Lo que viene
El paso siguiente si es que se protocolizan los contratos, es el ingreso de la exploración sísmica a Tariquía, aun cuando el Ministro de Hidrocarburos, Luis Sánchez afirma que ésta tendrá un mínimo de afectación en la Reserva (El País, 2 de octubre, 2018), el ingreso de la exploración sísmica, como se ha visto en otras regiones, afecta los cursos y fuentes de agua más allá del perímetro en que se la realiza, y tiene impactos sociales sobre las comunidades. Sin ir muy lejos, como se ha denunciado en el caso del proceso de sísmica 2d en Madre de Dios, Amazonía norte de Bolivia, los daños a las vertientes de agua, la flora y fauna, y la producción de castaña de las comunidades indígenas, y un posible impacto a un pueblo no contactado, ha sido evidente (CEDIB, 2018). ¿Qué es lo que garantizaría a las comunidades tariquiyeñas que estas afectaciones no ocurrirán en la Reserva de realizarse la exploración sísmica? Hasta ahora nada.
No obstante, la movilización de las comunidades ha continuado y optado por diversos caminos. Si bien la Demanda de Acción Popular que presentaron fue rechazada en agosto de 2017 por un juzgado en Padcaya, demostró la poca viabilidad de triunfar en instancias de justicia, se han realizado diversas actividades como la conmemoración en la ciudad de Tarija a un año de la Marcha por la Dignidad de Tariquía (abril de 2018), y los ampliados donde han invitado a grupos urbanos para denunciar lo que sucede al interior de la Reserva.
En general las comunidades que participan de la defensa, saben que han sostenido una lucha difícil pero exitosa, a su vez han logrado, a pesar de las estrategias gubernamentales para impedírselos, que se realicen obras de mejoramiento para las familias, como derecho y no como producto de la imposición de un chantaje, esdecir a cambio de aceptar el ingreso de las empresas petroleras. Las mujeres se han visto fortalecidas a lo largo de todo este tiempo en su participación política a través de cargos sindicales y en las asambleas. La principal expectativa de las mujeres es continuar participando de la defensa de sus formas de trabajar y gestionar la tierra, así como de la interrelación respetuosa con su entorno, y lograr que no ingresen los proyectos hidrocarburíferos.
Como resultado del arduo y difícil trabajo orgánico de las mujeres y hombres dirigentes, y de la participación de las seis comunidades en defensa de la Reserva, se han plegado otras personas y comunidades de la zona externa de amortiguación a la lucha de las comunidades. El desafío es seguir manteniendo esta lucha por la vida apelando a la fuerza de las comunidades donde participan con potencia las mujeres, un desafío no menor frente al poder estatal en despliegue. Una lucha que puede seguir tejiéndose con otras, en tiempos de la expansión del despojo petrolero extractivista.
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® Movimiento Regional por la Tierra 2017 •