Imposición de la empresa minera en la vida comunitaria y estrategias por la recuperación de tierras
La comunidad Cahua Grande a inicios del siglo XX era parte del sistema de haciendas que con la reforma agraria de 1953, se hace sindicato agrario. Al respecto, el secretario general de Cahua señala:
Esto ha nacido con el nombre de Cahua siempre desde mis abuelos, cuando yo tenía 14 años llegó la Reforma Agraria y para entonces esta comunidad siempre ha existido […] Las primeras familias eran los Lunas y Clavijos, nuestros abuelos vienen de Villa Jarka […] Luis Luna era mi abuelo y Francisca Clavijo mi abuela, ellos vivían al frente están las lakayas (muros de piedra), donde han llegado se llama Chakin Paca y han recorrido más aquí y otros más se asentaron como los Sanjinés y otros y en eso entró el camino de Compañía Boliviana de Energía Eléctrica (COBEE), antes nosotros hacíamos el camino (Secretario general de Cahua, 14 de Marzo 2013).
En la actualidad la familias poseen en promedio dos hectáreas de tierra, en su gran mayoría no es cultivable debido a que la topografía del lugar es sumamente accidentada por ser casi un acantilado, las familias aprovechan al máximo los espacios para cultivar por más pequeños que éstos sean. Toda la producción está destinada al autoconsumo. El caudaloso río Zongo cuyas aguas provienen de la cordillera real oriental atraviesa esta comunidad y son muy importantes para generar energía eléctrica para la ciudad de La Paz.
Durante los años setenta Oscar Bellota Cornejo llegó a la comunidad y empezó a explotar un mineral denominado Scheelita y con el tiempo fundó la mina Mauricio Alexander. Este mineral tenía buena cotización en el mercado[1] por su utilidad en la industria espacial, armamento y electrónica, pues tiene gran resistencia al calor.
Poco a poco, Bellota acaparó las tierras donde existía este mineral y empezó a cometer abusos con las personas que trabajaban. Compraba las tierras a precio de gallina muerta, no pagaba los beneficios salariales a sus mineros y para colmo de males, su empresa contaminaba el medioambiente:
Oscar Bellota vivió en mi casa ahí compró el terreno a mi papa con 200 pesos (actualmente serían 20 pesos bolivianos), luego empezó a explotar la mina nos ha dejado sin tierras y se ha ido adueñando de otras tierras (Filomena Pérez de Cahua Grande, 12 de Agosto 2012).
Como una estrategia para legitimar socialmente su presencia ante las comunidades, Oscar Bellota decide afiliarse al sindicato de Cahua Grande y en el año 1980 asume el cargo de Secretario de Deportes[2], con estos actos se convierte en miembro de la comunidad. Para explotar la mina se empezó a emplear los comunarios como mineros. Al terminar ellos su etapa laboral y exigir beneficios sociales, el empresario los despedía sin ningún tipo de indemnización.
Mi esposo en busca de su indemnización acudió al Ministerio de Trabajo, el Ministerio le dio la razón y ganamos, Bellota ya tenía que indemnizarnos, pero acudió a Sucre[3] no teníamos plata para continuar el proceso, mi esposo se ha muerto enfermo y de pena sin ningún tipo de beneficio, ¿ahora a quien voy a reclamar?, este señor así trataba a toda la comunidad, al que quería reclamar amenazaba con juicio (Filomena Pérez de Cahua Grande, 10 de Febrero 2012).
La apropiación indebida de tierras y los abusos laborales continuaron durante varios años, las familias víctimas denunciaron a esta persona con sus sindicatos agrarios, sub centrales y centrales agrarias. Estas autoridades llamaban la atención a este sujeto a través de resoluciones, que no alcanzaban ningún efecto y no llegaba la justicia.
El año 2010 Ángel Sullca que ejercía como autoridad de la Central Agraria de Zongo convocó a Oscar Bellota a un ampliado extraordinario para que responda a las denuncias en su contra. Según Fredy Magueño, Oscar Bellota escuchó todas las denuncias de manera paciente y al terminar señaló,
A todas las personas que me están acusando y denunciando yo les voy a seguir procesos penales porque no debo nada a nadie y además tengo toda la documentación al día como concesionario minero (Fredy Magueño de Cahua, 1º de Febrero de 2012).
Estas palabras causaron la indignación de los comunarios, que lo levantaron de su sitio y le propinaron tres azotes, lo tomaron de los brazos y lo expulsaron del ampliado. Con este suceso, los miembros de las comunidades reunidas en la Central, resuelven la expulsión definitiva de este empresario afiliado a Cahua Grande. El voto resolutivo señala:
“El sector Zongo dentro de sus legítimas atribuciones conferidas por la ley emanadas por la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional en fecha 19 de julio de 2010, en un magno ampliado extraordinario tomó la decisión de la expulsión total y el desalojo irrevocable del señor Oscar Bellota Cornejo y la toma de las minas Mauricio Alexander.” (Voto resolutivo, 9 de julio 2010)
Posteriormente, las comunidades ejerciendo las competencias los usos y costumbres que les corresponde deciden tomar posesión de la mina, para lo cual se dirigen al socavón, desalojan a los trabajadores mineros y la Central Agraria de Zongo se encarga de custodiar la mina.
Oscar Bellota desconociendo todas estas resoluciones, enfurecido decide iniciar un juicio a todas las personas que las firmaron. Sus abogados a título de “robo agravado” denuncian a 33 comunarios ante la justicia ordinaria con el objeto de apresarlos.
Marcelo Chambi de la Comisión de Justicia
Al no tener recursos para defenderse, los comunarios solventan su defensa explotando los yacimientos de la mina. Sin embargo los abogados que contrataron no supieron defender los derechos de las comunidades y el empresario logró apresar a cuatro personas en la cárcel de San Pedro en la ciudad de La Paz.
En ese contexto se decidió iniciar una defensa inédita, utilizar la Jurisdicción Indígena Originaria Campesina (JIOC) para hacer valer la sentencia de expulsión y demostrar que la Justicia Ordinaria persigue y criminaliza a los pueblos en su derecho de ejercer su propia justicia y su autodeterminación; es decir, la defensa del territorio ponía frente a frente a dos actores, los pueblos indígenas originarios y sus sistemas jurídicos colectivos y el Estado con su sistema jurídico ordinario e individual.
(...)
Descargue el caso completo aquí.
[1] Actualmente el quintal de Scheelita en el mercado local se cotiza en 6,000 pesos bolivianos.
[2] Esta lógica de afiliación es importante, pues demuestra que la comunidad o el sindicato no utiliza indicadores de pertenencia como ser idioma, vestimenta o identidad étnica para considerar a una persona o familia como miembro de la comunidad, sino más bien, la disposición a cumplir una función social y sujetarse a los deberes y obligaciones comunales y en este caso, sindicales.
[3] Sucre es la ciudad donde se encuentra el Órgano Judicial, es la última instancia de apelación a nivel nacional, por lo que se requiere bastante dinero para llegar a este nivel.