En Quila Quila hay un cierto trabajo para rehabilitar la tierra, cuidar los cultivos.
De manera central está el trabajo colectivo para la construcción de nuevas zanjas para cuidar las terrazas ancestrales, evitar su deterioro y con esto la erosión de los escasos suelos cultivables del lugar. Este trabajo de protección y cuidado está enlazado con lo que las autoridades llaman prácticas ancestrales que se basan en el control estelar y seguimiento del calendario agrícola organizado por la luna, las estrellas y el régimen de lluvias.
“Nuestras prácticas ancestrales son llevar calendario agro festivo que tenemos desde nuestros ancestros y eso está dentro del calendario agrícola que va acompañado, con la práctica desde la ritualidad, el agradecimiento a la Pachamama. Culturalmente llevamos prácticas muy sabias desde la siembra hasta la cosecha de nuestros productos, rotativamente, acompañado de la melodía de nuestra música, que cada tono es variado; para la siembra, para aporcar, cosechar, y así estas prácticas sostienen y la transferencia se lo realiza de generación en generación, y ahora se está enseñado en el colegio indígena Punkurani” (Samuel Flores, junio 2016).
Los ayllus originarios, con la dotación de tierras que existe, se sostienen en muchas con el trabajo y la organización colectiva. Estas estructuras rebasan la organización originaria centrada en la producción agrícola y demanda la permanente capacitación de sus dirigentes.
“El ayllu depende de la formación de nuevos líderes, en nuestra educación y el trabajo colectivo que se practicaba y ahora practicamos. Todas las familias que somos consecuentes con nuestra lucha nos mantenemos unidos y nuestras familias se sostienen a través de su autogestión familiar de la producción agrícola. Las prácticas comunitarias todavía se mantienen en la construcción de terrazas, todavía se practica algunos trabajos comunitarios como es en la construcción de nuestro colegio indígena, y se mantiene la esencia de trabajo colectivo también en nuestra lucha por el territorio. Sobre todo que nuestras esposas o mujeres también apoyan nuestra lucha y son quienes impulsan a nuestras autoridades, como decir que, son el sostén de las familias mientras los hombres luchamos y en algunas actividades también luchan y sostienen la familia. La producción agrícola es el sostén de las familias y los trabajos colectivos que se realiza territorialmente en la producción colectiva de cultivos agrícolas sostiene la organización, y también los trabajos colectivos que realizamos en la conservación de nuestros áreas de lugares turísticos, como las huellas y fósiles y lugares arqueológicos, y lugares sagrados. Ahí se practica los trabajos comunitarios y los ingresos de estas prácticas de administración son el sostén de la lucha” (Samuel Flores, junio 2016).
En los testimonios del Tata Samuel Flores, es claro que el trabajo colectivo es parte de la organización territorial y la reproducción de la vida comunitaria. Pero la lucha por la TIOC no es un trabajo fácil, sobre todo porque, más allá de las necesidades técnico productivas, la estrategia demanda de profesores para el colegio, de formación para los dirigentes, de profesionalización de sus estructuras, etc.
“Al inicio de nuestras luchas nadie nos creía, por eso empezamos solos con nuestros mismos hermanos, con algunos profesionales, y cuando esto transcurrió y la reconstitución avanzó, que nuestra lucha creció, y las necesidades igual. En la primera década de nuestra lucha como es en los años 2000 si los organismos internacionales nos dieron un apoyo de asistencia técnica que consistía que nuestros líderes profesionales se formasen y nuestros líderes o kamanis propios, así como también autoridades originarias y ex autoridades conozcan más sus derechos de acuerdo al convenio 169 de la OIT, era por nuestra consecuencia, y la formación de recursos humanos propios, desde el año 2000 hasta la fecha, seguimos con la formación de cuadros de profesionales y líderes, desde la educación INTRA INTER CULTURAL. Otros organismos nos conocen a nivel nacional e internacional, como no decir también, tenemos aliados de otras Naciones originarias o pueblos, y también de instituciones que nos apoyaron a nuestro educación, como Save the children, por cinco años, y después apoyo a nuestra nación y otras naciones; esto para fortalecer a la educación indígena propia y derechos humanos e indígenas. Y el Estado casi poco o nada” (Samuel Flores, junio 2016).
Sin duda la estrategia de Quila Quila Marka, ha generado muchas expectativas y atrae apoyo de algunas instituciones y sectores afines a su lucha. A esto se suma su interés de ampliar los ingresos de las comunidades, no solo sobre las bases de la producción campesina, sino, también sobre el turismo.
“Nuestras estrategias son comercialización de productos agrícolas producidos orgánicamente nuestros productos agrícolas y frutícolas, y nuestro mercado es Sucre; y asimismo, realizar alianzas para explotar el circuito turístico con las agencias de turismo, previo acuerdo y guiados por nuestros propios guías originarios, eso nos muestra que la defensa del territorio es administrar de buena forma cuidando” (Samuel Flores, junio 2016).