Gestión de la tierra y el territorio
El proceso de saneamiento interno de la propiedad agraria para la comunidad ha constituido un hito histórico en la gestión de la tierra y territorio. Este proceso impulsado desde el Estado y apoyado por algunas ONG, en su momento ha constituido un mecanismo pertinente para repensar la situación y administración de sus tierras y resolver aquellos problemas latentes que estaban frustrando la cohesión y desarrollo de la comunidad.
Las principales problemáticas se centraban en conflictos interfamiliares por herencias y mojones que delimitan las parcelas, derechos de propiedad difusos sin documentación de respaldo al haber sido tratados de manera verbal, delimitación confusa y difusa de los linderos con las comunidades vecinas, derechos de propiedad sin documentación o con documentación desactualizada. Estos problemas fueron resueltos, excepto los derechos de propiedad de algunas familias, como es el caso de Regina.
La historia de la comunidad no ha terminado aquí, más bien el reconocimiento legal de la propiedad colectiva e individual fue un medio para mejorar gestión de sus tierras, por lo que actualmente presentan nuevas proyecciones, principalmente enfocadas en la gestión de proyectos de desarrollo social y productivo para la comunidad.
Don Victoriano Mamani, comunario de Patarani, señala que ahora con el título ejecutorial de las propiedades individuales las familias pueden emprender varias actividades económicas, por ejemplo solicitar préstamos del banco disponiendo los papeles de las parcelas como garantía, con lo cual la familias podrían adquirir otros bienes, mejorar sus viviendas, la producción de sus ganados, entre otros. Actualmente la utilización de los títulos individuales para préstamos bancarios de acuerdo a Ley INRA no es permitida, pero los comunarios esperan que algún día pueda viabilizarse.
Uno de los objetivos inmediatos de la comunidad es la aprobación y aplicación del Estatuto Comunal, a la fecha se encuentra en su versión final, y entre las proyecciones de larga data tienen la gestión de la Personería Jurídica de la comunidad a través de la Gobernación del Departamento de La Paz. Consideran que este documento les va permitir elaborar proyectos de desarrollo económico y social de gran escala. También entre sus expectativas está el logro de autonomía frente al municipio, así señaló don Victoriano.
En cuanto al orden productivo hay muchas expectativas de mejorar y potencializar la agricultura y la ganadería, aunque se puede advertir que la extensión de tierras por familia fue reduciendo en el tiempo. Actualmente el promedio hectáreas por familia es alrededor de 8, estas son destinadas a la producción agrícola y ganadera. Todas las familias optan por esta combinación como estrategia de seguridad alimentaria, por lo que no existe la especialización en una sola actividad.
En la producción pecuaria se destaca el ganado vacuno, actividad orientada a la producción de leche y la transformación en queso. Una gran parte de los comunarios se dedican a esta actividad porque es rentable, aparte de cubrir los costos de producción genera un excedente, mejorando la calidad de vida. Si bien las tierras no siempre abastecen la producción de forrajes para los bovinos, las familias han buscado otras alternativas para garantizar este negocio como es adiestrar a las vacas lecheras al consumo de afrecho.
Las empresas que recolectan la leche cruda de esta región son la PIL y DELICIA, ambos tienen un convenio con los comunarios y compran el litro de leche a tres bolivianos (0,44 USD). No todas las familias están suscritas a estas empresas, algunas comercializan la leche a cuenta propia, por ejemplo, elaborando queso y sus derivados, ambos transportados a los mercados locales o en las ciudades de La Paz y El Alto.
La crianza del ganado ovino también está presente, orientada principalmente a la comercialización de la carne. Esta actividad se fue reduciendo en el tiempo, por la reducción de extensiones terrenos, antes había alrededor de 30 cabezas por familia ahora solo hay 10 o menos. También entre los animales de crianza está el cerdo, la gallina, el cuy, todos orientados al sustento familiar.
En la producción agropecuaria se destacan las actividades de siembra y cosecha de papa, haba, quinua, cebada, trigo, oca, papaliza, todo orientado el consumo familiar, a través de diferentes sistemas conservación para disponer de estos productos al menos por un año. Los derivados de la papa, el chuño y la tunta, pueden guardar durante 10 años. También existen casos de comercialización, específicamente de la papa y el trigo, esto cuando hay buena cosecha, pues las familias con grandes extensiones o miembros reducidos tienden a comercializar sus productos una vez que abastecen su provisión.
En los últimos años varias familias han incorporado nuevas prácticas agrícolas como es la producción de hortalizas como cebolla, zanahoria, lechuga, brócoli, perejil, esto fue impulsado por la apertura de piletas para contrarrestar la sequía de los ríos, inicialmente pensada para el consumo de los animales y luego, para el riego de estos productos. Este rubro es principalmente trabajado por las mujeres, quienes al constatar la buena producción de estos alimentos prestan una atención especial, incluso algunas han logrado comercializar al obtener cosechas fructíferas.
Actualmente las prácticas en torno al cultivo y siembra presentan transformaciones por la introducción de tecnologías a la comunidad, el uso tractores y minibuses ha sustituido a los animales de carga. Las cortadoras motorizadas de cebada han sustituido la mano de obra, fumigadoras, fertilizantes químicos, entre otras. Esta tecnología en gran medida ha contribuido a la producción y ha resuelto varios procesos, por ejemplo, los tractores que han sustituido totalmente el arado con bueyes (dos animales) para las mujeres chullas ha significado la independencia, toda vez que ya no necesitaron más contratar hombres con yuntas de bueyes.
El apoyo económico y técnico externo es un tema del pasado en la comunidad, allá por los años 2004-2006, a través de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) han gestionado los suka kollus[1] en la producción de la papa, obteniendo resultados efectivos. También han gestionado la construcción de invernaderos para la producción de hortalizas e infraestructura para la producción de yogurt, entre otros; no obstante, estos proyectos al no presentar sostenibilidad fueron cerrados. Actualmente no están trabajando con ninguna institución externa. Cuando enfrentan desastres naturales como inundaciones y sequías, generalmente gestionan recursos como semillas y otros suministros a través del Gobierno Municipal de Guaqui.
Vivir en comunidad implica velar por el bienestar de todos, en este sentido existen varias prácticas de actividades comunales que son desarrollados de manera periódica, como son el control del caudal de los ríos para la prevención de inundaciones, ya que su geografía es plausible a inundaciones en temporadas lluviosas; reparación de los caminos para garantizar la circulación peatonal; mantenimiento y mejora del servicio de agua potable; mejoramiento de predios comunales como la escuela, la cancha, el cementerio, la sede social, y otros trabajos circunstanciales.
En este contexto, la estabilidad económica de Viviana, Jacoba y Regina no presenta riegos, su desempeño en las actividades pecuarias y ganaderas no son menos favorables a la de otras familias con jefaturas de hogar masculina. Si bien sus tierras no son extensas han optado por diferentes estrategias de sustento familiar como el ayni, sataka, partida, alquiler, waki, tienen un afecto especial por ellas, su acceso pleno a la tierra les ha costado toda una vida de lucha, por lo que no están dispuestas a abandonarla por ningún motivo. A pesar de su avanzada edad están dispuestas a asumir cualquier responsabilidad para defenderla y aportar también a la comunidad. Su apego a la tierra más que por cuestiones económicas está dada principalmente por fundamentos culturales que les posibilita construir su identidad y ser jaques, sin que intermedie ninguna idea de persona incompleta.
[1] Una estrategia cultivo ancestral en el que se intercalan plataformas de cultivo con canales adyacentes, por los que circula el agua. Esta tecnología fue desarrollada por la cultura Tiwanakota.