La provincia de Los Ríos es un sitio de interés geopolítico relevante por ser parte de la mayor red hidrográfica del país. Sobre esta provincia se asientan suelos fértiles y bien drenados que sumados a la suave topografía, hacen de ella, una provincia agrícola por excelencia.
En los cantones Quevedo y Mocache la distribución geográfica de los cultivos en el territorio muestran claramente la concentración de la tierra y agua, el fraccionamiento de los recintos y los problemas de movilidad complican el traslado de los campesinos desde sus fincas hacia otros recintos, ciudades.
Extensas áreas de banano, palma africana, teca, deben ser sorteadas diariamente por los campesinos para llegar a sus ajustados recintos, invisibles en el verde-marrón de los monocultivos, confundidos quizás como parte de la infraestructura productiva agroindustrial. No es raro que ciertos agroindustriales les coloquen horarios de entrada y salida de los recintos por encontrarse éstos en medio de las palmicultoras y bananeras.
La siembra de maíz amarillo duro seco, en ciertas agriculturas familiares campesinas de Quevedo y Mocache forma parte de la diversificación de cultivos de la finca: unas hectáreas (las menos) son destinadas a cultivos para autoconsumo y comercialización en el mercado local y el resto de hectáreas de tierra son destinadas para la siembra con el kit[1] del maíz. Dentro de ésta lógica los campesinos usan la producción de maíz como “moneda agrícola” para pagar a los fomentadores de las casas comerciales que les venden los paquetes de agroquímicos y semillas.
Pero también encontramos que otras economías familiares campesinas le apuestan a la agroecología como forma de producción, aunque reconocen que no es sencillo mantenerse alejadas de la tentación de integrarse al cultivo de maíz y frutales con aplicación de agroquímicos por el permanente asedio económico que el gobierno y la agroindustria despliega sobre sus territorios. Pese a esas condiciones, permanecen firmes en su decisión, pues confían en la calidad, salud y soberanía de su forma alternativa de producción.
Se miran a sí mismos como autosuficientes, independientes y libres de cultivar conforme sus necesidades sin atentar contra su salud y la de los demás. Afirman que cultivar agroecológicamente les ahorra los costos de producción del paquete químico y están libres de deudas con el fomentador de la casa agrícola. Apuestan por la conservación de las fuentes de agua y los suelos, ya que son la base de su producción y reproducción de la vida campesina. Comparten sus experiencias exitosas así como también los fracasos con otros agricultores, comparan la producción sin químicos con aquella producción que usa excesivamente estos instrumentos de la “revolución verde” y afirman que hay grandes diferencias en el sabor, olor y hasta color de los alimentos.
[1] El valor del kit (paquete) agrícola para maíz duro depende de la semilla que se escoja, es posible encontrar más de 20 variedades y los correspondientes subsidios en la siguiente dirección electrónica: http://sinagap.agricultura.gob.ec/paquetes/index.php.
Los centros de comercialización de maíz duro pueden consultarse en http://geoportal.agricultura.gob.ec/visualizador/maiz/index.html
Los centros agrícolas que brindan asistencia técnica al campesino se pueden consultar en el siguiente link https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?mid=1-1JT34-yt_DBL3eyqu1fzKsoGoI&ll=-1.0238578695879843%2C-79.40687128417972&z=11