Actualmente la finca de la familia Aldaz Núñez se sostiene con una fuerte organización familiar y de colectivos que llegan a la finca modelo para compartir, en talleres formativos, los conocimientos que han logrado para sembrar suelos y cultivar en una zona devastada por la contaminación petrolera, los resquicios del Plan Colombia, y la excesiva y violenta matriz de fumigación con agrotóxicos.
La actividad económica es agrícola y tecnológica. En la finca se produce cacao y café orgánico, hortalizas y leguminosas, se cría aves y animales de corral; y se produce herramientas tecnológicas para crear energía limpia con bici-máquinas. Ambos procesos son los que mantienen una economía local sustentable, baja en plusvalía, pero ha posibilitado ser autónomos y cooperativistas con miembros de la propia organización de la UDAPT y pobladores afectados por la contaminación petrolera que no forman parte del Frente en Defensa de la Amazonía.
Expectativas y retos en la finca agroecológica RICAMA
La lucha por el acceso a la tierra y la defensa del territorio en la región amazónica es una constante. Hay que recordar que la zona amazónica del nororiente del país es la más devastada, por tanto hay procesos meteorológicos y geofísicos que tardan decenas de años, tal es el caso del proceso hídrico. Sin embargo, hay zonas afectadas que poco a poco han ido regenerándose, como fincas, terrenos, pozos abandonados donde la siembra de suelos y el cultivo agroecológico y permacultura ayudaron a que nazca selva una vez más.
La Finca Agroecológica Permacultural RICAMA es el laboratorio para cientos de familias que siguen capacitándose en agroecología. Existen decenas de miles de familias que han hecho recuperación de suelos y siembra de suelos en zonas contaminadas a pequeña escala, en su lote u hortaliza; sin embargo, la Finca RICAMA, en su gran extensión de 20 hectáreas, proporciona energía limpia y renovable. Cuenta con cultivos polidiversos y camas de trabajo para procesar abonos químicos naturales., molinos con bicimáquinas, cultivos de plátano, cacao y café que conviven con diferentes plantas, insectos; todo esto dota de más vida a la selva.
Shushufindi es ahora, la zona menos productiva de barriles de petróleo, es justo donde la empresa PetroAmazonas busca “remediar” piscinas y zonas de contaminación. Junto a ese panorama, la Finca RICAMA se vuelve todo un ejemplo a seguir. Carlos Aldaz nos cuenta los retos que sigue en la lucha por la tierra:
“En la actualidad se puede notar la diferencia, hay una producción sostenible, no tenemos dependencia de distribuidoras de agrotóxicos ni productores foráneos; sino que nosotros somos meramente autónomos; en ese sentido estamos conscientes y nos da muchas satisfacción; yo no tengo que sacar ningún dinero para ir a comprar productos ni fertilizantes a mis plantas, se genera de la misma biodiversidad de la Finca; esto me ahorra recursos. Mi finca, si la miramos desde afuera, es como un bosque, si entramos vemos los cultivos y la diversidad en la Finca, conviviendo con la naturaleza”.
“Después de este procesos lo que falta por hacer es entrar a una etapa de darle valor agregado a los productos, y que estamos entrando de manera artesanal y falta potenciar esa situación; y entrar a un comercio justo con los productos ya sanos. Difundir que la gente conozca que estos alimentos generan salud. Esa línea nos falta potenciar un poco. Lo que si hay que seguir haciendo actividades y estrategias para sembrar suelos y luchar por dejar el petróleo bajo el suelo”, concluye don Carlos.