Los Wampis (nación Wampis), también se autodenominan “shuar”, teniendo un origen socio histórico cultural y lingüístico en común con los Shuar del Ecuador. Ambos pueblos, completan el conjunto del grupo étnico, denominado por los lingüistas y antropólogos, “jíbaro” junto con los Awajun del Perú y los Achuar de Perú y Ecuador.
Cultura milenaria de más de 4.000 años de existencia a. e. c., su origen geográfico y territorial y nuclear se remonta a la región sur del Ecuador. De acuerdo con la tradición y a las investigaciones arqueológicas, ese origen está situado específicamente en la quebrada Kuwankus y zonas aledañas (Sucúa, provincia ecuatoriana de Santiago Morona). Visto desde el territorio peruano la nación Wampis se ubica en la zona nor oriental peruano en las cuencas y zonas fronterizas del Santiago (Kanus) y Morona (Kankaim).
La nación Wampis es una de las culturas más guerreras, por lo que fue identificado históricamente como “reductores de cabezas humanas”. Como pueblo ancestral se ha destacado en la lucha por su dignidad (imanuri ayamrut) y la defensa de sus territorios desde los tiempos inmemoriales.
Así, la tradición oral trasmitida de generación en generación se refiere a las luchas con los llamados Iwas (Iwa shuar, gente Iwa), identificados con la cultura Mochica de ocupación costeña que buscaron asentarse en territorio jíbaro para tener acceso a los yacimientos de oro. Luego, también en la época pre colonial, los Wampis se enfrentaron a los Incas Túpac Yupanqui y Huayna Cápac quienes no pudieron dominar a los Wampis ni asentarse en su territorio.
En la época colonial, la defensa se centró contra los colonos españoles (comerciantes y encomenderos). Ya en la etapa republicana fue necesario continuar esta lucha de defensa del territorio y la dignidad Wampis, amenazada por comerciantes caucheros y de pieles de animales, militares y policías asentados en la zona; y, en las décadas de 1979 a 1990, con los colonos invasores de terrenos comunales provenientes de los andes peruanos, no solo apelando al respeto a sus derechos ancestrales ante las autoridades y el poder judicial sino llegando hasta enfrentamientos físicos con pérdida de vidas humanas de los líderes Wampis y Awajun.
Los Wampis, como otras culturas indígenas, hacemos un uso extensivo del territorio y a lo largo del tiempo extendimos, junto con los Shuar, nuestra ocupación sobre grandes extensiones de los territorios que –como se indica en líneas arriba– abarcan desde el sur del Ecuador hasta el norte oriental del Perú. A consecuencia de la demarcación y el trazo de límites fronterizos entre Perú y Ecuador, luego de la guerra entre los dos países (1941), una parte de las familias Wampis quedaron en el territorio peruano, con cuya nacionalidad se identifican actualmente.
Entre las décadas de 1930 y 1950, los Wampis vivían de forma dispersa ocupando principalmente las cabeceras de las quebradas afluentes de las grandes cuencas Santiago, Morona y Cenepa. De 1950 en adelante, las familias y clanes dispersos empiezan formar los primeros asentamientos nucleados, que fueron la base de las primeras comunidades, todas con el afán de tener escuelas (educación primaria) que ofrecían los religiosos católicos y misioneros evangélicos, entre el ellos el Padre Purrón, surgiendo las primeras escuelas, denominadas, “escuelas bilingües”.
Los Wampis en la actualidad
Actualmente, la nación Wampis cuenta con 19 comunidades tituladas que incluyen 65 asentamientos o anexos, distribuidas de la siguiente manera: 10 comunidades titulares en Santiago y 9 de Kankaim. La población total es de 15.300 habitantes (PNUD, 2013). En el ámbito de su territorio, los Wampis constituyen la población mayoritaria (95%), con un 5% de población mestiza (dos caseríos en la cuenca del río Santiago).
Entre las características culturales de la nación Wampis podemos mencionar dominio del conocimiento sobre las bondades de la naturaleza, destacándose en el conocimiento de la medicina tradicional; dominio del sistema de protección y conservación de la naturaleza, los bosques y la biodiversidad, manteniendo en buen estado de conservación grandes extensiones de sus territorios, entre ellas, los Cerros Kampankis; producción de manufacturas llamadas artesanías, desarrollados tanto por hombres como mujeres; cultivo de pan llevar[1] (yuca, plátano, maní, maíz, frejol, etc.), crianza de aves menores (gallinas).
A nivel social, es un pueblo acogedor, amigable y con sentimientos genuinos de nobleza y confianza. En su relación con la naturaleza, la nación Wampis reconoce la existencia de seres de la naturaleza que son quienes en base a una relación amigable con los Wampis nos dotan de derecho al aprovechamiento de sus bondades.
[1] Cultivos agrícolas de primera necesidad.