La constitución del asentamiento se inició con una fuerte confrontación con la fuerza pública: violento desalojo, movilización y presión a las autoridades configuraron el sello de la conquista de esta tierra. Así también cada avance de la comunidad fue una conquista alcanzada con el mismo tenor de lucha; la construcción de la escuela, del camino de acceso, del tendido eléctrico, del sistema de agua potable, etc., todas fueron conquistas que requirieron de la comunidad organización, planificación, disciplina y estrategia.
Todos los integrantes del Asentamiento Mariano Díaz son -y eran antes de la ocupación- militantes de la Federación Nacional Campesina, y afirman que esta conquista fue posible gracias a que la Federación es la que organizó y orientó a los “sin-tierra” de las diferentes comunidades.
Esta organización consistió en reunir a la gente, debatir la situación de las familias, preparar conjuntamente las acciones, instruir la producción, la organización de las chacras familiares y del campo comunal, organizar la resistencia, la provisión y administración de los alimentos, coordinar alianzas entre “sin-tierra” y pequeños productores para resistir las dificultades, especialmente al inicio de la ocupación.
Al producirse el desalojo tras la primera ocupación, algunos propietarios ofertaron tierras al INDERT; entre las ofertas estaba la que era entonces Estancia San Marcos, propiedad de un señor de apellido Centurión; la institución compró la propiedad y la habilitó como asentamiento campesino. La titularidad de la tierra es hoy del INDERT.