(...) En Paucartambo la distribución de tierras, según el CENAGRO[2] 2012, solo 480 jóvenes en edades de 15 a 29 años tienen tierras propias y con extensión de menos de 10 hectáreas. Ningún joven perteneciente a la Asociación de jóvenes tiene tierras propias, todos trabajan en las tierras de sus padres ya que para adquirirlas solo es por compra o sucesión. Esta última opción es la usual en las comunidades de Paucartambo, donde los hijos trabajan las tierras de sus padres y cuando este último fallece recién es heredada por los hijos, caso que sucede en menor medida y de manera limitada con las mujeres pues la mayoría de las jóvenes contraen matrimonios y pasan a depender de sus parejas.
La falta de acceso a capacitación pertinente y asesoría incide en la problemática de la juventud rural que se dedica al agro, pues según el estudio de (Urrutia, 2017) solo el 1% ha recibido asistencia técnica de algún programa de desarrollo rural o del Ministerio de Agricultura y apenas 2.6% fue capacitado por la municipalidad y el 1.2% por una ONG. Además del limitado acceso a la tierra y al crédito.
El recambio generacional del agro no está garantizado, ya que en las comunidades se observa que los hijos se van de la chacra y migran a las ciudades grandes e intermedias en busca de mejores oportunidades. Por otro lado, el desarrollo de la actividad minera ha permitido que los jóvenes cambien la orientación vocacional. (LIBELULA, 2011)
Como mencionan Sili, Fachelli, & Meiller (2016: 637) en el entorno rural los jóvenes se encuentran en el dilema de permanecer en áreas rurales o migrar a otras ciudades en busca de oportunidades de estudio o trabajo que les permita mejorar sus condiciones de vida actuales y de esa manera construir un proyecto de vida más fructífero.
Según Urrutia (2017), los jóvenes no perciben la agricultura como una profesión bien remunerada o prestigiosa por lo cual antes la escasez de oportunidades económicas significativas y entornos atractivos en las zonas rurales, continuarán migrando a zonas urbanas.
Es entonces clave reconocer a las y los jóvenes como sujetos agentes de cambio, así como sus percepciones y dinámicas con el ámbito rural, de esa manera se entenderán sus formas de pensar y lo que influye en sus decisiones de vida. Así como su papel para promover avances sociales, económicos y políticos que el país necesita. Las oportunidades que se generan a partir de ellos (as) y de sus lugares de orígenes serán claves.
(...)
Adhesión a la ANPE PERÚ
Los jóvenes de la asociación se formalizaron a comienzos del año 2017, después de algunos encuentros regionales de jóvenes promovidos por la Asociación Nacional de productores ecológicos (ANPE).
“Conocí ANPE a través de un amigo que ya era integrante, un señor mayor. Él me comentó sobre la organización, como yo estaba produciendo ecológicamente y además era estudiante en el Instituto de Producción Agropecuaria donde veía toda la parte de animales y plantas entonces me interesó más porque mi producción estaba en la línea ecológica, entonces, vine por primera vez y aprendí bastante de ellos, regresé allá y repliqué”, explica Wilbert.
La asociación se consolida con 14 jóvenes (10 hombres y cuatro mujeres) y se adhiere a la ANPE Perú, consiguiendo apoyo para la asistencia técnica, formación, capacitación e incidencia política. Los miembros ven a ANPE Perú como una organización aliada para el fomento del agro y una alternativa ante la ausencia de espacios en las instituciones públicas como el Ministerio de agricultura y sus direcciones regionales.
(...)
La minería, una amenaza latente
Los jóvenes de la Asociación tienen una preocupación por el devenir del agro en la comunidad de Paucartambo en relación a las actividades extractivas. Cuestionan a la minería, porque pues para ellos y ellas es una actividad de mediano plazo que genera consecuencias destructivas para el medio ambiente. Les preocupa, sobre todo, lo que pueda pasar si la población respalda esa actividad y deja de lado la agricultura, debido a que en el imaginario común de la población el agro no genera ingresos altos.
Wilbert en un diálogo que sostuvo con su compañera Carmen Flores ponía en cuestión ¿Qué pasará de aquí a algunos años, si la gente del campo está optando por irse y dejar sus chacras? ¿Quién producirá los alimentos? ¿Qué haremos si las mineras locales comienzan a contaminar el río del cual se abastecen para la siembra de productos? ¿Será suficiente trabajar solo con los comprometidos? ¿Qué pasa si regresan los que se retiraron? ¿Eso fortalece o debilita?
Muchas preocupaciones están surgiendo a raíz de los acontecimientos que se están visibilizando; como es el avance de las mineras locales y trasnacionales en la zona de Paucartambo.
Wilbert menciona que el cerro que se encuentra frente a las tierras de su padre ya ha sido comprado y tiene un propietario. Esto ha generado peleas entre comunidades locales ya que se ha difundido la información de que el cerro contiene yacimientos de oro.
Los jóvenes cuentan que muchos de los que fueron sus compañeros(as) de colegio y conocidos del lugar están optando por irse de sus comunidades y/o trabajar en empleos ajenos a la agricultura, esto contribuye al fenómeno del envejecimiento de las actividades agropecuarias. Estos acontecimientos abren al debate la pregunta de ¿Qué alternativas podrían contrarrestar estas problemáticas? Y también da paso a que se cuestione ¿Qué actores necesitan un posicionamiento y visibilización en las políticas agrarias? Pues serán ellas y ellos los que tendrán, de aquí en algunos años, luchar contra las mineras locales y trasnacionales, así como afrontar las dinámicas de territorio en sus comunidades.
Los retos que tienen y que vendrán serán asumidos por los que se quedan, éstos y éstas tendrán que trabajar articulándose a otros actores y actoras que apuesten por la agricultura, por otras formar de relaciones económicas más reciprocas y solidarias que visibilicen a los jóvenes como sujetos importantes en el campo y relevantes para el relevo generacional en el agro e incluso en las organizaciones agrarias.
[1] Secretaría Nacional de la Juventud en el Perú (SENAJU)
[2] CENSO NACIONAL AGRARIO
[3] Además de fortalecer las capacidades de los jóvenes rurales e indígenas en sus espacios sociales y políticos locales, así como su proyección hacia los ámbitos regional y nacional, reconociendo y promoviendo sus culturas e identidades. (Art.3, 3.7. D.S N°027-2007-PCM).