El Proceso Campesino y Popular de La Vega, Cauca (PCPV) es una experiencia popular campesina y comunitaria de autonomía y resistencia enmarcada dentro del municipio de La Vega, localizado al sur del departamento del Cauca, a 3 horas aproximadamente de la capital departamental de Popayán. Entre montañas, valles, ríos, páramos y lagunas, La Vega se encuentra enmarcada en la región biográfica del Macizo colombiano. Éste alberga la más importante estrella fluvial colombiana –reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera- donde nacen importantes ríos como el Cauca, el Magdalena, el Caquetá, el Putumayo o el Patía, y representa 70% del agua que usa Colombia. La Vega, como la localidad vecina de La Sierra, se sitúa concretamente en la cuenca del río Guachicono, perteneciente a la cuenca alta del río Patía. Estas circunstancias naturales cruzadas con la lógica extractivista del sistema global han llevado al PCPV a protagonizar una lucha crucial por el agua y el territorio, y en contra de la minería que se ha querido instalar en La Vega.
La localidad de La Vega tiene oficialmente 45.500 habitantes a pesar de que se calcula que aproximadamente 10.000 de ellos haya emigrado hacia ciudades vecinas como Popayán debido a condiciones rurales a veces precarizadas. Aproximadamente 42% de su territorio está conformado por los resguardos de Guachicono y Pancitará, que se encuentran en la zona fría del municipio y son reconocidos como territorio indígena del pueblo Yanacona desde la colonia. El municipio está subdividido en 12 corregimientos más la cabecera o el núcleo urbano de La Vega y éstos a su vez albergan aproximadamente 113 veredas. El radio de acción y presencia del Proceso Campesino y Popular de La Vega abarca gran parte de estas veredas – en una reunión del PCPV de marzo de 2017, había delegados de unas 90 veredas- sin contar con la totalidad de sus habitantes ni tener un territorio limitado.
Proceso, pluralidad y unidad
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Se trata de un caso ejemplar en el que la economía campesina familiar y autosostenible ha podido resistir al poder de los latifundios gracias, entre otros factores, a la cooperación comunitaria y a que la topografía, de agudas pendientes, siempre la ha favorecido. A parte de su huerta para el pancoger, los campesinos de La Vega siembran, generalmente de manera orgánica, caña panelera, yuca, plátano y café para comercializar, y han logrado hacer compras colectivas de microcuencas para prevenir que las empresas mineras de sus territorios ingresen y los despojen de la tierra y el agua. Y a pesar del contexto departamental, pues el Cauca es uno de los que más hectáreas sembradas de cultivos de uso ilícito tiene, en La Vega son muy pocas las familias que se han visto llevadas a sembrar coca.