30 familias que viven en distintas haciendas de la vereda San Luis, se organizan y forman un movimiento de resistencia sobre la tierra que han trabajado y de la que han vivido. Es por medio de esta organización espontanea en apariencia que estas 30 familias de la vereda de manera organizada resisten contra la eminente expulsión por parte de los hacendados, logrando así buscar acuerdos con los dueños. Este proceso inicia a finales de 1990.
Después de todo tipo de negociaciones, entre los hacendados y las familias campesinas, que toma más de 10 años, se rescatan hechos como: el intento de compra de las mejoras por parte de los hacendados a las familias campesinas; intento de reubicación de las familias en la cabecera municipal, compra de viviendas urbanas por parte de los hacendados para que las familias se puedan reubicar; amenazas durante el periodo de tiempo 1993-200, a líderes de la organización por parte de grupos al margen de la ley.
La organización campesina muestra constancia en su interés general el cual es el reconocimiento de su trabajo sobre la tierra, la construcción de sentido de territorialidad y la búsqueda del reconocimiento legítimo sobre sus años de trabajo en las haciendas.
Como resultado de este proceso organizado y constante por parte de las familias campesinas, se da para el año 2001 un hecho que se marca como un hito en la vereda. Uno de los hacendados ante el desgaste y la necesidad de vender las parcelas de su hacienda, decide otorgar con título de propiedad una hectárea y media de su hacienda a una familia campesina. Este hecho motiva a las otras familias campesinas a seguir en el proceso de negociación, logrando que esta práctica de otorgamiento de título de propiedad sobre una determinada parcela de la hacienda, se replique para las 30 familias en un periodo de tiempo de cinco años.
Los hacendados al no encontrar otra salida deciden otorgar a cada familia campesina una de las parcelas de la gran hacienda, la que los hacendados consideren, pues ellos argumentan ya tener negocios sobre otras parcelas, lo que les impide negociar sobre esas. Las parcelas a adjudicar con título de propiedad a las familias campesinas son entonces predios en colina que según el criterio de los hacendados, son tierras de baja calidad productiva.
Estos predios son otorgados a estas familias campesinas con título de propiedad individual y familiar en contraprestación por sus años de trabajo en las grandes haciendas.