La dinámica en la recuperación de las tierras y el reconocimiento jurídico
El proceso de recuperación de las tierras de la finca El Pílamo comienza en 1984 y contó con distintas formas de permanencia en el territorio, primero entrando unas horas a arreglar la tierra antes de la siembra, aumentando el tiempo de permanencia en el territorio con el tiempo y las familias participantes en la toma hacían pequeños cambuches para pasar la noche.
Sin embargo, se iban encontrando con problemas que los hacían huir del sitio por un tiempo, pero ellos siempre encontraban la forma de regresar para continuar con el trabajo. Esta dinámica perduró hasta comienzos de los años 90 en donde el cultivo de pan coger fue la forma de subsistir de las familias interesadas en el proceso de toma de la tierra.
A propósito del proceso de recuperación Félix Banguero manifiesta: ”Al comienzo trabajábamos de madrugada, ya luego de día. Íbamos y trabajábamos 5 a 6 horas. Se limpiaba la platanera, se sembraba plátano, yuca, guadua. Toda la guadua que hay en esos cañones, la sembramos nosotros”.
Cuando ya logran ingresar y permanecer del todo en el Pílamo, inician una serie de conversaciones con el dueño de la hacienda encontrándose con una buena actitud del dueño para acceder a la venta de la finca, sin embargo el INCORA no agiliza el proceso de compra de tierras, prolongando la informalidad de la permanencia en el territorio por parte de la comunidad.
El reconocimiento colectivo de las tierras
Ante ello la reacción de la gente es organizar una marcha hasta la sede del INCORA que queda en Popayán, esto sumado a otros hechos pacíficos fortalece y consolidan la organización del Pílamo. No es sino hasta 1996 con la ayuda de Otilia Dueñas una funcionaria del INCORA que se firma la venta de 907 hectáreas para la comunidad que se dividen en parcelas iguales para cada familia y se destinan otras en zonas de cuidado y aprovechamiento común.
La lucha de la comunidad se ampara en la ley 70 de 1993; aunque el proceso del Pílamo es anterior a la ley. En tal sentido, antes de conformarse como Consejo Comunitario, la comunidad de Pílamo se reconocía y organizaba como Junta de Acción Comunal, más tarde, como una asociación agropecuaria por lo que la titulación de la tierra se efectiviza a nombre de la Asociación Agropecuaria Comunidad Negra de Pílamo y Palenque y todavía la figura de Consejo Comunitario Comunidad Negra de Pílamo y Palenque no se encuentra reconocida formalmente por parte del INCODER, y sigue en proceso el trámite para su aprobación. Actualmente la titulación colectiva de la tierra no ha podido ser pasada a cobijarse con la ley 70 del 93 ya que al pasar más de 12 años de la toma y compra de tierras y la terminación del INCORA y la fundación del INCODER los términos del proceso han perdido validez.
Por tal razón, la asociación se vio obligada a realizar voluntariamente otro trámite a través de una escritura pública para certificar el territorio como colectivo; esta escritura que debe ser presentada ante el INCODER para efectuar el registro, tan pronto como se cumpla con los requerimientos que el proceso demande. Por tanto, el territorio continúa a nombre de la Asociación Agropecuaria Comunidad Negra del Pílamo y Palenque quedando pendiente el reconocimiento legal del Consejo Comunitario.
No obstante, para el año 1998 la comunidad da nacimiento al Consejo Comunitario Comunidad Negra de Pílamo y Palenque.