La Unidad Agroecológica y Política “Machete y Garabato” emerge en el año 2015 como articulación de un grupo de estudiantes –pasantes– de la carrera de Agronomía de la Universidad Técnica de Quevedo (UTQ); y de campesinos y campesinas del Centro Agrícola Cantonal de Quevedo. Sus principales actividades son el desarrollo de técnicas agroecológicas para la producción, comercialización, recuperación y mantenimiento del estero Maculillo. Se ubican en el cantón Mocache, recinto de Maculillo, aproximadamente a 45 minutos de la ciudad de Quevedo, en el cantón Quevedo provincia de Los Ríos.
Inician sus actividades en el recinto Maculillo a partir de la compra de 11 hectáreas de tierra por parte del profesor de extensión universitaria y vinculación con la comunidad de la UTQ. Actualmente tienen la confianza y apoyo de los habitantes del recinto que ven este espacio como una alternativa de formación y recreación de las generaciones más jóvenes de sus alrededores; es el territorio de la agroecología, de la asociación y la asamblea. Aquí se informa, se toma decisiones y se comparte la experiencia de la agroecología como forma de vida. El recinto de Maculillo, donde funciona Machete y Garabato, se creó cuando los jornaleros compran tierras a los dueños de las haciendas cacaoteras, las tierras compradas fueron a su vez heredadas o repartidas entre el número de hijos de cada jonalero propietario; algunas propiedades continuan en manos de los herederos y otras fueron vendidas a vecinos o conocidos pero también las han adquirirdo personas de otros cantones que usan los terrenos para la siembra de maiz, cacao, café, banano y/o teca.
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Machete y Garabato en la resistencia al capitalismo
Escribir sobre los campesinos y agricultores de las unidades familiares de Mocache y Quevedo es un reto. Las experiencias de vida que construyen, tanto en el ámbito individual como en asociatividad son flexibles y adaptables a las amenazas y oportunidades presentes en el proyecto familiar y colectivo que guía los esfuerzos productivos, culturales y económicos de estas zonas.
Las prácticas agrícolas campesinas abiertamente agroecológicas con intenciones de cristalizar la autosuficiencia alimentaria y exigir los derechos al territorio para la soberanía alimentaria. Se enfrentan constantemente al embate del desarrollo del capitalismo que se expresa en los siguientes aspectos:
a) Por un lado, a través de cientos de miles de agriculturas familiares campesinas sin autonomía, quienes destinan sus tierras a cultivos intensivos de maíz duro, cacao, maracuyá, piña y banano, todos con aplicación de químicos y destinados al mercado y al encadenamiento productivo capitalista[1].
b) Y por otro lado, junto a estos recintos se extienden también grandes terrenos que corresponden a la agroindustria y el agronegocio; plantaciones de banano, teca, soya, maíz duro y palma aceitera son los monocultivos donde los agricultores familiares campesinos sin tierra o con poca tierra trabajan al jornal[2].
Las alianzas entre actores, el uso de herramientas de comunicación, la creatividad y sobre todo, la confianza en la palabra y el deseo profundo por construir territorios con principios y valores comunes, constituyen desde hace dos años en el recinto Maculillo, ejes centrales que vinculan a las familias campesinas y estudiantes de la UTQ a luchar por la soberanía alimentaria. Esta es la experiencia de la Unidad Agroecológica y Política “Machete y Garabato” que resiste al avance del capitalismo.
La connotación de este caso “Machete y Garabato”, debe ser entendida en el marco de las luchas de sectores populares y campesinos encabezados en los últimos años por el Centro Agrícola Cantonal de Quevedo (CACQ) ante el avance de proyectos hidroeléctricos y de desarrollo agroindustrial en las zonas campesinas del Cantón Quevedo y Mocache.
Si bien el Centro Agrícola dirige y vincula diversos actores que fortalecen las estrategias de comercialización y producción de los campesinos, una de sus propuestas más emblemáticas es la construcción de territorios libres de agro-tóxicos y agroindustria, y estrechar los vínculos campo-ciudad. Son estas “otras” reivindicaciones las que movilizan al grupo de jóvenes que representó la obra “Machete y Garabato”, a constituirse en el corazón de la resistencia campesina, pues pasan de grupo de teatro a conformarse en la Unidad Agroecológica y Política al servicio de los intereses de la agricultura familiar campesina de Mocache y Quevedo.
Una de las primeras demandas que enfrentó la Unidad Agroecológica y Política Machete y Garabato fue la falta de tierra donde emprender sus prácticas alternativas de agricultura. Dos factores jugaban en su contra:
- Primero, la escasa tierra y los altos niveles de contaminación hacían improbable tener prácticas alternativas de agricultura.
- Segundo, la tendencia al monocultivo para la exportación y materia prima hace que el uso del suelo destinado para la agroindustria en el cantón Mocache, determinen los costos de los precios de la tierra, pues genera un mercado de arriendo y compra que solo puede ser pagado por el capital empresarial.
Sin embargo y a pesar de tamañas dificultades, fue German Jácome –profesor de la UTQ y actual presidente del CACQ–, quien adquiere una pequeña finca de 11 hectáreas en el reciento Maculillo, y la destina a prácticas alternativas de agricultura y cuidado del medio ambiente. A partir de ese momento se inicia la etapa de consolidación de la Unidad Machete y Garabato. La propuesta de agroecología en la finca promueve prácticas alternativas de cultivos tanto para la subsistencia como para la comercialización que contradicen el discurso de la agroindustria que afirma que únicamente mediante la explotación intensiva y a gran escala es posible un vivir bien.
“Machete y Garabato” en pocos años se apunta como una finca de puertas abiertas, los habitantes del reciento Maculillo se abastecen de naranjas, toronjas y otros productos que se dan en la finca, participan de las prácticas agroecológicas desarrolladas por los estudiantes, empiezan a hablar de cuidar el agua, los suelos y analizan los beneficios, además constituyen un pensamiento crítico que expone los limitantes de la agroindustria.
“Machete y Garabato” se ha convertido en un espacio de inquietudes y construcción de respuestas de los campesinos en Maculillo, además ha instaurado elementos importantes para construir las bases de la conciencia política. Finalmente, muchos de los jóvenes al iniciar sus prácticas en “Machete y Garabato” percibieron la distancia entre las clases magistrales y la práctica local del campesinado.
[1] Parte de la producción de maíz duro, cacao y frutales, que algunas familias campesinas cultivan con uso de agroquímicos son compradas por esas agroindustrias.
[2] Un jornal equivale a un día de trabajo que consta de una o dos jornadas de trabajo: de 6:00 a 12:00 del día o de 12:30 a 6:00 de la tarde. Un día completo de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde puede llegar a costar hasta 10 dólares en el mejor de los casos. Por cada hectárea de producción de banano se contrata un trabajador. La palma aceitera requiere menos mano de obra.