Ejercer la jurisdicción indígena y vivir en el territorio
Apthapi comunitario en los chacos del Valle de Zongo
Pasada la audiencia en la ciudad de El Alto, donde les entregaron los cuadernos de control jurisdiccional, las comunidades junto a sus autoridades llevaron estos documentos a los pies del nevado Huayna Potosí, guardián tutelar de las comunidades de Zongo, y realizaron una ceremonia quemando una mesa ritual y de manera simbólica, despacharon de su territorio a la jurisdicción ordinaria. Quisieron quemar los libros, pero decidieron guardarlos como un símbolo del triunfo sobre la jurisdicción ordinaria.
Una vez que terminó el proceso, la población y las autoridades de la central agraria de Zongo hacen parte de una transformación a nivel político económico y cultural.
En el ámbito político, durante la ceremonia de consagración de sus autoridades que realizaron el 2015, abandonaron el uso del chicote y adoptaron las varas de mando como símbolo de poder y gobierno indígena. A su vez las autoridades más jóvenes investigan sobre la historia cultural de su territorio, el próximo paso será reconstituirse como la Nación Qirwa (nación que según la etnohistoria habitaba este territorio) y de esta manera conocer más sobre las perspectivas que brinda la autodeterminación como pueblos indígenas.
A nivel económico, las familias que trabajaban como fuerza de trabajo y vivían de la minería, empiezan a dedicarse a la avicultura, la crianza de pollo e inclusive al cultivo de plátanos, gracias a subsidios y programas de desarrollo del gobierno. La mina se encuentra inactiva y existe la idea que se convierta en una cooperativa o una empresa minera indígena comunitaria, donde todos participen en igualdad de condiciones, ellos conocen que ahora “ya no son pongos de un minero ni de nadie” (Fernando Pérez, comunario de Cahua).
Son 35 comunidades y la mina se encuentra en una de ellas. Puede afirmarse que en Zongo se está gestando un proceso interesante de discusión respecto a la economía. Algunas familias desean explotar la mina de manera comunitaria, esta idea dio lugar a que otras familias se pronuncien y señalen:
Si la mina va a ser comunitaria, las granjas de trucha de las comunidades de la puna deben ser comunitarias, la coca, los plátanos, las abejas y los pollos de las comunidades del valle también deben ser comunitarias, no solo la mina (Marcelo Chambi Septiembre 2015)
Desde la reforma agraria de 1953 hasta el año 2010, se identificaron como campesinos, luego de sus conflictos laborales, pero principalmente, por la defensa del territorio que emprendieron en contra de la minería, empezaron a someterse a los derechos indígenas originarios. Este proceso muestra que lo colectivo puede estar por encima de lo individual. Por eso ahora discuten sobre la mejor forma de llevar adelante su economía y saben que la decisión que tomen será respetada por todos los bolivianos. Si la visión de la economía colectiva comunitaria se sobrepone a la individual, será porque son prácticas reales de un comunitarismo ejercido desde abajo y no desde una racionalidad y legislación que se enfoca en el individuo desde arriba y la coerción como hacen los Estados-nacionales.