Sustento legal del Resguardo
El Resguardo Inga Mandiyaco es un territorio ancestral indígena de la nación inga, categorizado como territorio colectivo, con 1.555 hectáreas de extensión habitadas por 163 comuneros y comuneras. El resguardo, constituido el año 2003 y legalmente emparado por la Ley 89 de 1890, es la figura organizativa a nivel territorial de la que disponen los pueblos indígenas en Colombia. A su vez, el resguardo necesita de una figura organizativa a nivel político y administrativo: esta figura es el Cabildo, reconocido también en la Ley 89 de 1890.
La Resolución 006 del 22 de julio del 2003 es la que legaliza en particular la conformación del Resguardo Inga Mandiyaco. En este caso, se formalizaron las tierras de los comuneros y comuneras del cabildo de Mandiyaco que estaban de acuerdo y lucharon por conformar el resguardo, sumadas a algunas tierras baldías anexas. Es importante remarcar desde el aspecto legal, que se entiende por baldías las tierras que no son de propiedad privada y pertenecen a la nación colombiana. En 1936 cuando se definió el concepto jurídico, se estableció que las tierras ocupadas con cultivos o ganado son de propiedad privada y se presumió que las baldías son las que no están explotadas, las que no son objeto de aprovechamiento económico y no tienen dueño.
Como dice el gobernador Benigno pero, “baldío es para los de afuera, para nosotros son territorios ancestrales no legalizados ante una parte del Estado, porque nosotros también somos Estado”. A pesar de la batalla y la espera, pues la solicitud de resguardo se hizo el año 1996 y la resolución definitiva no llegó hasta el año 2003, el gobierno colombiano acabó incluyendo los baldíos o territorios ancestrales dentro de los límites del resguardo.
En cuanto a recursos económicos y financiación de la estructura organizativa, los cabildos indígenas, dependiendo de su población censada, reciben unas transferencias nacionales del Sistema General de Participación. En el caso del Resguardo Inga Mandiyaco, en el que viven y son censados tan solo 163 habitantes, este recurso es muy escaso, y dependen más bien de recursos propios generados popularmente por la misma comunidad, de convocatorias y proyectos con instituciones públicas y de otras organizaciones como el CRIC.