Repercusiones y expectativas del futuro de Dania
El hecho llamó la atencion y causó repercusiones en varios medios de comunicación escritos, fisicos y virtuales, pues resultan impactantes dos hechos concretos, primero que una niña sea propietaria de tierras, y lo segundo, que se vean tangibles los cambios normativos en materia agraria a favor de la equidad de género, y una mujer se beneficie de la titulación agraria.
Dania tuvo un baño de popularidad, gracias a la cobertura del periódico de circulación La Patria, Jornada, Bolivia Rural y la pagina web del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras[1].
Por si fuera poco, en el reciente mes de junio (2015), el programa juvenil PICA (programa Inteligente con Adolescentes), que se transmite por la cadena nacional ATB, se interesó en la historia y realizó un reportaje sobre la asombrosa niña Huntuteña, destacando que una menor de edad ostente la propiedad de la tierra con todas las exigencias legales y reconocidas por el Estado. El material audiovisual fue difundido el dia 25 de junio de 2015, bajo el rotulo de “De la Dania, sus tierras”[2].
Dania y el equipo de PICA
La familia de don Fidel Mamani
La familia Mamani, encabezada por don Fidel como padre de Familia, está compuesta por él y sus 6 hijos (5 mujeres y un varón), lamentablemente su primera y segunda esposa fallecieron.
Don Fidel y su primera esposa Isidora Quispe Fernández (+), procrearon cinco hijos nacidos en la comunidad de Huntuta, Rosmery, Elizabeth, Miriam, Mónica y José, lamentablemente su esposa falleció, víctima de una enfermedad terminal. En su segundo matrimonio con la Vitalia Condori (+) nació Dania, pero también falleció al dar a luz a la pequeña, que actualmente se puede considerar como la persona de menor edad, en ser propietaria de un predio agrario en Bolivia.
Don Fidel junto con Dania y sus hermanos, viven en la comunidad de Huntuta[3], donde va transcurriendo una vida muy tranquila, alejados de los peligros de la ciudades. Cuentan con una humilde vivienda en el centro poblado de Huntuta, frente a la plaza colindando con la Unidad Educativa “Sebastián Pagador”, a la cual que asisten todos sus hijos y así también el señor Fidel presta sus servicios en calidad de conserje.
Don Fidel se preocupa bastante de la buena educación de sus hijos, y sobre todo que vivir en el campo no resulte restrictivo para acceder a la tecnología, en ese sentido ha logrado adquirir equipos de computación para el uso y aprendizaje de sus hijos, además fomenta que sus hijos mayores complementen sus estudios en otros centros especializados de capacitación.
La familia Mamani tiene como idioma materno al aymara, aunque los pequeños prefieren hablar en español, conocen perfectamente la lengua de su tierra natal.
En cuanto al aspecto de creencias religiosas se declaran como cristianos, doctrina religiosa que siguen desde la generación de sus abuelos, aunque también confiesan conocer algunos rituales andinos que practican para ofrendar a la Tierra.
Las tierras de Dania
¿De qué manera Dania llega a ostentar la propiedad de sus tierras?
Don Fidel motivado en su preocupación y el haber experimentado lo efímero de la vida humana con la pérdida de sus esposas, siente profundamente que debe dar seguridad a su hija, máxime por su condición de mujer, que en muchos casos suele ser motivo para la discriminación y privación de su legítimo derecho al acceso a la tierra. Con estos antecedentes aprovechando la coyuntura del proceso de saneamiento y titulación agraria en su comunidad, la orientación oportuna de técnicos del INRA y conforme A la normativa agraria, registra a la niña Dania Mamani Condori, como co-propietaria de dos parcelas la No 65 y No 87 de la comunidad Huntuta.
