Del campo a la ciudad, añorando el retorno
Gustavo con sus tres hijos en una foto tomada por Mercedes.
Somos una familia de cinco integrantes, Mercedes (1971), Gustavo (1964), Emiliano (1996), Verónica (1998) y Lucas (2003).
Mercedes Acland Pereyra nació en un hogar de productores rurales, en Piedra Sola pueblo rural en el departamento de Paysandú. Gustavo Delfín Viñoles nació en un hogar de trabajadores y nieto de productores rurales en Paso de los Toros en el departamento de Tacuarembó. (...)
En el año 1996 nos encontramos y formamos una familia. Por esos años juntos a otros compañeros y conocidos de diferentes barrios de Montevideo, desde el barrio La Teja creamos un movimiento de lucha por trabajo. Junto a vecinos también se formó un merendero en la zona llamada “Cachimba del piojo” y se hicieron actividades culturales y pequeñas huertas con niños. (...)
Primer acceso: Comunidad del Sur
Hasta el 2001, vivíamos en zonas periféricas de Montevideo y debido a la situación económica y a nuestra añoranza del área rural, al inicio comenzamos con nuestro retorno al campo a un lugar cercano.
Campamento en comunidad del sur 2001.
Es así, que nuestra historia de acceso a la tierra como familia comenzó en el 2001 en la Comunidad del Sur (zona sur-urbana de Montevideo), donde estuvimos ocho meses viviendo y trabajando en producción agroecológica. Nuestra familia integraba un grupo de trabajo productivo y social al trabajar en la tierra en la producción agrícola en barrios históricamente abandonados.
Este primer acceso a la tierra fue a través de un convenio entre organizaciones sociales, por un lado Comunidad del Sur (de origen Anarquista), que tenía una chacra de 14 ha y las condiciones para trabajar y formarse en agroecología, y el Movimiento por Trabajo, organización creada para fomentar la calidad y dignidad del trabajo y derecho a la tierra, en el cual nosotros integrábamos,
En este tiempo algunas de las experiencias fueron: cría de cerdos y conejos, manejo de invernáculos, cultivos extensivos en hortalizas. Los productos vendíamos de manera directa en ferias orgánicas y a sindicatos, y venta de canastas a domicilio junto a la Comunidad del Sur y Asociación de productores orgánicos del Uruguay (APODU). (...)
Segundo acceso: ocupación en Rincón del Cerro y formación de “Comuna Tierra”
Jornada de trabajo con diferentes grupos en Rincón del Cerro, 2005.
En 2002, conformamos un grupo de personas y familias, llamado grupo “Comuna Tierra”. Éramos más de 100 personas desocupadas o con trabajos precarios y ocupamos un predio privado de 19 hectáreas en Rincón del Cerro (zona rural de Montevideo, (ver la siguiente imagen).
Se trató de una ocupación pacífica de 19 hectáreas abandonadas, para la cría de animales y cultivos hortícolas, dedicada al autoconsumo y venta de excedentes de forma alternativa. Esta experiencia duró hasta el 2009 dando sustento a 15 núcleos productivos familiares, grupales o hombres solos, algunas familias vivíamos en el predio y otros venían solo a trabajar. Con estas familias se convivió y trabajó en conjunto en producción, huertas, comedores y comercialización.
La ocupación del Rincón del Cerro no era legal, se trataba de un predio privado, abandonado, que sus dueños (grupo de empresas) se dedican al transporte de carga internacional. Nosotros y otras familias ocupamos y empezamos a construir y traer los servicios básicos (agua, luz), a preparar la tierra, hacer aguada para riego, cada familia o grupo producía en una fracción de tierra limitada. Al mismo tiempo creamos una comisión directiva para representarnos frente a instituciones y demás actores sociales.
En 2004, comenzamos con la cría de cabras mediante un programa estatal[3], y para 2009 teníamos un plantel 14 cabras madres (servidas[4]) y un padrillo[5], lo que nos permitió dedicarnos durante este período a la producción de leche y quesos, además de la venta de crías. Durante estos años consolidamos la producción caprina y de derivados como nuestra producción principal y también trabajamos en el rubro hortícola y avícola. También construimos una vivienda de material tradicional y techo liviano, con luz y agua, habitaciones y baño. (...)
El INC y nuestra lucha por tierra y las condiciones mínimas dignas para producir y vivir.
Debido a la inseguridad en el predio del Rincón del Cerro, como familia en el 2003 nos inscribimos como aspirantes a colonos al INC, y luego nuevamente en el 2004 en el marco de una demanda colectiva en la Primera Marcha, en reclamo por tierra en democracia, junto a colectivos con la que nos unimos en la Mesa de Agricultores Urbanos y un programa de la Universidad de la República (UdelaR).
Frente a que estas inscripciones no prosperaron, debido a la visión en el directorio del INC de que lo familiar no es prioritario, aunque en las leyes está escrito que el productor familiar es la prioridad, en el 2008 inscribimos al grupo “Comuna Tierra” como aspirantes a colonos en el INC. Esta decisión se debió a que el dueño del predio que ocupábamos en Rincón del Cerro inició acciones judiciales contra nosotros con el objetivo de desalojar a todos los ocupantes y rematar el predio.
