Como hemos detallado líneas arriba el territorio -oandari en lengua nativa- resulta fundamental para la continuidad cultural del pueblo harakbut. Desde tiempos ancestrales los siete sub-grupos harakbut (o 18 según algunos autores) se desplazaron por las cabeceras de los ríos Karene (Colorado), Wandakwe (Azul), Ishiriwe (Shillive) y Eori (Madre de Dios) con el afán de proveerse de los medios de vida necesarios para subsistir. Todos los asentamientos harakbut estaban interconectados entre sí por una red de caminos que unían las diferentes quebradas del piedemonte andinoamazónico.
Destruida su unidad territorial luego de la siniestra época del caucho nuevas calamidades sucederán una tras otra en la sociedad harakbut. En la década de los años cuarenta sus tierras se convierten en prósperas haciendas en manos de los foráneos que las explotan a su antojo; poco tiempo después nuevas epidemias asolan a sus pobladores para finalmente, sufrir la invasión de mineros y madereros ilegales que convierten el territorio harakbut en un gigantesco lavadero de oro.
Por si esto fuera poco el Estado peruano entrega en concesión a las empresas petroleras Hunt Oil y Repsol Perú un lote de hidrocarburos dentro del territorio ancestral harakbut.
La necesidad de recuperar sus territorios ancestrales fue planteada por primera vez por los dirigentes de las comunidades harakbut en un encuentro que tuvieron los pueblos indígenas con las autoridades del gobierno del presidente Alan García en 1986. La FENAMAD, en uno de sus congresos más recordados, volvió a insistir en el pedido en noviembre de 1989.
Al año siguiente, la FENAMAD y otras federaciones indígenas solicitan formalmente al Estado peruano la creación de la Reserva Comunal Amarakaeri, un territorio protegido cuya administración comunal pudiera beneficiar también a las comunidades harakbut, yine y machiguenga.
Ese mismo año, la Dirección Sub-Regional de Agricultura de Madre de Dios suscribió un convenio con la FENAMAD para la ejecución de acciones de consolidación territorial en el ámbito de la provincia de Manu. Posteriormente las autoridades del gobierno sub-nacional de la desaparecida región Inka (Madre de Dios y Cusco) financiaron la elaboración del expediente técnico de creación de la Reserva Comunal Amarakaeri.
En el año 2000, después de doce años de gestiones, el gobierno emite el Decreto Supremo Nº 028-2000-AG, que establece temporalmente la Zona Reservada Amarakaeri, sobre una superficie de 419.139,00 hectáreas. En el 2002, luego de las consultas a población local tanto nativa como colona, se categoriza la Zona Reservada como Reserva Comunal por Decreto Supremo Nº 031-2002-AG sobre una superficie final de 402.335.62 hectáreas.
Las Reservas Comunales en el Perú
Las reservas comunales del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE) se establecen para conservar la flora y fauna silvestre de un territorio determinado con el objetivo de beneficiar a las poblaciones locales y comunidades campesinas o nativas de sus entornos. La administración de las mismas se entrega, bajo un régimen especial, a sus beneficiarios inmediatos.
Para transferir la gestión de los recursos ubicados en las reservas comunales a las comunidades indígenas involucradas se firma un contrato público entre el Estado y ellas. En el caso de la Reserva Comunal Amarakaeri, las diez comunidades a las que nos hemos referido.
Pobladores de la comunidad nativa de Puerto Luz en la Reserva Comunal Amarakaeri, Madre de Dios. Foto diario La República.
Como sus propios dirigentes lo han expresado en el Plan Maestro que organiza la gestión mancomunada de la Reserva Comunal Amarakaeri: “Los pueblos indígenas han luchado por mantener sus territorios e incluso dieron sus propias vidas para contrarrestar el ingreso de caucheros, cazadores de pieles, madereros, mineros y empresas depredadoras y contaminadoras del medio ambiente; demostrando y ofreciendo a la humanidad sabiduría, conocimiento colectivo de uso y convivencia integral y holística con la naturaleza. En esta Área Natural Protegida y territorio ancestral se encuentran las tumbas de nuestros antepasados, sitios sagrados espirituales y restos arqueológicos; además, ofrece una gran biomasa de flora y fauna que alberga el bosque amazónico”.
La Reserva Comunal Amarakaeri cuenta con una alta diversidad de flora y fauna típica de selva alta. “En el estudio de la flora en el ámbito de la Reserva Comunal Amarakaeri se registró un total de 1691 especies de plantas (entre árboles, arbustos y hierbas), 54 especies de mamíferos grandes, 469 especies de aves, 58 especies de reptiles, 95 especies de anfibios y 865 especies de insectos” (Consultoría Domus 2012).
Adicionalmente la Reserva Comunal Amarakaeri forma parte del corredor internacional de conservación Vilcabamba - Amboró, un mosaico de áreas naturales protegidas en los territorios de Perú y Bolivia que mantiene la conectividad biológica de 30 millones de hectáreas de una de las regiones más diversas del planeta.