l pueblo indígena Pemon de Kamarata-Kananimö posee una etnicidad en torno a tres elementos que la hacen. El primero es su cosmovisión, basada en la creencia del principio espiritual originario “Pia”, generador de la estirpe indígena Pemon, que dio origen a los entes numénicos Iweiwa, Tuwenkaron y Kaponokok. De ellos nacieron Makunaima, Chikó, Weruuweru e Iroriwa que componen su origen ancestral como pueblo. El segundo elemento se trata de su territorio; las nociones de Nono-unono como nuestro territorio-nuestro ambiente. Y, el tercero, tiene que ver con la lengua o idioma Pemon y sus variantes dialectales.
En cuanto a los aspectos demográficos, si bien el pueblo indígena Pemon en general tiene una población de unos treinta mil (30.000) habitantes, de acuerdo con el último censo poblacional de 2011, para el caso que nos ocupa estaríamos dando cuenta de unas veinte (20) comunidades, teniendo el valle de Kamarata la mayor concentración poblacional de la zona con una población aproximada de unos setecientos cincuenta (750) habitantes según Censo (2013) del Ambulatorio Rural Tipo II (AR-II). Este último centraliza la atención médica de la zona, teniendo Kamarata el sistema educativo oficial en todos los niveles, comunicación vía internet así como telefonía celular.
Kamarata fue fundada en 1954 por la misión católica de los capuchinos catalanes, quienes sustituyeron el asentamiento disperso tradicional de la población indígena por la disposición y jerarquía de calles y cuadrículas propias de pequeños poblados.
Se accede al Valle por vía aérea en pequeñas avionetas provenientes de Ciudad Bolívar, Puerto Ordaz o Santa Elena de Uairén, con distancias aproximadas de una hora de vuelo, o desde otras comunidades Pemon como Uriman, La Paragua o Wonken. También se puede acceder por vía fluvial con embarcaciones llamadas curiaras desde la comunidad de Kanaimö, luego de varios días de navegación. Largas caminatas (caminos de indios) de días y hasta meses constituye otra manera de acceso a Kamarata.
Hasta hace poco la actividad principal era turística, de artesanía y de producción agrícola (casabe, miel, picante, entre otros). Sin embargo, últimamente con la presión de la minería ilegal se produjo una enorme deserción migratoria de los habitantes hacia las zonas mineras y centros poblados generando un alto impacto socio ambiental.