Esa vereda la hicieron fue por capitulaciones, eso se llamaba Capitulación, una persona digamos llegaba a una cordillera o un cerro y de ahí lo que mirara, lo figuraba como una finca, como figurando una finca y luego iban a Marinilla y allá lo hacían registrar, y ya quedaba como dueño, ese registro allá lo hizo Antonio Botero, que digamos fue el primitivo que llegó a esa región, él fue digamos de los primeros colonos y de ahí fueron quedando los hijos y de ahí sabemos cuál es la descendencia, por lo que nos contaron nuestros padres y nuestros abuelos. (G. Luis Eduardo, comunicación personal, 26 de marzo de 2017. La Unión, Antioquia, Colombia).
La comunidad campesina de la vereda “La Honda” ha tenido arraigo a su territorio cerca de 200 años, cuando Antonio Botero mediante la figura de capitulación[1] obtuvo numerosas tierras, las cuales se fueron sucediendo a otras familias ya fuese mediante herencia o con la figura de compra y venta.
Alrededor del año 1997, esta comunidad de 37 familias campesinas se vieron obligadas a abandonar su vereda, asunto que los tomó por sorpresa y que les obligó a abandonar una vida rural, arraigada, digna y estable, por una vida urbana llena de amenazas, riesgos y humillaciones, donde la solidaridad no era posible.
En el año 2006, cuando el conflicto empezó a mermar y las esperanzas de retornar fueron aumentando, se empezó a habitar nuevamente el territorio mediante el ganado vacuno que iban llevando para recuperar las tierras, que con el pasar del tiempo habían sido invadidas por la naturaleza, obstruyendo incluso la carretera principal. En ese momento se pensaba sobre todo en generar las condiciones mínimas necesarias para retornar, y entre los años 2008 y 2011 se solicitó a la institucionalidad gubernamental, las garantías suficientes para retornar a la vereda La Honda, que nunca consiguieron.
No obstante, la comunidad persistió ante la negativa del gobierno colombiano. El año 2009, internamente y en el intento de superar las secuelas de la guerra, conformaron una Acción Comunal, en la que lograron constituir la Organización Popular de Vivienda – OPV[2], en la cual el señor Jair Botero aparece como el vicepresidente de la JAC Vereda La Honda, la señora Doralba Montes Cardona como presidenta, el señor Orlando Eli Botero como vicepresidente y el señor Albeiro Montoya como secretario de la OPV de El Carmen de Viboral. Con esta organización, se tocó puertas a la institucionalidad oficial para gestionar el acceso a vivienda digna de las familias desplazadas buscando la voluntad política.
La guerra no se hace solo con fusiles sino también con sentimientos negativos como el olvido y la envidia que generan desigualdad y que este gobierno de cuatro años, deja una semilla como ejemplo (Ex alcalde municipal 2015).
Se abrió la posibilidad de un plan de retorno mediante el desminado humanitario, la construcción de vivienda nueva con pozo séptico, servicios básicos e insumos para las familias que de manera voluntaria quisieran volver, se comprometió la Unidad de Victimas[3], y todo esto, permitió que efectivamente 14 familias regresaran a su terruño en el año 2015.
Nosotros siempre exigíamos un retorno en condiciones de dignidad, no era simplemente que se construyera una casa, o se restaurara la vía, o se pusiera red eléctrica, cuando no se pensaba de pronto en las condiciones de cómo sobrevivir. Entonces nosotros siempre pusimos como precedente esas condiciones, un retorno de manera integral, en condiciones de dignidad y si no, no tiene lógica invertir recursos para que las cosas queden a medias… (M. Carlos Alberto, 29 de marzo de 2017. Mesa de DDHH del oriente Antioqueño, ONU, Defensoría del Pueblo).
Actualmente, luego de 18 años de destierro más otros 2 años intentando restablecer sus vidas con dignidad en el territorio, se evidencia que en la institucionalidad gubernamental no existe una verdadera intencionalidad y acompañamiento que permita generar alternativas para garantizar un retorno exitoso, todo lo contrario, el gobierno colombiano perpetúa el empobrecimiento de esta población desventajada, que da indicios del ingreso mensual per cápita de un hogar situado por debajo de la línea de pobreza[4].
Junior Botero Giraldo y la Comunidad reunida de la vereda La Honda
Ahora me da un poco de tristeza, de pronto ver los otros compañeros que están en proceso ya de volver a salirse, por falta de un apoyo tal vez institucional ¿cierto? de alguien que les brinde un apoyo, yo sí trataré de estar allá, luchar todo lo que más pueda, hasta ver hasta donde aguantamos, pero sí me parece difícil porque no tenemos el apoyo que realmente se requiere” (G. Luis Eduardo, comunicación personal, 29 de marzo de 2017. Mesa de DDHH del oriente Antioqueño con presencia de la ONU y la Defensoría del pueblo).
Como se sabe la alimentación es el bien más importante de la humanidad y en esta comunidad al tener problemas de acceso a empleos, proyectos productivos eficientes que garanticen la sostenibilidad; se suma el tema de la inflación en Colombia, lo cual ocasiona que los alimentos suban incluso hasta en un 50% y 100%[5]. La alimentación se encarece, pues al no tener ningún ingreso fijo, los recursos económicos se agotan. Esto devela las deficiencias estructurales en las instituciones públicas de Colombia, la corrupción en el sector privado y público, es decir, un país en crisis y con altos índices de desigualdad[6], pobreza y hambre.
Respecto a este panorama, se evidencia la resistencia como una cualidad que caracteriza a la Comunidad campesina de la vereda La Honda, que se niega a dejar morir su cultura campesina, es una lucha desde la mente, el accionar y la cotidianidad, lo cual los embarnece como sujetos sociales críticos de una realidad en la que los juegos de la política los ponen siempre en desventaja y trata de atarlos de manos y pies, persisten en pie de lucha en cuanto a la exigencia de sus derechos y poder vivir con dignidad, pues esta campesinidad rústica, terca, en obra negra tiene su propia apuesta política que va desde la autogestión hasta la permanencia en el territorio como compromiso con sus antepasados y con las futuras generaciones.
[1] “Las capitulaciones, estructuran fundamentalmente el derecho de la propiedad de los primeros tiempos siguientes a la conquista y población de un territorio.” (OTS CAPDEQUI, 1959).
[2] Concejo Municipal, Sesión Plenaria Período Ordinario. Acta 042, Domingo 31 de mayo de 2015.
[3] Orgasmo institucional que gestiona los programas de reparación para las víctimas del conflicto armado.