Unidos lo podemos todo
La casa de Eduardo Escompani se encuentra en el sector Arrozal del distrito de Iberia. Llegar a su estancia no es complicado. Se debe tomar una trocha bien definida que se introduce por el área concesionada a los socios de Ecomusa. “Toda mi vida he alternado el negocio de la agricultura con el de la goma, afirma. Estas tierras son aptas para las dos actividades, uno puede sembrar debajo de los árboles de shiringa lo que quiera: arroz, café, cacao, hasta maíz”. Don Eduardo y su señora, doña Estela, han educado a sus hijos con el producto de su trabajo en los manchales de shiringa que vienen trabajando desde hace más de treinta años.
“En un principio trabajábamos directamente con el Banco Agrario, pero el banco se fue y nos quedamos solos. Como era de esperarse, continúa, el negocio se cayó”. Las estradas, así se llaman los caminos que se hacen en el bosque para facilitar la recolección del látex, se abandonaron y los extractores tradicionales tuvieron que dedicarse a otras actividades o simplemente migrar. La tala ilegal empezó a prosperar en el distrito con todos los problemas que conlleva. “Desde entonces he luchado para que el gobierno reconozca la importancia de nuestra actividad, vuelve a la carga Escompani, la shiringa no depreda como el caucho, es un árbol más generoso; si lo cuidas, si lo tratas bien puede vivir ochenta, cien años. Tú desapareces, aparecen tus hijos, tus nietos y los árboles siguen allí, enteritos, produciendo látex en cantidad”.
En el año 2000 el gobierno nacional, frente a la insistencia de los productores locales, muchos de ellos miembros del alicaído Sindicato de Trabajadores del Jebe del Fundo Iberia – STJFI, emite el Decreto Supremo Nº045-2000-AG que crea el Programa Nacional de Caucho. “Los precios en el mercado internacional, acota don Eduardo, habían mejorado y la demanda por goma silvestre también; había llegado nuestro momento”.
El Gobierno Regional de Madre de Dios se ve precisado a emitir en el año 2004 disposiciones para reactivar y fortalecer la cadena productiva de la shiringa. Un año después , el 23 de mayo de 2005, se crea la Mesa de Concertación Regional del Jebe, integrada por el Sindicato de Trabajadores del Jebe del Fundo Iberia – STJFI, el Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana – IIAP, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria - SENASA, el Ministerio de Agricultura – MINAG, el Programa para el Desarrollo de la Amazonía – PROAMAZONÍA, el Instituto Nacional de Recursos Naturales – INRENA, el Gobierno Regional de Madre de Dios – GOREMAD y otras instituciones públicas.
Propietarios de su propio futuro
Ese mismo año, 2005, Escompani y los shiringueros de Iberia constituyen la empresa comunal ECOMUSA. Fortalecida la sociedad gracias al apoyo de la propia Mesa y la ayuda de algunas organizaciones no gubernamentales que actuaban en el departamento logran acceder, en el 2008, al contrato de concesión que les ha permitido desde entonces el manejo de 7,900 hectáreas de los bosques del distrito. Es importante mencionar el valor inmenso que tienen estas áreas concesionadas para la conservación de los bosques en el contexto de la construcción de la carretera Interoceánica y su comentado impacto socioambiental. Según la legislación vigente hasta nuestros días el otorgamiento de una concesión forestal se realiza en un área máxima de 10 mil hectáreas y hasta por 40 años renovables.
El adecuado control de las concesiones en tierras públicas para aprovechamiento privado con fines no maderables dependía entonces del Instituto Nacional de Recursos Naturales – INRENA, un organismo público descentralizado adscrito al Ministerio de Agricultura, que exigía a los beneficiarios una serie de compromisos –sobre todo legales- difíciles de cumplir. Dicha situación fue otro de los retos que tuvo que afrontar la empresa comunal.