El Movimiento por la Tierra estuvo junto a nosotros apoyando nuestra causa. La UdelaR también acompañó el proceso, pero en cierta forma en esos momentos nosotros teníamos y hoy en día también tenemos una visión crítica en la metodología de extensión[6].
El 28 de agosto de 2008 iniciamos como grupo “Comuna Tierra” reuniones con el Directorio del INC, integrado por M. Vera, G. Gaggero, C. Ferreira. Concurrimos al remate del predio que ocupábamos con el gerente del INC y llevamos un cheque para hacer oferta económica por el predio pero el remate se suspendió.
Tercer acceso: Comodato en el Vivero y Granja Modelo de Agronomía Dr. Alejandro Gallinal
Después de varios meses de trámites, el 30 de diciembre de 2008 se nos adjudicó por resolución del directorio del INC (acta 4.938) una fracción del padrón nº688, del Vivero Dr. Alejandro Gallinal perteneciente al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
El 20 de marzo de 2009 firmamos posesión de la fracción, pero hasta mayo del mismo año no pudimos ingresar al predio porque no estaba firmado un contrato legal de comodato entre el INC y el MGAP. Dos núcleos de los cinco que iban a acceder a la tierra como grupo Comuna Tierra renunciaron al acceso por la falta de seriedad de las instituciones.
El 12 de mayo de 2009, a nuestra familia, nos robaron todo el plantel de cabras, sustento de nuestra actividad y base para continuar en el nuevo predio con la realización de un tambo caprino, sala de ordeñe y elaboración de quesos. Se realizó la denuncia policial en la Seccional 24 el mismo día (Constancia de denuncia 3233), pero sin ningún resultado.
Recién el 12 agosto de 2009 se firmó el comodato entre el INC (representado por G. Gaggero y M. Jaso) y el MGAP (por A. Bertterreche) (acta nº 4967), y 14 días después firmamos nuevamente posesión de la fracción por un período de dos años (acta nº 4969).
Comenzar de nuevo: los sueños y la realidad
El 25 y 26 de septiembre de 2009 nos mudamos al nuevo predio junto a dos otros núcleos del grupo Comuna Tierra, dejando atrás la ocupación y una vivienda habitable que habíamos construido en Rincón del Cerro. Al ingresar al predio éste no tenía ninguna vivienda, ni acceso luz ni agua, y nosotros no teníamos animales, ni contábamos con recursos financieros suficientes como para acceder a una vivienda y a una producción buenas. Del 26 al 28 de septiembre de 2009, las tres familias construimos con la ONG “Un techo para mi país”, una habitación prefabricada de 6x3 metros sin baño ni cocina. Por ese entonces, dos de nuestros hijos concurrían a la escuela y uno comenzó el liceo.
Nuestra casa en Toledo, 2016.
Durante un año y medio accedíamos al agua por medio de bidones que transportábamos más de 600 metros desde el Vivero y gracias a la solidaridad de vecinos. Entre 2009 y 2010 realizamos los trámites y gestiones correspondientes para acceder al agua potable (en Uruguay el acceso al agua potable es un derecho fundamental garantizado en la Constitución), y solicitamos un presupuesto al organismo estatal encargado de la instalación. El monto votado en el INC para infraestructura de acceso al agua (acta nº4981 del 11/11/2009) fue de la mitad del costo total presupuestado, por lo cual el técnico del INC solicitó ampliar la inversión para este fin.
(...) Hasta el día de hoy continuamos sin un acceso regular al agua, entre otras faltas graves, lo que nos imposibilita poder dedicarnos exclusivamente al trabajo en el predio y desarrollar un proyecto agroecológico en condiciones favorables. Sin embargo, continuamos con nuestro esfuerzo por llevar adelante la producción caprina.
[1] Explicado en el capítulo anterior.
[2] Aprendimos también que muchas veces las posiciones político-partidarias dividen y restan a la hora de acciones de base. Antes de ocupar un predio ya estudiado se produjo un quiebre grupal porque los teóricos querían tener el poder de decidir sin consultar a los que estábamos en la tierra.
[3] Programas de Producción de Alimentos y Organización Comunitaria de la Universidad de la República (PPAOC - UDELAR) y de Agricultura Urbana de Montevideo Rural del Municipio de Montevideo (PAU - UMR - IMM).
[4] En gestación de crías, preñada.
[5] Animal equino que no ha sido castrado, y que por lo tanto es apto para la reproducción.
[6] En el 2008 nos reunimos como Mesa de Agricultores Urbanos con el prorrector de extensión de la UdelaR Humberto Tommasino para plantear que no podían formar estudiantes para que vivan de la pobreza, tenían que formar estudiantes para cambiar la realidad. Lo que nosotros vemos es que, a nivel general, en la UdelaR se forman estudiantes como un producto a fin al sistema capitalista, como forma de gestionar el capitalismo y no para cambiar la pobreza, porque el día que se termine con la pobreza se les termina el trabajo. Como dice Paulo Freire "Sería en verdad una actitud muy ingenua esperar que las clases dominantes desarrollen una forma de educación que permitiese a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica".
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