Las comunidades fronterizas afectadas por las fumigaciones alzaron su voz de auxilio, buscando respaldo de parte del Estado. Ante ello las ONG ambientalistas y de Derechos Humanos, visibilizando lo que ocurría en la zona, realizaron algunos pronunciamientos.
En 2007 los relatores de la Naciones Unidas lanzaron un pronunciamiento oficial verificando sobre las graves consecuencias de las aspersiones en la frontera.
El 31 de marzo de 2008, la República del Ecuador presenta una demanda ante la Haya en contra de la República de Colombia por las consecuencias surgidas en el territorio fronterizo y sus habitantes por las aspersiones realizadas con glifosato en el Plan Colombia.
La Constitución de la República de Ecuador, reformada en 2008, dio origen a una serie de transformaciones de índole político, social, económico y cultural, en el área ambiental y de manera específica en el cambio climático.
En el artículo 14 reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y se complementa con el artículo71 donde se menciona a la naturaleza o Pacha Mama su derecho a que se respete integralmente, su existencia y el mantenimiento y regeneración en sus ciclos vitales.
El 12 de septiembre del 2013, Ecuador desistió de la demanda en contra de Colombia ante la Haya, ya que ese país se comprometió a indemnizar 15 millones de dólares a Ecuador por los daños ocasionados.
Contaminación y empobrecimiento del suelo
Una de las actividades económicas predominantes en el recinto San Martín era el cultivo de café y cacao que son comercializados externamente. Los agricultores del sector, complementan su siembra con productos para satisfacer sus necesidades de subsistencia como el arroz, maní, maíz, yuca, plátano, frejol, achiote y otros vegetales que necesitan en el diario vivir. Dicha producción fue decayendo y deteriorándose a consecuencia de las fumigaciones del Plan Colombia.
En el caso del café, se morían los cogollos del árbol, se caían las pepas, hojas y se amarillaban las plantas. Lo mismo sucedía con el resto de la producción cuyos frutos se marchitaban o podrían por dentro y se caían al suelo antes de desarrollarse. Asimismo, se notaron cambios en el sabor y color de los productos.
Por otro lado, es importante mencionar también los daños ocasionados a la vegetación de la Reserva Ecológica Cofán Bermejo donde muchos de los árboles nativos sufrieron daños. Sin embargo, esta montaña, que también constituye una fuente proveedora de alimentos para los habitantes del sector, fue un escudo de protección y fortaleza de la comunidad frente a la devastación del Plan Colombia.
Así quedaron las plantaciones tras el plan Colombia
Consecuentemente, el Recinto San Martín se convirtió en una población campesina con escasez de producción y pérdida de cultivos, lo que repercutió en que el mercado decayera por el rechazo de los productos provenientes de la frontera, sumado esto a la pérdida de la fertilidad de la tierra que dejó a varias familias sin sustento económico y sin alimentos para su propio abastecimiento.
Contaminación del agua y repercusiones en la salud
Siendo que la mayoría de los habitantes de la zona se provee del agua para consumo de los ríos, esteros, vertientes, pozos o del agua lluvia; las fumigaciones resultaron ser un peligro constante no solo por su efecto directo en las plantaciones sino también por la ingesta del agua, que produjo irritaciones en la piel, problemas respiratorios e intoxicaciones entre otras enfermedades.
Otra de las actividades principales de los habitantes del Recinto es la pesca en el río San Miguel, en el que confluyen otros provenientes de Colombia. Durante las aspersiones, los ríos adoptaron una coloración verde, notándose una escasez de peces. Además, otro factor contaminante del río fue la explosión de la tubería de petróleo en el lado de colombiano, que ocasionó el derrame del crudo dejando la playa de coloración negra. Si bien la pesca escaseaba, cuando se podía obtener los pescados, éstos tenían un sabor a petróleo.
Dibujo: Cecilia Cristina en Escuela Río Upano
La fumigación, que consistían en la constante invasión aérea, era algo imprevisto y desconocido para los habitantes del lugar que no fueron informados previamente. A esto se sumó la continua presencia de los grupos armados y el grado de violencia que ello generó, situación que sumió a los campesinos en la falta de entendimiento, pánico y temor a adquirir enfermedades. Ante estos hechos, la comunidad se vio obligada a cambiar sus actividades regulares, muchas veces optaban por encerrarse en sus viviendas.
Los niños fueron mayormente afectados, muchos no podían dormir y se pasaban llorando, requiriendo mayor acompañamiento por parte de sus padres que no sabían cómo bregar con la situación.
De acuerdo con los resultados de algunas actividades que la Clínica Ambiental desarrolló con los niños en este Recinto, se encontró que ellos transmitían en sus dibujos toda la problemática del sector: helicópteros en el cielo, destrucción de los suelos y cultivos, muerte de los animales, contaminación de los ríos, enfermedades en las personas, entre otros. Con el paso del tiempo, en los dibujos posteriores a la militarización de la frontera reflejaban acciones militares, en ellos se veía sangre y sus representaciones iban perdiendo los detalles y colores, evidenciando de este modo el cambio en la psiquis de los niños.