En las Pampas de Jailía los terrenos son altamente potenciales para la agricultura y la actividad forestal. El gobierno municipal pretende mejorar la calidad de vida de las personas enmarcando sus proyectos en la Ley 300 de la Madre Tierra. En la que se especifica que cualquier modificación en el uso del suelo se debe restaurar, tal como indica el Capítulo II Artículo IV de la presente ley, “toda persona individual, colectiva o comunitaria que ocasione daños de forma accidental o premeditada a los componentes, zonas de sistemas de vida, está obligado a realizar una integral y efectiva restauración de la madre tierra”.
El municipio tramitó con el Instituto Nacional de Reforma Agraria - INRA la dotación de 133 hectáreas de tierras fiscales a las familias bajo la figura de terreno comunitario. Solo con la condición de que produzcan en el lugar cedido. Existe la posibilidad de que en el proceso de saneamiento interno de tierras que emprende el INRA, puedan constituirlas en tierras individuales para mayor seguridad jurídica de los comunarios, pero es algo que será evaluado de manera colectiva.