La conformación del Asentamiento San Isidro Labrador se respalda en el artículo 115 de la Constitución Nacional de la República del Paraguay que establece la programación de asentamientos campesinos. Asimismo, en el Estatuto agrario (aprobado mediante ley 1863 en 2002) que establece que las fuentes de tierras que se destinarán a la reforma agraria y la formación de colonias. a) Los inmuebles rurales que integran el patrimonio del Organismo de Aplicación; b) Las tierras del dominio privado adquiridas en forma directa por el Organismo de Aplicación; c) Las tierras expropiadas bajo los términos de la presente ley; d) Las tierras afectadas por la Ley Nº 622/60, de Colonización y Urbanizaciones de Hecho; e) Las tierras afectadas por la Ley Nº 662/60, de Parcelación Proporcional de propiedades mayores; f) Las tierras recibidas en donación; y g) Los inmuebles rurales reinvindicados por el Estado de fracciones que pertenecieron a su patrimonio y que fueron apropiados ilegalmente por particulares”.
También menciona que la propiedad y tenencia de los inmuebles rurales en los asentamientos podrán ser a elección de los beneficiarios: a) familiar; b) asociativo; o c) mixto”. En el caso del Asentamiento San Isidro Labrador la propiedad es familiar individual.
Titulaciones pendientes
Si bien muchas de los afiliados y fundadores de la Comisión Vecinal Sin Tierra, ahora llamado Comisión Vecinal de Desarrollo San Isidro Labrador pagaron todas sus cuotas, aún no recibieron los títulos de su propiedad tal como garantiza la ley[1].
“Hoy seguimos estando para la gestión de tierras para varios compañeros. Hay gente que ha pagado a penas se ordenó el parcela miento pero no tiene”, cuenta Ana.
De acuerdo con la dirigenta, el INDERT justifica la falta de entrega de los títulos basándose en la resolución (qué año) que emitió el actual gobierno de Horacio Manuel Cartes en relación a que ya no se titulará más tierras campesinos. Sin embargo, Ana cuenta que las titulaciones pendientes son de adjudicaciones de antes de dicha resolución.
“El INDERT se olvida que más de 10 años ese campesino pagó la tierra y que se merece su documento de propiedad. Ese ese el dolor que tenemos”, dice.
Amenaza de brasileños
Una de las amenazas con la que contantemente conviven los productores campesinos en Paraguay es con la producción de soja, principalmente transgénica la cual fomenta la acumulación de tierras. Pese a que por la zona de Curuguaty la presencia de soja es más fuerte y con ésta el uso de agrotóxicos, aún no es un tema que la Comisión está debatiendo. “Muy poco están analizando porque la gente no mira más allá, son pocos que hablan de esa realidad”, dice.
Sin embargo, lo que los campesinos del sector sí ven como a un peligro es el papel que juegan los brasileños que, por el hecho de que Brasil colinda con Curuguaty, llegan muchos a comprar tierras y a producir monocultivos con el uso de agrotóxicos. De ese modo, dentro del asentamiento hay algunos brasiguayos[2], como se hacen llamar.
“Ellos atacan directamente con dinero a los campesinos. Ellos vienen con una posición extrema. Hay una mafia desde la misma institución judicial, desde la institución de abogados que trabajan con ellos. Algunos brasileños ni escriben ni leen, ellos dicen brasiguayos. La mayoría de esta gente nos impone su idioma, su cultura y vienen con dinero, camionetas con dinero con esa posición del consumo extremo”,
Las productoras entrevistadas relatan que una de las estrategias para comprar las tierras a los campesinos es conquistar a las hijas de los campesinos. A partir de ese momento, dicen, que hay una suerte de dominación cultural pues les prohíben hablar en español y guaraní y les imponen e portugués.
Otro elemento es el maltrato al medio ambiente con uso de agrotóxicos y deforestación de los árboles.
“Los brasileños que vienen no respetan a la gente, al medio ambiente. No respetan a nadie y sobrepasan todo. Ellos están deforestando, quemando. Ellos vienen con su dinero sucio a instalarse con todo. Porque ellos financian la política (…) Ya están entrando, están comprando en los campamentos. La institución, del INDERT, tiene que hacer. Yo no puedo hacer porque es el papel que n me compete. Lo único que puedo hacer es denunciar”, asevera Ana.
Riesgo de ventas
Debido a las amenazas del campo, muchos campesinos en Paraguay han optado por vender sus tierras, ya sea por la presión que ejercen los terratenientes o por la contaminación con agrotóxicos que realizan. Esta situación también se dio en el asentamiento San Isidro Labrador que de las 450 familias que adquirieron sus predios, el 30% ha vendido a terceros.
Ana ve que uno de los motivos de la venta ante esas amenazas es que muchos no lucharon 100% por la tierra por ello no se apegan a la misma.
“Igual respetamos a los que tenían miedo, los que no lucharon son los que más vendieron su tierra. Los que más peleábamos más amamos a nuestra tierra. Las personas que vieron desde lejos, tenían miedo y eso es lo que hay que romper”, reflexiona.
Otro de los motivos, según la Comisión, es que muchas familias tuvieron que vender sus tierras para migrar a las ciudades y poder pagar servicios de salud de sus integrantes que fueron afectados por graves enfermedades, puesto que el servicio de salud en Paraguay no es gratuito.
Don Victorino, que es padre de tres hijos, de los cuales dos de ellos viven en el campo junto a él y se dedican a la producción de leche, resalta la importancia de cuidar la tierra a partir de estrategias colectivas. “Yo pertenencia a un grupo de 70 familias totalmente de comunidad, la liga agraria cristiana, todos tenía igualito. La producción era de la comunidad (Juan Alfredo Stroessner vino y cuadriculó todo. Sería importante (propiedad circular) pero ellos (los campesinos) no aceptan”, destaca.
[1] El E.A. en su artículo 56 establece que: “El Organismo de Aplicación queda obligado a otorgar título de propiedad a los adjudicatarios que abonasen el importe íntegro del lote. El adjudicatario que habiendo bonado no menos del 25% del precio y firmando por el saldo los correspondientes pagarés, tendrá derecho a que se le otorgue el correspondiente título de propiedad”.
[2] Se denominan brasiguayos (en portugués, brasiguaios) a los hijos de agricultores brasileños nacidos en Paraguay. Este término se originó a partir de la unión de las palabras brasileño y paraguayo.