De esta manera el padre de Dania, le otorga seguridad jurídica a su legítimo derecho de sucesión y acceso a la tierra, es un caso ejemplar, pues es común en el altiplano que las mujeres sufran discriminación al momento de distribuir o redistribuir hereditariamente la tierra y propiedades productivas. Dania seguirá creciendo y estudiando en su comunidad, y gracias a la acción de su progenitor, en la actualidad y en su mayoría de edad tiene la garantía jurídica y el reconocimiento de su comunidad para ejercer los derechos sobre sus parcelas.
En varias regiones del país puede verse la importancia de la titularidad de la tierra que han adquirido las mujeres, en el caso de la titulación individual, donde el INRA ha incidido en que se registren el nombre de mujeres y hombres, privilegiando a las mujeres sea estas esposas, viudas o concubinas. Se muestra el impacto de esta titulación a nivel psicosocial y en cuanto a las expectativas económicas que despierta, y la seguridad jurídica que alcanzan las mujeres, aun cuando se divorcien (AVSF, 2010: 28).
Dania se nota feliz con su papá y sus hermanos, es consciente de que ella es propietaria de los terrenos en los cuales vive y va desarrollándose, tal vez debido a su inocencia y corta edad, no percibe la magnitud del hecho, y como es característico de una niña de su edad, no habla mucho sobre lo acontecido y rehúye a varias preguntas.
Las tierras que actualmente son de Dania pertenecieron por generaciones a su familia, sus abuelos la poseyeron y trabajaron, por sucesión hereditaria le tocó administrar a su padre por varios años, y ahora ella es la titular legal. Aunque obviamente por la edad que tiene, la tutela de ella y de sus tierras está a cargo de don Fidel Mamani, que indica “… Yo me siento feliz y orgulloso de que Dania sea la propietaria más joven, eso me llena de satisfacción, y ojalá ella saque adelante al pueblo en un futuro” (12 de junio de 2015).
Toda la Familia Mamani, pese a las inclemencias y las limitaciones naturales del Altiplano, trata de darle la mayor productividad, sueñan con convertir su “campo” como el mismo le llama a su parcela, en una granja moderna, con implementación tecnológica que garantice un buen rendimiento productivo. El papa de Dania siente mucha pasión por la producción agropecuaria, nos cuenta que tiene estudios de Técnico Medio en esa área.
Las tierras de Dania
Las tierras de Dania son bastantes productivas, beneficiadas además por el trayecto del río Rosasani, la producción agrícola se concentra en la siembra y cosecha de papa, quinua y alfalfa. Dania disfruta peculiarmente la producción pecuaria, pues considera a los animales como sus mascotas y alegremente expresa “es mi vaca”, “es mi oveja”, “es mi llama”, informándonos sobre su ganado vacuno, ovino y en menor grado, ganado camélido.
Las autoridades de Huntuta nos señalan que la parcela de Dania es un ejemplo para otros comunarios del lugar, recuerdan que en esta parcela fue la primera en la cual se introdujo exitosamente la siembra de alfalfa, y como fue buena experiencia, actualmente muchos lugareños imitan la producción de alfalfa, beneficiándose la producción ganadera y lechera de la comunidad.
Los frutos que rinde la tierra en las parcelas de Dania son destinados al consumo familiar y los excedentes se los comercializa en la Feria dominical de Caracollo, y en menor grado, en la Feria de La Huachaca, donde además se proveen de otros productos, vestimenta, alimentos y otros enceres básicos, como la mayoría de los comunarios de Huntuta.
[1] Entre las notas en prensa que se emitieron en aquel entonces, tenemos: “Niña de cinco años recibió título ejecutorial como copropietaria” (La Patria, 22.10.2013); “Niña Orureña de cinco años recibe su título ejecutorial” (Jornada, 22.10.2013); “Niña Orureña de cinco años recibe su título ejecutorial” (Bolivia Rural, 22.10.2013); “Niña de cinco años recibe su título ejecutorial” (Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, 22.10.2013), entre otras.
[3] La Comunidad Huntuta cuenta con los servicios básicos de luz y agua.