Mirar al futuro: “Una no se puede dejar”
Yateirenda se enfrenta a una reorganización en varios sentidos: el cambio de capitán o mburuvicha que se llevará a cabo en enero de 2017, deben organizarse tanto a nivel comunitario como a nivel APG con estrategias que les permitan proseguir con el saneamiento de tierras y ser parte de la renovación de la capitanía de Takovo Mora.
En este momento las mujeres de Yateirenda están entusiasmadas con los huertos familiares que han significado un cambio importante en la alimentación de las familias que han trabajado en ellas. El caso de la familia de Hilda Gavino y Ana Nicolás es emblemático pues ellas fueron las primeras en hacer huertos caseros y actualmente, venden lechugas dentro de la comunidad. Asimismo, la huerta en la escuela significa una oportunidad importante que se puede usar para solicitar apoyo a la Alcaldía de Cabezas:
“Cuando vino el concejal se ha asombrado de ver que tenemos tomates, ojalá nos dieran más tierra o pusieran agua. Hay que pedir.” (Julián Rua, junio 2016)
A ellas se fueron sumando 8 mujeres y el resto de la comunidad habla de la importancia de recuperar la semilla original que han perdido. Es una tarea difícil pero que está directamente relacionada con su identidad que también ha sido dañada por los últimos acontecimientos.
Tomates en casa de Ana Nicolás
“Tener maíz es tener vida, si arreglamos eso (recuperar las semillas) todo estará mejor, puede que vuelvan las abejas y tengamos miel de nuevo. Una no se puede dejar.” (Bernardina Ardiles, septiembre 2016)
Parcela de hortalizas
Almaciguero y zapallos en casa de doña Bernardina Ardiles