Ubicación de la Comunidad de Paz
La Comunidad de Paz de San José de Apartadó se encuentra en el municipio de Apartadó, al norte del departamento de Antioquía formando parte de la región del Golfo de Urabá, que en la lengua del pueblo Embera Katío significa “tierra prometida”. En efecto se trata de una tierra de exuberantes riquezas naturales, entre ellas abundantes recursos minerales, ventajosa por conformar la esquina noroeste de América Latina entre el océano Pacífico y el Atlántico-Caribe.
La región de Uraba ha sido ancestralmente habitada por varios pueblos autóctonos posiblemente semi-nómades, entre ellos el pueblo Embera que conserva algunos resguardos indígenas en la zona. Desde los años setenta del siglo pasado, esta zona ha sido parcialmente ocupada y controlada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército Popular de Liberación (EPL), las Fuerzas del Ejército de Colombia y un poco más adelante por grupos paramilitares como las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Por lo tanto, hablamos de una tierra que ha sufrido un constante estado de guerra y, si bien es cierto que el cese al fuego por parte de las FARC en 2015 y el cese bilateral entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC decretado el 23 de junio de 2016 han significado una disminución importante en cuanto a violencia sistemática entre actores armados y contra la población civil, este estado de guerra aún persiste en las dinámicas sociales de sus habitantes y se intuye, en general, que no va a terminar con los Acuerdos de paz sino que va a adquirir una nueva lógica. La entrada de más multinacionales extractivistas representa una gran amenaza vital y territorial para todo el país y en especial para la región del Golfo de Urabá.
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Los que optaron por luchar
El año 1985, a raíz de un proceso de paz parcialmente fallido entre las FARC y el gobierno colombiano, se crea la Unión Patriótica (UP), un partido que acaba por agrupar varios movimientos sociales creando oposiciones resistentes a nivel institucional y que en el municipio de Apartadó coge bastante fuerza. “Esto lo ven como un peligro para el modelo económico que se ha impuesto en la zona”, relata Jesús Emilio Tuberquia Zapata, uno de los líderes principales de la Comunidad de Paz al que todos llaman “El Negro”. La masacre de la UP, en la que se calcula que 5.000 hombres y mujeres –entre cargos políticos, candidatos, militantes y simpatizantes- fueron asesinados por actores armados posiblemente organizados por el mismo Estado colombiano, se hizo explícita también en San José de Apartadó, donde decenas de líderes comunitarios como Bartolomé Cataño -fundador del pueblo de San José, ideador de la Comunidad de Paz y concejal de la UP- fueron asesinados entre finales de los ochenta y finales de los noventa. “Urabá fue sorprendida por una ola de terror”, afirmó Gloria Cuartas, la alcaldesa de Apartadó de la época, para el periódico El Colombiano.
Al mismo tiempo se intensificaba la guerra en el territorio: bombardeos, tiroteos, requisas, masacres, retenes, en los que la población civil quedaba atrapada. Como resultado de esta situación muchas familias se fueron desplazando de la zona, sobre todo hacia las ciudades más cercanas. Sin embargo algunas familias de distintas veredas del corregimiento de San José de Apartadó no cedieron frente a esta lógica genocida, se unieron en una expresión de resistencia única y a través de procesos de formación y encuentros comunitarios entre vecinos y vecinas llegaron a la conclusión de que debían construir un espacio autónomo declarado públicamente como ‘zona neutral’ donde ningún actor armado pudiera hacer presencia. El 23 de marzo de 1997 se firma la declaración de fundación de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, un desafío para las aproximadamente 300 familias que habían resistido a la muerte y al desplazamiento, y decidían no ceder ante las amenazas de los cuerpos violentos de la guerra. “Estaba claro que íbamos a poner muchas vidas”, asegura El Negro, campesino de brillante claridad política.
Y efectivamente la violencia brutal llegó una semana después, cuando grupos paramilitares forzaron el desplazamiento de todas las veredas hacia el pueblo de San José donde a través de la solidaridad entre unos y otros se acobijaron todos en pocas casas. De ese modo, con mucho valor y sufrimiento, nacía lo que hoy es un proyecto agrario y político de resistencia, un territorio organizado en paz, independiente del Estado y cercano a la soberanía alimentaria y administrativa. En el cuarto apartado, donde explicamos la estrategia de acceso a la tierra y la cronología de los hechos más relevantes, seguimos hablando del proceso de esta población. Ahora, aquí, nos disponemos a mostrar porque la Comunidad de Paz de San José de Apartadó es un ejemplo de resistencia, no solo a la lógica violenta de su alrededor y del conflicto armado colombiano en general, sino también a la lógica destructora e individualista del sistema capitalista. Desde su creación, la Comunidad de Paz vive y se organiza a través de unos principios y un reglamento interno a los que cualquier familia o persona que sienta la voluntad de sumarse al proyecto debe desear adherirse.
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