La lucha en conseguir la tierra de los pobladores de los distritos de San Ignacio y Santa María, comenzó por la necesidad de contar con el recurso fundamental para la producción y asegurar el bienestar familiar. En Paraguay el campesinado sin tierra no tiene que hacer pues no tiene para producir y al no producir, no tiene nada que comer ni vender.
Asegurar los derechos a la tierra de las comunidades locales es fundamental, no solo para la propias poblaciones afectadas, sino también para crear propiedades más prosperas y equitativas, y abordar los problemas medioambientales. Esta lucha no ha sido fácil, pues se ha pasado por numerosas manifestaciones, movilizaciones, coordinación con organizaciones y autoridades locales e incluso nacionales, se ha llegado inclusive a realizar ocupaciones, pero por sobre todo se destaca el esfuerzo desmedido de cada una de las familias que forman parte del asentamiento Che Jazmín y principalmente, de los dirigentes para llegar a su meta.
Actualmente en el asentamiento gracias al Programa Producción de Alimentos (PPA) del Ministerio de Agricultura y Ganadería se ha implementado técnicas y prácticas de producción que lleven a mejorar el sistema de producción, contribuyendo a la sostenibilidad de los recursos naturales y a la utilización de prácticas agroecológicas.
En el Asentamiento Che Jazmín, a pesar de los logros que han conseguido hasta hoy gracias a la autogestión de todos y la Comisión Vecinal, manifiestan que aun necesitan de las autoridades e instituciones del Estado para poder crear un asentamiento próspero para todos sus pobladores.
Los jóvenes del asentamiento Che Jazmín manifiestan que la tierra y los bosques en Paraguay son la vida de ellos y de todos, pero que de a poco nos están avanzando y arrebatando sin poder hacer nada a cambio.
“Los extranjeros ven dinero en la tierra. Nosotros la vemos como vida. Por ello debemos de seguir luchando para ganar el mejor futuro de nuestro pueblo”.