena.
Los proyectos todavía son iniciales y al menos la iniciativa en lácteos alcanza solamente a abastecer el consumo familiar de sus productores, pero se ven como iniciativas a futuro y con perspectivas de proporcionar fuentes de trabajo a los jóvenes.
Estas iniciativas ya no sólo tienen que ver con la resistencia o la capacitación con una u otra institución, el nivel que han alcanzado las perspectivas productivas, tiene que ver con la búsqueda de financiamiento o la captación de recursos como el Fondo Indígena del Estado. Las crecientes perspectivas hablan de empresas y asociaciones comunitarias, y de un aprovechamiento sostenible de los recursos.
Las unidades educativas por su parte, impulsan la práctica de la lengua nativa del bésiro y el ejercicio de la música y cultura chiquitana. Si bien el contexto es de globalización, al parecer las perspectivas de autonomía territorial y producción sostenible podrían suscribir a Lomerío en un contexto internacional que abra posibilidades a sus nuevas generaciones para seguir viviendo en su territorio.