De las tomas de tierra a los planes de vida digna en el campo
La historia de la Asociación de Productores Campesinos de La Pedregosa es la historia reciente del movimiento campesino en el suroccidente colombiano. Sus orígenes se remontan a la primera toma masiva de tierras apuntaladas por la expedición de la segunda ley de reforma agraria en el país (Ley 135 de 1961) y la constitución en 1968 de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos -ANUC- como escenario gremial institucional que permitiera al campesinado apropiarse e impulsar la política de reforma.
La carencia generalizada de tierra para trabajar condujo a la ocupación de hecho de latifundios que no cumplían con la función social de la propiedad, es decir, que eran subexplotados por sus propietarios, y que además habían sido conformados históricamente a través de la expulsión violenta de comunidades indígenas y de campesinos colonos, que luego eran vinculados al latifundio como jornaleros, aparceros o agregados.
Para el año 1971 se había surtido un cambio en la política de Estado frente a la reforma agraria. El gobierno conservador. de Misael Pastrana sepultó el carácter redistributivo de la reforma agraria y la orientó al desarrollo rural y el modelo agroindustrial, invirtiendo los recursos institucionales en la productivización de los grandes latifundios. Sintiéndose burlada y defraudada en sus expectativas, la ANUC que era cada vez menos escenario institucional y cada vez más movimiento campesino, anuncia una gran jornada de “tomas de tierra” a lo largo y ancho del país, concentrándose en la costa atlántica y los valles interandinos de los ríos Cauca (Departamentos del Cauca y Valle del Cauca) y Magdalena (departamento del Tolima), epicentros de la violencia política de años anteriores a través de la cual se expulsó a los campesinos de sus tierras.
No obstante, no fue sino hasta finales de la década del 70 cuando la comunidad del corregimiento de La Pedregosa se integró como tal a las dinámicas de movilización y recuperación de tierras.
La solidaridad de aquella época entre organizaciones campesinas e indígenas contrasta con los actuales conflictos interétnicos e interculturales que viven estas mismas organizaciones por la falta de tierra para vivir y trabajar, y por la existencia de un ordenamiento territorial institucional que promueve dichos conflictos.
Fue así que la gran mayoría de tomas de tierra en las que participó la comunidad de La Pedregosa no era para recuperar tierras para sí, sino para otras comunidades. La solidaridad vecinal, muy propia de la cultura campesina, se amplió a una solidaridad de clase popular, extendiendo la mano a todas aquellas organizaciones que estaban en proceso de acceder a tierras capturadas por el latifundio.
La participación en recuperaciones no sólo incorporaba un sentido solidario, sino que también era una escuela para aprender y ganar experiencia. Luis Carlos, miembro activo de la Asociación, comenta que lo primero fue tomar conciencia de la necesidad de organizarse y coordinar acciones como pueblos, comenzando a través de unas capacitaciones ofrecidas por el Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-, establecimiento público de educación técnica adscrito al Ministerio de Trabajo.
“Aquí llegó un compañero de los indígenas (...) a motivarnos para organizarnos, porque como pueblo nos necesitamos, indígenas y campesinos nos necesitamos, y debemos estar organizados todos para coordinar como pueblo (...) Como Jesús cogió 12 apóstoles y les dijo bueno la misión de ustedes es ir a predicar, hacer conocer el evangelio, [nuestra] misión fue esa de ahí pa’ allá, nos propusimos que había que despertar todo el corregimiento, había que moverlo y (...) logramos movilizar a la gente de aquí, ir a la Gobernación y presionar porque nos mejoraran los servicios públicos, que la vía, el acueducto, la electrificación, etc., ahí fue que nace todo un proceso”.
De esta jornada de capacitaciones nacieron las primeras tiendas comunitarias, como centros de acopio y comercialización de insumos agrícolas y de la producción campesina. Este modelo nace en el corregimiento de La Pedregosa para el año 1981 y fue replicado paulatinamente en otros corregimientos hasta que se generalizó en todo el municipio. Posteriormente, todas estas tiendas se asociaron en un sólo referente, cuyo epicentro era “La central”, bodega principal ubicada en la cabecera municipal de Cajibío y que fue adquirida en 1990 A partir del año 1983, los procesos de recuperación y movilización por la tierra se reactivan en el departamento del Cauca, coincidiendo con el terremoto que afectó su capital, Popayán, y que incentivó la creación de Comités Pro-vivienda encargados de recuperar predios aledaños a la ciudad para reconstruir barrios para la gente más pobre, situación que terminaría por oxigenar también las tomas con fines de reforma agraria.
Para esa época, la organización de La Pedregosa entró en posesión del predio “El Trapiche” o “El Trapichito”, de 30 Has aproximadamente, ubicado en el propio corregimiento y perteneciente a un político tradicional del partido liberal de apellido Quintana, con mucha influencia en el departamento. La comunidad dice que “la tierra se recupera trabajándola”, así que su ocupación fue a través de labores agrícolas; preparando la tierra y sembrando cultivos de pancoger como el maíz y el plátano. Sólo hasta el año de 1990 el INCORA legalizó la posesión sobre el bien y se los adjudicó a cinco (5) familias de la organización campesina, quienes la han utilizado para la siembra de caña panelera y de café, con prácticas agroecológicas en su producción.
Esta finca no sólo fue importante por ser la primera en ser “afectada” (ocupada con fines de recuperación) dentro del corregimiento, sino porque una de las familias beneficiadas cedió su terreno para la construcción del único colegio oficial que existe actualmente en la zona y que comenzó a operar desde 1996.
La organización campesina en La Pedregosa pasó de la participación esporádica de sus miembros en movilizaciones y tomas de tierras auspiciadas por la ANUC, a: (i) la creación de referentes organizativos locales como lo fueron las tiendas comunitarias, alternativa económica para la producción y la comercialización sus productos; (ii) el impulso de recuperaciones de tierras en su propio territorio, en Cajibío y en el corregimiento; y (iii) la incidencia directa en los planes de vida de la comunidad a través de la construcción de un colegio con un plan de estudios pensado para su condición campesina. No obstante, la comunidad continuó articulada con organizaciones mayores, concretamente con la ANUC, y nunca dejó de participar en los escenarios de movilización nacional.
Entre los años 1992 y 1993 se crea el Comité de Integración del Corregimiento de La Pedregosa -CINCOP-, antecedente directo de la Asociación. El Comité de Integración articuló diferentes expresiones organizativas como la Asociación de Tiendas Comunitarias, las Juntas de Acción Comunal creadas en la mayoría de veredas del corregimiento, entre otros procesos comunitarios.
Tuvieron que pasar casi cuatro años para que se reactivara la organización. La tienda comunitaria se mantuvo, esa fue la base para volver a empezar. En 2007 nace la Asociación de Productores Campesinos de La Pedregosa, formalizada ante el Estado.